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LA TECLA CON CAFÉ

Teoricafeando

La nueva crónica periodística

La nueva crónica periodística

 

30/12/2011 0:05:13

 

El grito de guerra del nuevo periodismo contemporáneo es volver a las historias.

 

No existe otro modo de competir con el mundo de la imagen, Internet, la radio, el video y la televisión que no pase por jerarquizar —con renovado instrumental— el antiguo oficio de la narración.

El arte de contar el mundo desde adentro —recortándolo con énfasis desde la subjetividad— parte de admitir que hay tantas realidades como puntos de vista.

Se trata de un nuevo abordaje del género, que incluye la utilización de técnicas literarias (y también de otros aportes provenientes del amplio campo de la comunicación visual y textual) en función de enriquecer los relatos periodísticos con un plus de sensibilidad, mirada singular, diálogos reveladores, estilo por momentos fragmentario, uso eventual de la primera persona y un desarrollo a fondo del discurso narrativo.

Escriba usted crónicas de vida, amor y muerte... Aprenda a mostrar más que a decir o adjetivar. Ponerle palabras justas al silencio impuesto en los hechos por la prensa convencional. 

 

Gütemberg y McLuhan en la aldea global

Gütemberg y McLuhan en la aldea global


 

05/08/2011 8:37:24 PM

 

 

McLuhan fue un visionario que allá por los años 60 profetizó que la llegada de los medios electrónicos de comunicación implicaría el fin de «la galaxia Gütemberg»: el fin de la tipografía y de la letra impresa.

 

Decía McLuhan que la «civilización tipográfica» era reflexiva, analítica, introvertida e individualista. El nuevo orden electrónico, en cambio, es sensorial e interdependiente, social y gregario. El fue el primero que acuñó el término «aldea global», treinta años antes de internet.

¿Será el final del análisis de Prensa, del artículo de fondo, del escrito sesudo, del kilométrico reportaje, de la pormenorizada radiografía de la actualidad leída en una intimidad reflexiva e individualizada? ¿Se impondrá internet y su lectura fragmentaria, veloz, sensorial, intuitiva, refractaria al análisis sesudo y al reportaje kilométrico, pero comentada y compartida en múltiples redes sociales? ¿No ha invadido ya el nuevo orden tecnológico la vetusta mansión de la Prensa escrita?

McLuhan provocaba rechinar de dientes entre los venerables patriarcas de la Galaxia Gütemberg. ¡Jeremiadas!, decían. Y con razón. En la aldea global hoy se imprimen más libros que nunca. Y resiste la Prensa escrita y el lector de toda la vida. Por potente que sea el nuevo orden tecnológico, siempre habrá un lector que necesite pararse a meditar lentamente la lectura mientras acaricia las páginas de un periódico y se forma un criterio introvertido del mundo alrededor.

 

 

El contenido en internet, responsabilidad de los profesionales

El contenido en internet, responsabilidad de los profesionales

 

05/03/2011 7:53:50

 

El contenido generado en las redes sociales vuelve a ser un tema de debate en el I Congreso Iberoamericano de Redes Sociales de Burgos. La relación de amor-odio que se establece entre los profesionales de los medios y las redes sociales, difusoras de su contenido ha sido analizada por ambas partes: de un lado, Laura Gómez, gerente de internacionalización de Twitter, e Ícaro Moyano, director de comunicación de Tuenti; y del otro Juan Andrés Muñoz, senior interactive producer de CNN en Español, y David Varona, coordinador de redes sociales de RTVE. Es

 

Por parte de la gran compañía estadounidense, Gómez se ha apresurado en aclarar que Twitter no es una red social «porque no hay interacción, no implica tener relación entre los usuarios». Para ella, «es una herramienta de información» muy útil para periodistas, cuya labor reside en este momento en «verificar toda esa información».

Es precisamente la información la que se ha configurado como la base de una compañía que en cinco años ha logrado que haya 200 millones de cuentas registradas. A pesar de tal impresionante número de cuentas (que no usuarios, aclara la gerente de internacionalización), «importa más el consumo de información que la creación de “tuits”».

En este sentido, Ícaro Moyano ha destacado la importancia de la segmentación de la información en los medios para que el consumo adquiera una mayor calidad. Para ello, ha querido establecer una comparación con el «ganadero que ahora se convierte en carnicero». Es decir, «el valor es mayor si compramos en vez de toda la vaca la parte que nos interese». El hecho de controlar qué es lo que realmente la audiencia quiere y qué le interesa permite «poner un precio a la información».

Una vez más, redes sociales y medios de comunicación se convierten en tema de debate en Burgos. Aun a pesar de una difícil relación y un panorama cambiante, Juan Andrés Muñoz asegura que «cuando uno crea contenido en Internet tiene que crearlo como siempre se ha hecho: tiene que ser fiable, rápido... Son las características que definen el buen periodismo». Para el responsable de CNN, la solución al modelo de negocio en este panorama reside en crear «contenido que a la gente le interesa y que éste sea de calidad».

El futuro de la creación de contenido, según David Varona, está en la geolocalización: «decir dónde estamos y qué estamos haciendo es tan importante como decir quién soy». Así, decir «estoy viendo esto ahora» es muy importante para un medio como RTVE.es, y es más no cree que esto vaya a parar, «estamos empezando».

(Fuente: Navegante, España)

 

 

 

 

 

 

 

Los planes de estudios en la enseñanza del Periodismo

Los planes de estudios en la enseñanza del Periodismo

 

 

 16/02/2011 1:48:09

 

Se trata de algunas reflexiones del profesor Alfred Hermida, quien tiene un interesante blog  (Reportr.net) en el cual registra los cambios en la formación del periodista y en el ejercicio de la profesión. Aunque no comparto enteramente sus planteamientos,  plasmados en una entrevista concedida a Sofia Pichihua, una colega española, sí creo resultan muy útiles para reflexionar al respeto desde la óptica de la enseñanza de esta especialidad en las universidades cubanas. Se los dejo a mis alumnos y compañeros  redactores y reporteros de prensa para saquen sus propias conclusiones.

 

«La educación periodística —dice Hermida—está en proceso de transformación, reflejando los cambios que enfrenta el periodismo. El modo en el que el periodismo está siendo enseñado está evolucionando, aunque hay dos distintos enfoques. El primero asume que el periodismo es lo mismo de  siempre, excepto que se ha convertido en más “tecnológico”. Esto se evidencia en los centros de estudios que añaden las clases de multimedia en un plan de estudios establecido.

«La otra perspectiva está basada en la premisa que el ambiente mediático es significativamente diferente hoy en día debido al desarrollo y a la adopción de estar conectado, las tecnologías digitales, las nuevas prácticas y los acuerdos sociales asociados a estas últimas. Para las escuelas de periodismo, eso significa que tienen que reconocer que la profesión está bajo un periodo de cambios fundamentales como resultado de la imaginación de las personas y de la exploración de nuevos caminos para hacer las cosas y para ser. En realidad no es tan simple como añadir clases de multimedia al currículo, hay que replantear el plan de estudios».

Según este docente que ejerce en The University of British Columbia (UBC), «el rol de la educación periodística es preparar a los estudiantes para hacer periodismo mañana, no solo para participar en las redacciones de hoy».

Desarrollar su propia voz como periodistas

«Tenemos un curso específico sobre blogs en el primer año del programa de periodismo. Discutimos sobre blogs con la intención de desarrollar una identidad personal y profesional del estudiante. Para la materia, los estudiantes tienen que mantener un blog sobre un área en el que estén especializados, proveer análisis y comentarios en un estilo informal y conversacional, interactuando con sus lectores. Con un blog, los estudiantes desarrollan su propia voz como periodistas, y establecen sus conocimientos sobre determinada área.

«Cada periodista debe aspirar a poseer su nombre en línea. El primer paso es comprar un dominio con tu nombre y empezar un blog o una web. Pero eso significa que debes establecer una presencia en otras plataformas como LinkedIn, Facebook y Twitter. Los periodistas veteranos también deberían colaborar en otros sitios, dejar comentarios informados e integrarse en la conversación. Estar involucrados en las redes sociales no debe ser visto como una actividad extra, sino como una actividad central en el trabajo periodístico».

Sacar ventaja de las redes sociales

«Los nuevos medios, como Twitter y las redes sociales en general, pueden ayudar a hacer mejor periodismo, pero… ¿los periodistas aprovechan todo su potencial?

«Estos sitios permiten a los periodistas conectarse con las audiencias. Los comunicadores necesitan entender que deben estar donde sus lectores están, más que esperar que ellos se les acerquen. Por ejemplo, permitir a otros que inserten tus videos no solo distribuye el contenido, también el alcance de tu trabajo.

«Twitter permite distribuir contenido periodístico, pero es mucho más que un medio de difusión. Para tener ventaja de esta red de microblogging, los periodistas necesitan escuchar los que los demás dicen y mantener conversaciones.

«Para mí, Twitter es como el periodismo ambiental. Lo que quiero decir es que el hacer periodismo está tomando lugar en Twitter todo el tiempo. Evidentemente no todos los tweets son periodísticos, pero el volumen y la velocidad de los mensajes hacen que sea complicado para un periodista navegar entre el contenido e identificar información valiosa.

«Estamos viendo más herramientas sofisticadas y nuevas técnicas que nos sirven para navegar en el mundo de Twitter –desde las listas hasta servicios como Twitter Analyzer, que ayudan a explorar el gráfico social de un twittero.

Las redes internas en los medios

«Una red interna puede ser de importancia para los medios porque de esta manera pueden tener información demográfica y de otro tipo sobre sus lectores. Puede ser una manera de vincular a los usuarios con la marca más estrechamente, en un momento en el que la audiencia es «promiscua» en relación a sus hábitos para informarse».

«No conozco mucho sobre Eskup (El País), pero The Telegraph tiene una iniciativa similar. No es una red social propiamente dicha, pero incorpora algunos elementos para que los lectores se conecten con otros y participen en discusiones. Al mismo tiempo, las organizaciones de noticias necesitan mantenerse en las redes sociales existentes, como Facebook y Twitter. Algunos usuarios no van a querer crear una cuenta adicional con cada medio.

Nota: El profesor Hermida publicó la entrevista realizada originalmente en inglés» en su blog.

 

(Fuente: Clases de Periodismo)

 

Enlaces relacionados

 

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¿Por qué la política norteamericana y la sociedad están a punto de cambiar para mal? (V Final)

¿Por qué la política norteamericana y la sociedad están a punto de cambiar para mal? (V Final)

 

26/01/2011 13:19:54

(Traducción: Jairo Echeverri García, Coordinador editorial, FNPI) 

 

Esto nos lleva una vez más al problema central. Si los diarios ya no son capaces de llevar a cabo subsidios cruzados para el periodismo de servicio público y si las formas de colaboración descentralizadas ya no pueden proveer un substituto adecuado, ¿cómo van a pagar ese trabajo? La respuesta, en la medida que haya una, es que necesitaremos mucha más ayuda filantrópica de la que jamás hayamos tenido en los Estados Unidos para el periodismo.

Cuando una sociedad requiere de bienes públicos, la solución a menudo es usar al gobierno para subsidiarlos o producirlos directamente. Pero si queremos a una prensa escrita que sea independiente del control político, no podemos permitir que el gobierno patrocine o saque de apuros a diarios específicos.

A finales de los siglos XVIII y XIX, además de usar contratos para subvencionar a partidos políticos favorecidos, el gobierno federal apoyaba a la prensa sin ataduras de contenido –a través de tasas postales baratas disponibles para todos los diarios‐.Desde 1960 los gobiernos federales y estatales han contribuido a la radiodifusión pública, lo que ha convertido a la televisión y las estaciones de radio públicas en importantes fuentes de noticias. Las estaciones de radio públicas han sido un especial éxito. En un periodo en el cual las estaciones de radio comerciales han abandonado todo menos las noticias titulares, la Radio Pública Nacional se ha convertido en el último refugio del reportaje original existente.

Charles Lewis, un estudioso del reportaje investigativo apuntó en el Columbia Journalism Review que las estaciones de radio públicas, a pesar de su trabajo excelente, no han realizado muchas noticias investigativas. La dependencia de muchas estaciones locales de la financiación del gobierno estatal las vuelve vulnerables a las presiones políticas y es improbable que llenen el vacío dejado por la reducción en el cubrimiento de los estados realizado por los diarios. Prácticamente cualquier petición por parte de la prensa para subsidios gubernamentales fracasaría hoy por estos motivos: la financiación por el gobierno federal o los estados es susceptible a la manipulación política.

En otros lugares los gobiernos están subsidiando a la prensa. En un esfuerzo para apoyar a los diarios en Francia, el presidente Nicolás Sarkozy anunció recientemente un programa basado en otorgarles a individuos de 18 años un año entero de suscripción gratis al diario de su escogencia. En los Estados Unidos esto sería considerado un chiste, aunque dependiendo de cuantos adolescentes escogieran uno de nuestros diarios amarillitas, podría dar un significado agregado al concepto «paquete de estímulo.»

El otro medio estándar para apoyar la producción de bienes públicos es a través de organizaciones privadas sin ánimo de lucro. De hecho, el apoyo al periodismo por parte de organizaciones sin ánimo de lucro ha aumentado. Pero muchas de las discusiones en torno al periodismo sin ánimo de lucro no han reconocido que puede significar por lo menos tres cosas diferentes. La primera, aunque no necesariamente la más relevante, es la conversión de los diarios de comerciales a «sin ánimo de lucro», como forma de preservar su rol de servicio público.

El St. Petersburg Times de Florida, de la cual es propietario el Poynter Institute, una escuela de periodismo, es a menudo citado como un modelo de este enfoque. De hecho el mismo Times ha sido manejado con ganancias que han sido usadas para convertir al Poynter Institute en un centro importante para el entrenamiento en periodismo. No obstante, hoy la cuestión no gira en torno a si se usan los lucrativos diarios para apoyar a la filantropía, sino si las organizaciones sin ánimo de lucro pueden sostener a los diarios que pierden dinero.

El Guardian Media Group, cuyo propietario es el Fondo de Inversiones Scott, se acerca más a las demandas actuales. El fondo usa las ganancias de sus filiales lucrativos para asegurar la supervivencia del diario Guardian, que ha perdido dinero en los años recientes. Pero el modelo de Guardian depende de tener filiales lucrativos para compensar las pérdidas de un diario.

Antes de detener la imprenta por última vez, los dueños de algunos de los diarios decadentes pueden tratar de convertirlos en organizaciones sin ánimo de lucro con la esperanza de generar contribuciones para mantenerlos operando. No me sorprendería si algunos diarios tienen un núcleo de lectores devotos que estarían dispuestos a dar más en contribuciones deducibles de impuestos de lo que actualmente pagan en suscripciones.

Sin embargo ningún diario ha probado si esta opción puede generar suficiente dinero para continuar en el negocio. Además de la operación sin ánimo de lucro de un diario, un segundo enfoque es el apoyo caritativo a ciertos tipos de periodismo, disponibles a través de múltiples puntos, sean comerciales o sin ánimo de lucro. El mejor ejemplo de esta solución es ProPublica que se describe a sí misma como «una sala de prensa independiente, sin ánimo de lucro, que produce periodismo investigativo con base en el interés del público».

Publicando «en línea» desde junio pasado, ProPublica también trabaja en sociedad con diarios como el New York Times para algunas noticias. Las sociedades permiten a los diarios rebajar los costos de las noticias investigativas, y le otorgan a ProPublica acceso a la distribución masiva como también controles de calidad.

De manera similar, la Kaiser Family Foundation, que se enfoca en políticas de salud, anunció el otoño pasado que comenzaría a emplear a reporteros directamente para crear un servicio de noticias sobre políticas de salud. De acuerdo a Drew Altman, el presidente de la fundación, además de hacer disponibles gratuitamente algunas noticias «en línea» y para los diarios, el servicio noticioso establecerá sociedades con los diarios para noticias específicas y los diarios tendrán el derecho de la primicia sobre estas.

Otras fundaciones que se enfocan en áreas de políticas específicas pueden seguir este enfoque como una manera de promover la sensibilización pública de sus preocupaciones. Tanto la operación de diarios sin ánimo de lucro y la ayuda filantrópica de tipos particulares de reportajes tienen como objetivo el fomento de formas de periodismo de servicio público que de otra manera estarían amenazadas.

Financiar nuevos modelos de periodismo en el entorno online es incluso un tercer uso de las organizaciones sin ánimo de lucro. Un buen ejemplo de esta propuesta es el Center for Independent Media, que de acuerdo a su director David Bennahum, recibe alrededor de USD $4 millones por parte de 70 financiadores para apoyar sitios de noticias políticas «en línea» en cinco estados, así como uno para noticias nacionales con The Washington Independent.

Bennahum afirma que «la voz narrativa utilizada por los diarios no es lo que los lectores (de internet) quieren» y que los sitios que su centro financia están haciendo en su lugar un tipo de periodismo que invita a los lectores al diálogo. La noción de que el medio digital requiere una relación más inclusiva con «las personas antiguamente llamadas audiencias» es un tema común entre periodistas de internet.

Joshua Micah Marshall, el fundador de TalkingPointsMemo.com, que opera sobre una base comercial, dice que muchas de las historias en su sitio surgen a partir de ideas y sugerencias suministradas por lectores en miles de correos electrónicos diarios. Cualquier actividad de noticias implica que haya información fluyendo, una publicación «en línea» puede abrir este proceso de manera productiva a cualquiera que sea capaz y esté dispuesto a ayudar.

Las noticias se desarrollan en internet de manera incrementada, a menudo a través de la participación en una red colaborativa, en lugar de ser escritas entre bastidores y publicadas sólo después de ser revisadas y terminadas. Esto es completamente diferente al «periodismo ciudadano» y tiene el potencial de tener la misma rigurosidad que las prácticas periodísticas tradicionales.

En ciudades alrededor del país, los periodistas experimentan con una variedad de estrategias para construir sitios de noticias únicamente en internet para compensar por la disminución de las salas de redacción en los diarios locales. MinnPost.com en Minneapolis y Saint Paul, la más substancial de estas empresas, espera atraer a un amplio rango de lectores y patrocinadores con un cubrimiento de noticias de alcance relativamente extenso de acuerdo a su Director Ejecutivo y editor Joel Kramer.

Pero su presupuesto anual de USD $1.3 millones, no puede soportar una operación con la escala de un diario metropolitano; con sólo 7 empleados de tiempo completo, MinnPost.com depende principalmente de trabajadores independientes, muchos de ellos periodistas que se han retirado del Pioneer Press de Saint Paul o del Star Tribune de Minneapolis (que en noviembre presentó una petición de protección por bancarrota a pesar de haber recortado su personal editorial un 25%).

VoiceofSanDiego.org, otro sitio noticioso metropolitano «en línea» sin ánimo de lucro, se desarrolló como respuesta a escándalos en la ciudad y tiene noticias investigativas especializadas. Como las estaciones de radio públicas, estas empresas recaudan fondos a través de contribuciones de membresías individuales y subvenciones de fundaciones locales, aunque no del gobierno.

Dudosos de poder lograr alguna vez la escala de los grandes diarios metropolitanos, Rosentiel compara a los sitios noticiosos a nivel de ciudad «en línea» con las revistas agresivas también a nivel de ciudad. Si una de las preocupaciones primarias gira en torno a que el gobierno continúe rindiendo cuentas, ese tipo de reportaje agresivo es ciertamente una función valiosa y digna de apoyo. Pero debido a su base económica más limitada, es probable que los sitios

noticiosos sin ánimo de lucro no sean capaces de ofrecer la cobertura o ejercer la influencia de un diario leído por la mitad de las personas de una ciudad.

Los grandes diarios metropolitanos no emergieron sólo porque las ciudades necesitaban de los diarios para informar a los ciudadanos, después de todo, las ciudades necesitaban de muchas cosas que nunca se desarrollaron.

Los diarios prosperaron al nivel metropolitano porque su rol como intermediarios en el mercado les permitía generar publicidad sustancial, así como ingresos por circulación, haciendo que en efecto se tornaran fuertes e independientes. Sitios noticiosos sin ánimo de lucro que carecen de una fuerte base de publicidad dependen de donantes para su supervivencia y se encuentran en riego de ser destruidas por tan sólo una demanda.

Por lo tanto, es improbable que igualen al poder tradicional de la prensa. Muchos han estado esperando que los sucesores de los diarios surjan en internet. Pero puede que no haya ningún sucesor, por lo menos ninguno como los diarios que hemos conocido. El diario metropolitano puede ser una invención histórica peculiar cuya época está caducando. Podríamos estarnos avecinando no al final de los diarios, pero al final de la era de los diarios.

La larga fase en la historia en la cual los diarios publicaban en ciudades principales alrededor de los Estados Unidos ha sido central para tanto la producción de noticias como para la vida misma de sus regiones metropolitanas. Los diarios metropolitanos han dominado la recolección de noticias, han establecido la agenda pública, servido como el punto focal de la controversia y se presentaban convincentemente como reflejo y voz de las ciudades cuyos nombres portaban.

Han intentado ser la fuente de noticias de todos, atrayendo a través del espectro ideológico y, para ser detallado, otorgándoles a sus lectores todo aquello que fuera de su diario interés. Algunos diarios, un número menor que el existente actualmente, sobrevivirán la transición al internet pero probablemente no tendrán la centralidad, esfera de acción o la voz de autoridad, mucho menos los monopolios sobre la publicidad metropolitana que los periódicos han tenido. 

Es probable que si los medios noticiosos emergen en el entorno digital estarían más concentrados en algunos aspectos y más fragmentados en otros. El número de lectores ya se está concentrando en una prensa nacional. Diarios como The New York Times, The Wall Street Journal y The Washington Post parecen bien posicionados para capitalizar el abandono de los diarios regionales con respecto a la cobertura internacional, nacional y cultural. El probable cierre de algunos diarios, o su transformación de diarios a semanarios seguramente intensificará este cambio. En Europa, la prensa ha sido dominada por los diarios nacionales hace mucho tiempo; ahora los diarios norteamericanos se están moviendo en esa dirección.

Otra forma probable de concentración de los medios noticiosos no tiene precedente ni paralelo. En internet, las viejas divisiones entre tipos de medios se están desmoronando. En lugar de sólo ofrecer texto, los diarios han comenzado a proveer audio y video.

Por otro lado, a pesar de las regulaciones federales que limitan la inversión en diferentes tipos de medios masivos en un mercado, parece cuestión de tiempo antes de que haya combinaciones entre los diarios y las divisiones de noticias de las redes y estaciones de radiodifusión. Aunque llamemos a algunas de estas combinaciones «diarios» en realidad serán una especie completamente diferente.

No obstante, es plausible que los medios noticiosos emergentes también se tornen más fragmentados debido al interés y al partidismo. Así como la prensa nacional en países europeos está dividida típicamente a lo largo de líneas ideológicas, también nuestros medios nacionales emergentes están adoptando perfiles ideológicos distintos. Como muchas de las funciones tradicionales de los diarios se están transfiriendo a sitios especializados, más de las noticias que leemos serán producto de redes descentralizadas en lugar de organizaciones únicas a gran escala.

Para aquellos con las habilidades y el interés de sacar ventaja de este nuevo mundo de noticias, debe haber mucho con lo que complacerse. En vez de limitarse a un diario local, los lectores ya disfrutan del acceso a un rango, más amplio que nunca, de publicaciones y discusiones. Pero sin un diario local o incluso con uno reducido, muchas personas aprenderán menos acerca de lo que sucede en el mundo.

Actualmente, además, ninguna fuente en cualquier medio parece estar dispuesto ni ser capaz de pagar por el periodismo de interés general que los diarios están abandonando. La filantropía puede ayudar a compensar algunos de estos recortes, pero es improbable que contrarresten totalmente lo que se está perdiendo.

La cobertura de noticias no es lo único que los diarios nos han brindado, también le han dado al público un poderoso medio de influencia sobre el Estado que ahora está ahora en riesgo. Si tomamos en serio la noción de los diarios como un cuarto Estado o una cuarta rama del gobierno, el fin de la era de los periódicos implica un cambio en nuestro sistema político mismo.

Los diarios han ayudado a controlar las tendencias corruptas tanto en el gobierno como en los negocios. Si hemos de evadir una nueva era de la corrupción, tendremos que evocar a ese poder de otras maneras. Nuestras nuevas tecnologías no retiran nuestras viejas responsabilidades.

 

*Paul Starr es profesor de comunicaciones y asuntos públicos en el Woodrow Wilson School en la Universidad de Princeton. Su más reciente libro se titula Freedom’s Power (Editorial Basic Books).

 

 

 

 

 

ENTRE LAS CRÓNICAS, LAS DE VIAJE…

ENTRE LAS CRÓNICAS, LAS DE VIAJE…

23/01/2011 21:16:01

 

Por la Dr. Miriam Rodríguez Betancourt

Profesora Titular de la Facultad de Comunicación

Universidad de La Habana

 

(Especial para La Tecla con Café)


Como se sabe, la crónica no es un género propio del Periodismo.  Nace en y con la Literatura y de ahí «salta» a las páginas de los periódicos y va adquiriendo modos de hacer específicos, nuevos temas y enfoques, aunque siempre conservará, sobre todo en el lenguaje y tal vez en lo más íntimo del tono, aquella herencia.  Así también respetará la otra herencia, la histórica, pues en la Edad Media solía llamárseles cronistas a los historiadores.

El oficio periodístico impondrá al género acogido determinadas características como el  empleo de procedimientos literarios en su elaboración, entendiendo por ellos mayor libertad metafórica  y recursos expresivos derivados de los géneros de ficción; prevalencia del criterio personal, —«la crónica comienza siendo el más personal de los géneros» —acota Luis Sexto (1)—; selección de tema singular,  atractivo, diferente; y comprensión de que este género requiere de un receptor especial: el lector de crónicas.

Me parece necesario, antes de proseguir, hacer una  aclaración una en cuanto a qué queremos decir con criterio personal y con receptor especial.

Cuando aludo a criterio personal en este género, me refiero a la proximidad que el  cronista tenga con el tema o asunto en cuestión,  a esa aprehensión de la intimidad humana de un hecho que sólo se logra por la vía de las emociones, de los sentimientos, y que luego emerge, digámoslo de una vez, mediante la poesía. «El cronista es sólo el pretexto para delinear lo más humano de un acontecimiento o un proceso. Y para  reflejarlo intenta convertirse en el espejo que refracte los valores sensibles de la noticia» (2).

En cuanto a receptor especial, pienso en ese alguien dispuesto a  acercarse  a un género que no pretende revelarle un acontecimiento de última hora, ni explicarle  las causas últimas de un problema, sino que sólo le invita a compartir las rutas de un camino áspero o amable, intrincado o llano, para compartir un descubrimiento de esencias. Y para esa invitación, es necesario un lector especial capaz de comprender desde los primeros pasos, a qué lo convocan.

Hablar entre nosotros de crónica es recordar al cronista José Martí,    considerado uno  de los cultivadores mayores de este género en América, uno de los  pioneros en la revolución artística de la prosa (3). Sus «Escenas Norteamericanas» sentaron cátedra  entre las crónicas. Ellas se distinguen,  como puntualiza el Dr. Pedro Pablo Rodríguez, por los siguientes rasgos: «la narración de sucesos por cierto no contemplados  directamente por el cronista, el  encabalgamiento, el colorido, la peculiar puntuación, el   lenguaje metafórico ilimitado, el atrevido y castizo neologismo y el juicio moral»(4).

La lectura y relectura de sus crónicas depara muchas lecciones, de todo tipo, pero hay una reflexión de ellas derivada que tiene particular importancia para quienes nos interesa y cultivamos este género periodístico, y es que gracias a los procedimientos literarios empleados por Martí en las crónicas norteamericanas, ellas permanecen en nuestros días cuando ya los sucesos referidos han perdido su valor periodístico, como señala tan acertadamente el Dr. Rodríguez. (5).

En relación con las definiciones, clasificaciones y tipologías  de crónica, ya advertíamos las dificultades que suponen tratar de «explicar» qué es este género, a lo que se añade, decíamos, «la imposibilidad de entenderla igual en cualquier ámbito geográfico o práctica periodística» (6).

Pudiéramos relacionar un amplio número de definiciones y clasificaciones; ellas revelarán, sobre todo, las diversas opiniones, a veces diametralmente opuestas, que en este sentido expresan  los estudiosos de la materia. Quizás lo más útil a los fines de nuestro  encuentro sería anotar aquellos aspectos que concitan mayores acuerdos y obviar los disensos que, en definitiva, confirmarán la aversión del género respecto a las etiquetas.

Hay consenso en el apego al orden temporal si se trata de sucesos; la subjetividad del autor, el comentario vinculado a la información; la relatividad en cuanto a la actualidad, y el estilo literario.

En materia de clasificación, unos atribuyen la crónica al periodismo informativo, otros al periodismo de opinión. Pero en materia de tipologías no hay opiniones antagónicas, todo lo contrario: unanimidad de infinitas diversidades tanto por su enfoque como por su tema y por el lugar de emisión.

Un somero recorrido: por su enfoque: general, especializada, analítica, sentimental, humorística, histórica. Por su tema: parlamentaria, judicial, de espectáculos, de sucesos, de viajes, de interés humano, de sociedad, taurina, deportiva, costumbrista, local…

En los manuales recibe especial mención la CRÓNICA DE VIAJES, quizás  porque ella está en la raíz misma del género y por la popularidad y frecuente empleo de ellas en las épocas de los descubrimientos cuando marinos  como Magallanes y Bernal Díaz del Castillo relataban los maravillosos hallazgos de aquellas aventuras Viajar tiene una especial significación para los seres humanos.  Veamos cómo lo  aprecia la periodista y profesora tinerfeña Olga Alvarez de Armas: 

«Escribió Cervantes que dijo Don Quijote: El andar tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos». Como siempre tiene toda la razón el  hidalgo caballero. Viajar nos hace más discretos. Conocer a otras gentes, ver qué hacen los otros, qué tienen, cómo viven. Eso nos hará mucho más discretos porque si sabemos algo más de lo que hay fuera de nosotros ya habrá al menos alguien quien piense que a lo mejor no somos el centro del universo, podremos al menos poner en duda que a lo mejor hay otras ciudades, otras cosas, otras personas tan buenas, o mejores que las nuestras y no por eso dejamos de amar nuestra tierra.

Por el contrario, sólo creceremos como personas y como ciudadanos desde la autocrítica, la auto-complacencia sólo sirve para conducirnos a la vulgaridad.  Tener eso presente  «nos evitará hacer el ridículo y lo que es peor: sentir vergüenza ajena». (Crónicas Viajeras /6  Argentina, Buenos Aires, Olga Alvarez de Armas, Diario de Tenerife 28-8-10)

Se me ocurre pensar que los especialistas distinguen especialmente a la crónica de viajes porque, en definitiva, qué es el periodista sino un viajero, un impenitente caminante que observa, conoce gentes y lugares, traslada y disemina sus vivencias,  y si es una buena persona, como debe serlo—porque como decía Kapuscinsky, «los cínicos no  sirven para este oficio»—comprende que él no es el ombligo del mundo.

De modo que a la crónica de viajes nos vamos a referir de ahora en lo adelante, porque de ella están necesitados nuestros medios, porque constantemente estamos recorriendo los caminos, y no es necesario cruzar el Atlántico para escribir una crónica viajera y descubrir «nuevas voces, nuevos ámbitos»; porque mediante este tipo de crónica  iluminamos espacios escondidos para otros, no tan privilegiados como nosotros; porque compartimos y confrontamos experiencias.

Una breve referencia a sus características y algunos comentarios antes de observar ejemplos de buenas crónicas, de buenos cronistas, que nos permitan intercambiar criterios.

El relato puede partir de un hecho o asunto inscrito en la actualidad más inmediata o en el pasado, es decir, de un viaje que hayamos hecho ayer u hoy, hablando en términos cronológicos.

La crónica de viajes se caracteriza por su carácter testimonial, por su sentido evocador y por cierto aire de nostalgia que los recuerdos siempre arrastran, desde el yo protagónico del relator, desde nuestra subjetividad. 

No se puede hablar de crónica de viajes sin la develación de detalles singulares, anécdotas, y sin carga informativa e histórica, ligera o densa de acuerdo con el lugar, el tiempo, el tema, las circunstancias, la novedad…y el espacio de que dispongamos.

Para ello, los buenos cronistas no escatiman recursos expresivos, inclusión de otros géneros si es preciso —el comentario, la entrevista…—; y nunca, nunca,  olvidan el acabado literario.

En los siguientes ejemplos, reparemos en cómo los autores revelan las cualidades básicas de un cronista: poder de observación, sensibilidad, preparación cultural, capacidad de síntesis y buena pluma para, desde Cienfuegos hasta París, pasando por La Habana y El Cairo, mostrarnos una visión personal de la múltiple realidad.

Me limitaré a destacar algún aspecto en cada uno de los fragmentos que seleccioné como ejemplos:

MUELLE

Entre las mordidas del salitre, los zarpazos del tiempo y las heridas de la desidia, agoniza un símbolo de Cienfuegos: el Muelle Real.

Una de estas noches, cuando el calor y el apagón me empujaron a la calle, busqué refugio en el viejo andén marítimo, donde la brisa del Sur es una bendición. (Muelle,  Francisco G. Navarro, Gajos del Oficio, Ediciones Mecenas, Cienfuegos, 2006)

¿Cuántas veces han estado ustedes en el Muelle Real, disfrutando de esa misma brisa del Sur? ¿Cuántas veces se han asomado al lugar y han seguido de largo?

Navarro no dejó pasar la ocasión, y convirtió al viejo muelle cienfueguero  en objeto de una hermosa crónica, en la que, además de la añoranza, aflora la crítica.

ESPAÑA: LA NOSTALGIA DE LA NOSTALGIA

Encontré que, en efecto, (…) los campos de Soria eran áridos y fríos, con sierras calvas y cerros cenicientos donde la primavera dejaba entre la hierba un rastro perfumado de margaritas blancas.

Reconocí los pueblos de Andalucía, que parecen dibujados a pluma, y sentí al atardecer los cencerros de los corderos y el olor del tomillo estrangulado por el tropel del rebaño. (España: la nostalgia de la nostalgia.  Gabriel García Márquez.  (G. G. Márquez, La soledad de América Latina, Ed. Arte y Literatura, La Habana, 1986).

Es evidente el aliento poético de este fragmento, como de García Márquez.  Lenguaje  literario, perfectamente asequible, comprensible.  ¿Por qué no periodístico?

BELICEÑOS

El país tiene etnias de todos los colores: mujeres de cobre, hombres de ébano,     latinos de bronce, y hasta blancos de sol.  Cada uno aquí tiene su cultura, sus ritos y cantos, su ropa y olor.  Cada uno convive con sus dioses y hasta con brujos llegado de otras tierras que, cual deidades romanas, vacilan e intervienen, deciden y transforman, en la mente de muchos, su dolor. (Beliceños. Enrique Milanés León. (Crónicas raras y otras redundancias. Editorial Ácana. Camagüey, 2006)

Nuestro colega Milanés, mediante el contraste, acude a los detalles singulares de ese singular país que es Belice.  En la última línea asoma un elemento que llama la atención del lector.

EN LA HABANA

Si en lugar de ver las paredes descascarilladas y sin pintar desde hace ni se sabe el tiempo, cambiaran esa imagen al fin y al cabo convencional (…)

Si fueran capaces de mirar La Habana con una visión no convencional sino culta, se enamorarían de esa ciudad. (Crónicas Viajeras/5, En La Habana, Olga Alvarez de Armas, Diario de Tenerife, 21-8-10)

Olga Alvarez de Armas publicó una serie de crónicas que bajo el rubro «Crónicas Viajeras» aparecieron  en el Diario de Tenerife.  En esta,  invita al lector a encontrar otro ángulo para rebasar una visión superficial.

OTRA CRÓNICA DE LUANDA

Para los ojos de una sola mirada trascender la visión inmediata de la ciudad es un esfuerzo inútil. «Ni en diez siglos podrán cambiar las cosas», me dice un portugués que regresa porque perdió el empleo en su patria. (…) (Otra crónica de Luanda, Miriam Rodríguez, Acerca de la crónica periodística Editorial Pablo, 2008)

Coincide en intención con el texto de su colega tinerfeña. Ahora se trata de la ciudad de Luanda.

ARGENTINA, BUENOS AIRES

Cómo no volver a una ciudad que tiene tantas librerías y muchas de ellas abiertas las 24 horas del día.  Qué maravilla.  Tiene la librería más bonita que   puedan imaginarse.  Se llama El Ateneo Gran Splendid porque ocupa el teatro-cine de ese nombre Gran Splendi, de 1860, que fue tan importante en Buenos Aires.    

Esta de Buenos Aires es, según el periódico británico The Guardian, la segunda de las diez mejores librerías del mundo.  Y es que para comprender esa proliferación de librerías, no debemos olvidar que Argentina fue la mayor industria editorial en lengua española y una de las industrias editoriales más importantes del mundo durante el siglo xx. (Crónicas viajeras/6 Argentina, Buenos Aires, Olga Alvarez de Armas. Diario de Tenerife, Islas Canarias, 28-8-10)

Esta crónica, evocadora e informativa. Obsérvese el tono coloquial.

LA VIDA INTELECTUAL

Una muchacha francesa amiga mía, de paso por Caracas, me preguntaba la otra tarde cuál era la impresión más neta que llevaba yo de mi estancia en esta tierra. Sin pensarlo mucho le respondí que, en el orden sentimental, la de que los venezolanos son gentes de extremada cordialidad y simpatía, cuyo carácter abierto mucho se parece al de mis compatriotas... (La vida intelectual, Nicolás Guillén, Prosa de Prisa 1919-1972, Tomo I Editorial Arte y Literatura, 1975)

De un cronista mayor, una impresión personal.

EN LA RUTA

El disparo resonó en el malecón de Baracoa y la Vuelta arrancó.  La Farola se erguía delante como la loma inicial de estos argonautas que desamarraban sus piernas en busca del vellocino de la gloria.  Subimos.  Yo viajaba al lado del conductor del yip. Nos acompañaba el periodista mexicano Francisco Javier Carmona. Empezamos a bajar.  Y de pronto, los frenos tocaron el piso sin que el vehículo aminorara su vértigo (…). Carmona, con una serenidad que le atribuí a su sangre aborigen, me preguntó qué íbamos a hacer. Esperar a que un obstáculo o el plano nos paren. «Y si nos matamos, arguyó». Nos morimos, qué otra cosa. Pero moriremos como ruteros.  En el camino. (En la ruta. Luis Sexto. Con Judy Garland en un cine de La Habana y otras crónicas de la ciudad, Editorial Pablo de la Torriente, 2OO6)

Una anécdota como hilo conductor. ¿Siempre es admisible?

EL CAIRO, NAGUIB MAHFUZ

Ya a punto de irme le digo si seria capaz de describirse a sí mismo.  Lo piensa un poco y dice: «Pues soy un egipcio medio, jubilado de la función  pública que ama pasearse por las mañanas por los viejos barrios de El Cairo, que comienza a leer los periódicos por las páginas necrológicas y que no va al cine… ya no sé los años». (El Cairo, Naguib Mahfuz. Olga Alvarez de Armas. Diario de Tenerife l4-8-10)

Olga Alvarez de Armas incluye ahora una entrevista en su crónica viajera.  

CHE: SU PASO POR LA TIERRA.

Un pueblo como tantos, sumido en un aburrimiento vegetal porque se fueron los soldados con sus trajes camouflageados, el ruido de sus camionetas y sus marchas, los periodistas con sus cámaras y sus máquinas portátiles; porque han muerto los guerrilleros. Y del que sin embargo se sigue hablando. Vallegrande, se seguirá hablando porque allí está el hospital «Señor de Malta» donde tendieron el cadáver aún tibio del Che y desfiló todo el pueblo (…) porque ahí está el cementerio donde, hay quien dice, que enterraron en secreto a algún guerrillero, porque algo más poderoso que el silencio, la rutina, la tristeza, sobrevive en el aire de Vallegrande. (Che: su paso por la tierra Ernesto González Bermejo, Revista Cuba Internacional, 1973)

Crónica o reportaje cronicado. En todo caso, se hizo necesaria la fusión de géneros.

INTRODUCCION AL CONOCIMIENTO DE BRUSELAS

(...) Debe confesarse, por otra parte, que si bien el municipio de Bruselas ha tenido el buen cuidado de conservar celosamente esta plaza, su respeto por la tradición no llegó al grado de impedir el arraigo de comercios antiestéticos en sus históricos edificios. (Introducción al conocimiento de Bruselas, Alejo Carpentier, Crónicas Vol. II, Editorial Arte y Literatura, 1973)

Título curioso en una crónica del gran novelista.  Inclusión de comentario.

A modo de conclusión:

La variedad y diversidad de temas y asuntos mostrados en los ejemplos anteriores confirma una vez más  la  generosidad de este género para admitir atmósferas, situaciones,  asuntos, personas.  La crónica,  lo decía el escritor cubano Leovigildo Díaz de la Nuez, « (…) deambula por todos los rumbos y capta los variados matices del  humano acontecer». (7).

Confirma también este registro de autores de distintas experiencias, medios y localidades,  la universalidad de los modos de abordar y elaborar la crónica periodística, sobre todo en el escenario hispanoparlante.

La muestra evidencia, por último, que con independencia del tema, y el estilo de cada autor, es el lenguaje literario, el juego de las imágenes y las metáforas, el común denominador de sus crónicas.

 

Notas:

(1) Sexto, Luis. Asunto de opinión, Editorial Pablo 2009, p.96

(2) Ibídem p.97

(3) Serna, Mercedes.  Anthopos. Revista de Documentación Científica de la Cultura, Barcelona. No. 169. nov.dic.1995

(4) Rodríguez, Pedro Pablo. Ojeada al periodista José Martí en El Periodismo como misión. Editorial Pablo de la Torriente, 2002, p.20.

(5) Ibídem, p.23

(6) Rodríguez Betancourt, Miriam  Acerca de la crónica periodística. Editorial Pablo de la Torriente, 1999 p.8

(7) Ibídem, p.55

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Por qué la política norteamericana y la sociedad están a punto de cambiar para mal? (IV)

¿Por qué la política norteamericana y la sociedad están a punto de cambiar para mal? (IV)

23/01/2011 20:53:00

                      

(Traducción: Jairo Echeverri García, Coordinador editorial, FNPI) 

Después de que cientos de industrias «puntocom» cayeron en bancarrota entre el año 2000 y 2002, toda la charla efusiva acerca de la revolución informativa pasó de moda. Pero la transformación social en curso —no hay ninguna duda de que efectivamente hay una en curso está desintegrando a los viejos monopolios de comunicación y poder y creando nuevas posibilidades para la libre expresión y políticas democráticas.

Como en cualquier trastorno, algunos efectos son impredecibles y no todos son positivos. El hecho de que lo bueno y lo malo a menudo están entrelazados es tal vez lo más confuso. Al incrementar ampliamente las opciones de información y entretenimiento, el internet ha extendido el proceso que ya había comenzado cuando las compañías de televisión por cable incrementaron el número de canales de televisión.

Si el científico político Markus Prior tiene la razón, esa expansión de la elección es responsable en parte por una de las tendencias más preocupantes en la vida norteamericana: atención disminuida hacía las noticias y participación reducida en la vida cívica entre una parte significativa del público.

Como nos recuerda Prior en su libro PostBroadcast Democracy, en las épocas iniciales de la televisión (y hasta 1970), los tres canales tenían virtualmente a un público cautivo cuando transmitían las noticias de la tarde a la misma hora. Aunque muchas de la personas llegando a casa desde el trabajo hubieran preferido

canales de entretenimiento, aprendían algo acerca de política y asuntos mundiales al ver las noticias nacionales con Walter Cronkite o Chet Huntley y David Brinkley.

Sin embargo, a medida que se desarrollaron la televisión por cable y eventualmente la satelital, los televidentes tenían más posibilidad de hacer elecciones más acordes con sus preferencias. De acuerdo a Prior, un grupo grande —tal vez tres de cada 10 televidentes— cambió las noticias por programas de entretenimiento. Un grupo más pequeño —tal vez uno de cada 10— empezó a ver más noticias y discusiones políticas ahora que tenían acceso a Fox News, CNN y MSNBC. Los datos de Prior muestran que ha habido una gran discrepancia en los conocimientos políticos entre aquellos que abandonaron las noticias y aquellos aficionados a ellas.

Además, el carácter del público cambió. Los televidentes que renunciaron a las noticias por el entretenimiento tendían a tener poca o ninguna relación con los partidos políticos, mientras que los aficionados a las noticias tendían a ser fuertes partidarios —la audiencia de las noticias se ha vuelto más partidaria de lo que solía ser—. Los programas de noticias por cable con fuertes inclinaciones ideológicas han respondido a este cambio y tal vez contribuido a él.

El declive de los diarios y el crecimiento de internet como fuente de noticias pueden tener un impacto parecido. Por una parte, es probable que haya menos aprendizaje incidental entre las personas con bajo interés político.

Como los televidentes orientados hacia el entretenimiento que aprendían del mundo por no tener otra alternativa además de sentarse a ver las noticias de los canales nacionales, muchos que han comprado el diario por los deportes, las recetas, las tiras cómicas o los crucigramas han, en todo caso, aprendido algo del mundo al ojear por lo menos la portada. Haciendo un contraste con el internet, sus usuarios no ven necesariamente lo que sería noticia de primera plana del diario de su ciudad y por eso es probable que estén menos informados acerca de noticias de la política a medida que la lectura de los diarios impresos decae.

Por otra parte, así como más televidentes partidistas tienen más opciones en la televisión por cable que en las cadenas nacionales, también tienen más para leer y discutir «en línea» que en el diario típico local. Como resultado, en la medida en que el internet reemplace a los diarios como fuente de noticias, puede sumarle a las tendencias que Prior ha identificado: mayores disparidades de conocimiento entre los que abandonaron las noticias y aquellos aficionados a ellas, así como más polarización ideológica en el público atento a las noticias y los medios noticiosos mismos. Hay otras perspectivas.

Como argumenta Yochai Benkler en su brillante libro The Wealth of Networks: How Social Production Transforms Markets and Freedom, la nueva «economía de información en redes» tiene algunas ventajas críticas para realizar valores democráticos. El viejo modelo industrial de los medios masivos requería grandes inversiones de capital y otorgaba, a una relativamente pequeña cantidad de gente, una plataforma para hablar al público.

Ahora los menores costos de computadoras y la comunicación han «puesto los recursos materiales de la información y la producción cultural en manos de una fracción significante de la población mundial. Alrededor de un billón de personas alrededor del globo». En lugar de limitarse a un papel pasivo, la gente común y corriente puede hablar con los medios de comunicación o eludirlos por completo y entrar en una conversación pública.

Desde el punto de vista de Benkler, la esfera pública también está desarrollando mecanismos para filtrar la información y crear más confiabilidad y relevancia al organizarla en rutas de navegación más fáciles y elevarla a mejores niveles de debate público. Todo esto es contrario a críticos que se han preocupado de que el internet se convirtiera en una Babel caótica o en un sistema polarizado de «cámaras de eco». (como Cass Sunstein argumentaba en su libro Republic.com).

A diferencia de los viejos medios masivos, el nuevo entorno digital facilita una acción individual y cooperativa descentralizada, a menudo organizada en forma abierta y voluntaria. Benkler invierte una gran cantidad de esperanza en este tipo de producción colaborativa que ha generado nuevos medios sociales como Wikipedia, que sorprendentemente, a pesar de ser una enciclopedia, también se ha convertido en un importante medio de noticias por lo rápido que es actualizado. Por supuesto, muchas de estas innovaciones son bendiciones mixtas: ahora la gente puede compartir tanto su desinformación como su sabiduría.

Las cadenas de correos electrónicos, Twitter y sitios de redes sociales pueden servir para esparcir rumores y malicia a través de canales ocultos de la opinión pública y al margen de las críticas. Benkler tiene la razón acerca de las muchas ganancias importantes por las nuevas tecnologías, pero no balancea adecuadamente las ganancias con respecto a las pérdidas que la economía de redes emergente está trayendo.

Entre ellos los problemas que Prior identifica tales como la disminución del porcentaje de la población haciéndole seguimiento a las noticias, y tal vez más importante aún, el daño a las instituciones del periodismo profesional. Hasta hace poco el internet parecía ser primordialmente aditivo, agrandando las oportunidades para la auto expresión y el debate público.

Al mismo tiempo los diarios y otros viejos medios continuaron llevando a cabo sus antiguas funciones como financiar la gran cantidad de reportajes originales para el público. La hipótesis de una complementariedad feliz se acabó. Al suspender el rol de los diarios como intermediarios en el mercado local, el internet ha socavado los fundamentos económicos de la prensa. No hay duda de que esto es una ganancia en eficiencia porque los anunciantes ya no tienen que pagar precios de monopolio a los diarios. Ahora pueden usar alternativas más baratas como anuncios gratis en Craigslist.

Pero también hay un costo para los valores democráticos. Mientras los diarios pierden su habilidad de llevar a cabo subvenciones cruzadas para el periodismo de servicio público, los exuberantes beneficios que les permitían producir noticias como un bien público están desapareciendo. Las noticias distribuidas a las audiencias son un bien público en dos aspectos.

En primer lugar, desde un punto de vista político, las noticias contribuyen al buen funcionamiento de la sociedad en la medida que posibilitan al público controlar el desempeño del gobierno y otras instituciones. En segundo lugar, las noticias son un bien público desde el sentido en el cual los economistas usan ese concepto. Cuando alguien consume una caja de chocolates, nadie más la puede consumir, pero no es lo mismo con las noticias. Las noticias en realidad nunca se «consumen» y es por eso que cualquiera puede pasar las noticias a aquellos que no han pagado por ellas. En el entorno digital, la información es pasada tan fácil e instantáneamente que las noticias son, de una forma u otra, hoy más que nunca, un bien público. —Los derechos de autor protegen sólo la forma de expresión, no la información en si—. Los mercados producen los bienes públicos por debajo de los niveles de demanda porque los incentivos privados no alcanzan para producir la misma cantidad de bienes que habría si los usuarios pudieran pagar el costo real de esos bienes.

Sin embargo, por mucho tiempo y gracias en gran parte a su rol como intermediarios en el mercado, los diarios han sido capaces de producir este bien público particular —información confiable, necesaria para hacer exigir la responsabilidad del gobierno— sobre una base comercial. Sin embargo, esa forma de evadir el problema de financiar las noticias para el público está llegando a su fin.

Las redes colaborativas del internet que celebra Benkler representan una manera alternativa de producir información como un bien público. Antes de que fuera creada Wikipedia, nadie supuso que funcionaría tan bien como lo ha hecho. No obstante, tiene limitaciones severas como fuente de información. Sus entradas, incluyendo noticias, están re escritas de otras fuentes y no pretende ofrecer investigaciones o reportajes originales.

Las blogosferas y agregadores de noticias también son altamente parasitarias: se alimentan de los medios noticiosos convencionales. Los periodistas ciudadanos contribuyen con reportes de las escenas de eventos remotos, pero estos reportes pueden sólo ser la propaganda de partes interesadas.

Las redes voluntarias no pueden duplicar fácilmente ciertas ventajas críticas que los medios ejecutados profesionalmente y a gran escala han tenido; por ejemplo, los recursos financieros para invertir en reporteros y editores entrenados, asignarlos a áreas de especialización y largos proyectos, y un sistema bien establecido de normas profesionales que han sido fuente de motivación concienzuda y moderación en el reportaje de las noticias.

Los nuevos medios sociales aportan valor cuando son un suplemento del periodismo profesional. En la medida que lo usurpe, el frenesí del rumor y la malicia será más difícil de controlar. Hace aproximadamente un siglo en su libro Liberty and the News, Walter Lippman escribió:

«La noticia del día mientras llega a la oficina de prensa es una increíble mezcla de hechos, propaganda, rumores, sospechas, indicios, esperanzas y temores. La tarea de seleccionar y ordenar esas noticias es uno de los oficios verdaderamente sagrados en una democracia. Los diarios son la Biblia de la democracia con toda literalidad, el libro por el cual las personas determinan su conducta. Es el único libro serio que la mayoría de las personas lee y el único que leen cada día».

Por supuesto, los días en los cuales cualquiera hubiera afirmado que los diarios son la Biblia de la democracia o que sus editores cumplen un papel sacerdotal se han desvanecido. Pero el trabajo de separar los hechos de los rumores permanece igual de vital que siempre. Aunque el periodismo pueda estar perdiendo sus fundamentos económicos, no ha perdido su razón de ser.

*Paul Starr es profesor de comunicaciones y asuntos públicos en el Woodrow Wilson School en la Universidad de Princeton. Su más reciente libro se titula Freedom’s Power (Editorial Basic Books).

 


 

¿Por qué la política norteamericana y la sociedad están a punto de cambiar para mal? (III)

¿Por qué la política norteamericana y la sociedad están a punto de cambiar para mal? (III)

18/01/2011 19:53:59

(Traducción: Jairo Echeverri García, Coordinador editorial, FNPI) 

Por supuesto, un medio el cual el 40% del público aún dice leer, no debe darse por muerto todavía. La situación es un poco más complicada y hay más esperanza de lo que estas tendencias sugieren. Probablemente la lectura total de noticias originadas en medios de noticias impresas se ha por lo menos estabilizado.

En internet muchas personas leen noticias a través de blogs u otros sitios que copian artículos de la prensa. Los «aficionados a las noticias» ahora leen más noticias de más diarios que antes de que internet hiciera tan fácil la reproducción de múltiples

publicaciones. Por una parte, muchos diarios están claramente logrando un alcance mayor en internet. Ahora que están disponibles para lectores alrededor de los Estados Unidos y el mundo, los principales diarios nacionales como The New York Times son más leídos que nunca. Aunque no han resuelto como sacar ganancias del aumento de lectores, por lo menos tienen la posibilidad de sobrevivir la transición al internet.

Al otro extremo de la balanza, algunos diarios de pequeñas comunidades también están relativamente en buen estado principalmente porque los medios de noticias impresas aún derivan ganancias de los anuncios de pequeñas empresas dirigidas a un determinado público local. Los diarios que parecen estar más vulnerables debido a las tendencias actuales son aquellos en la mitad.

Diarios metropolitanos que no poseen grandes números de lectores por fuera de sus regiones. Algunos han disminuido la circulación con una asombrosa tasa de 10% en el último año y de acuerdo a un estudio por el Shorenstein Center at Harvard´s Kennedy School of Government, el tráfico en muchos de sus portales «en línea» ha sido plano.

Sin embargo, con todos sus problemas, la mayoría de diarios impresos continuó generando dinero este último año. En los primeros nueve meses de 2008 los márgenes de beneficio operativo de los medios de noticias impresas eran de 11,5%., de acuerdo con John Morton del American Journalism Review’s. Ha habido un descenso de un máximo de 22,3% en 2002, no obstante las ganancias son respetables.

Algunos críticos de las compañías se preguntan por qué estas no pueden ajustarse a menores ganancias y proseguir normalmente las operaciones. El problema es que es probable que las caídas en circulación y publicidad continúen y si los diarios intentan mantener el tamaño y alcance de sus operaciones, probablemente no sean capaces de tener ningún beneficio, incluso cuando la recesión haya terminado.

Tampoco es claro que puedan recortar con suficiente rapidez y profundidad y al mismo tiempo retener suficientes lectores para ser rentables. Poco satisfechos con las respuestas de la industria, en este último año los inversionistas disminuyeron los valores de las acciones de las entidades de prensa más de 80% en promedio. En algunos casos la administración tiene gran parte de la culpa ya que a pesar de los indicios de futuros problemas los diarios continuaron endeudándose fuertemente para llevar a cabo adquisiciones.

Ciertamente hay algunos villanos hechos a la medida: el magnate inmobiliario Sam Zell compró y quebró el Tribune Company en muy poco tiempo. Pero el colapso se extiende a través de toda la industria y muchos diarios están ahora a la venta a precios muy bajos y sin ningún comprador a la vista. Entre muchos periodistas e inversionistas, la esperanza de que los periódicos como los hemos conocido puedan realizar la transición a un mundo híbrido de publicaciones impresas y «en línea» ha desaparecido.

Del mismo modo que las noticias de cadenas televisivas y revistas semanales, los diarios han estado viviendo de audiencias envejecidas que adquirieron sus hábitos en torno a los medios en décadas recientes. Hace unos años parecía que podrían contar con esos viejos lectores hasta que comenzaran a florecer las ganancias del internet.

Sin embargo, los anuncios en internet todavía representan sólo 8% de las ventas por anuncios y su crecimiento se ha estancado justo cuando los ingresos de los diarios caen. El resultado es que los diarios se están reduciendo no sólo físicamente o en fuerza laboral, sino también en su dimensión más importante: la misión editorial. La respuesta predominante de la industria frente a las presiones financieras ha sido concentrar los recursos editoriales cerca de casa.

En muchos diarios, la cobertura extranjera fue de los primeros elementos en irse: el número de corresponsales de diarios norteamericanos en el extranjero cayó un 30% entre el año 2002 y el 2006.

En 2004, un estudio del Pew Project on Excellence in Journalism concluyó que las noticias de primera plana sobre asuntos internacionales representaron «el total más bajo en cualquier año que hayamos estudiado.» En un nuevo estudio del Pew en 2008, basado en una gran encuesta a ejecutivos de noticias, dos tercios dijeron que sus diarios redujeron espacio para la cobertura extranjera en los tres años previos.

En ese mismo periodo, The Philadelphia Inquirer, The Baltimore Sun, y The Boston Globe cerraron sus últimas oficinas en el extranjero. Mientras tanto, algunas secciones de cadenas de noticias televisivas también han cerrado oficinas en el extranjero —CBS, que antes tenía 24 oficinas en el extranjero ahora tiene 6— disminuyendo aún más el número de fuentes norteamericanas para noticias del exterior.

Algunos dicen no preocuparse. Después de todo, incluso mientras los diarios norteamericanos y cadenas televisivas eliminan corresponsales, el internet provee fácil acceso a medios de noticias extranjeras como la BBC y portales de organizaciones internacionales.

Pero disponibilidad no es equivalente a exposición. El lector promedio que puede haberse enterado de eventos internacionales a través de un diario local o las noticias de la noche, probablemente no buscará fuentes de noticias extranjeras en internet.

No puede ser una buena señal que en tiempos en los cuales los intereses en economía y seguridad de Norteamérica están tan intrincados con el resto del mundo, los medios norteamericanos se estén retirando de él. Diarios alrededor de los Estados Unidos también están descartando su cubrimiento en Washington.

Las oficinas de Newhouse y Copley se han cerrado, y Tribune Company redujo a dos tercios al personal editorial cuando combinó las oficinas en Washington de Los Angeles Times, Chicago Tribune y sus otros diarios. La compañía Cox Newspapers, que solía tener a 30 reporteros en la capital para The Atlanta Journal Constitution y sus otros 16 diarios, cerrará sus oficinas de Washington en abril .

Así como hay otras fuentes para noticias internacionales, también hay otras fuentes de cubrimiento en Washington. No obstante los periodistas de diarios regionales al monitorear a sus representantes en el Congreso y reportar acerca de programas federales desde un punto de vista local, llevan a cabo un servicio especial para sus lectores.

Reporteros en Washington para The San Diego Union-Tribune ganaron un Premio Pulitzer en 2006 por exponer la corrupción del Republicano Randall («Duke») Cunningham. Actualmente esa oficina está cerrada.El rol de vigilancia de la prensa regional está aún más en riesgo a nivel estatal, donde es improbable que alguien más decida intervenir en el momento en que la prensa haga recortes. Consideren mi estado natal New Jersey.

Con 13 reporteros de tiempo completo en Trenton, la capital del estado, el diario Newark’s Star Ledger tenía la sede de estado más grande en todo el país. Ese compromiso con los recursos reflejaba la estrategia de consolidación de circulación del diario y cumplía una misión de servicio público.

Jim Willse, el editor del diario dijo al American Journalism Review en el año 2000: «nos parecía o me parecía a mí que supervisar cómo se gasta el dinero público y cómo los departamentos estaban funcionando era un rol muy importante porque nadie más lo estaba haciendo».

Sin embargo, tras el recorte del 45% del personal el pasado octubre, The Star Ledger ya no contaba con 13 reporteros en Trenton sino con cuatro Varias semanas después la compañía Gannett, que tiene seis diarios en Nueva Jersey, redujo sus reporteros en capitales de estado de seis a dos. El New York Times ya había eliminado su oficina de tres personas en Trenton.

En total, según la oficina del gobernador, el número de reporteros de tiempo completo en la capital del estado de Nueva Jersey se ha reducido de más de cincuenta a quince en la última década. Esos son muchos ojos menos vigilando a las agencias del estado. Otros estados han visto la misma tendencia. En los anales de corrupción, Illinois le ha dado fuerte competencia últimamente a Nueva Jersey.

De acuerdo con Tom Massey, secretario del Capitol Press Room en Springfield, el número de reporteros en Illinois ha bajado de 32 a 24 en los últimos 3 años. Una encuesta nacional en 2000 contó a 543 reporteros de tiempo completo que cubrían gobiernos estatales.

De acuerdo a Capitolbeat, la asociación de reporteros del Capitolio Estatal, para 2007 ese número se había reducido a 407 y será más bajo aún en una encuesta que está actualmente en proceso, Tiffany Shackelford, Directora ejecutiva de Capitolbeat predice: «estoy preparada para lo peor. De los 14 miembros de la Junta tres han perdido sus trabajos en los últimos tres meses.»

Tampoco es probable que portales de noticias con ánimo de lucro en internet llenen pronto el vacío de la cobertura en asuntos de interés público en las capitales de estado. La red Politicker de sitios de noticias estatales fue cerrada por su propietario Jared Kushner´s Observer Media Group entre diciembre y enero.

La preocupación en torno a la cobertura en capitales estatales y el recorte de los diarios en general no es únicamente la disminución en número de reporteros, también el deterioro de la calidad del periodismo.

Entre más recortes hay de puestos editoriales, más se sacrifican los chequeos internos con respecto a la precisión. Mientras reporteros con años de experiencia están siendo despedidos, los diarios pierden el conocimiento local y las relaciones con fuentes confiables que esos reporteros habían construido para exponer noticias importantes.

De los reporteros despedidos en The Star Ledger, Dunstan McNichol estaba trabajando en revelar una malversación en la agencia financiera encargada de la construcción de la escuela estatal. También en una escuela de medicina del estado y en la privatización del sistema de inspección de vehículos.

En noviembre hablaba con un grupo de jueces estatales acerca de las potenciales ramificaciones de la crisis de la prensa y uno de ellos comentó cómo tristemente una reportera de The Star Ledger que había cubierto las cortes por dos décadas y logrado un excelente trabajo, había aceptado terminar el contrato.

«Sabe dónde están enterrados todos los cuerpos» dijo el juez metafóricamente, aunque en algunos lugares de Nueva Jersey habría que pensarlo dos veces antes de hacer una interpretación literal. Además de recortar el cubrimiento extranjero, nacional y del estado, los diarios también están reduciendo el espacio dedicado a la ciencia y las artes y en efecto despidiendo a reporteros de ciencia y medicina, críticos de música y de libros. Hay un tipo de cobertura que los diarios han tratado de proteger, por lo menos en las primeras fases de los recortes.

De acuerdo al estudio realizado a ejecutivos de noticias por Pew en 2008, es visible que los diarios han entregado más recursos a las noticias locales. El caso del «hiperlocalismo», como se le conoce, se refiere a que los diarios gozan de ventajas comparativas como fuentes de información acerca de sus comunidades inmediatas. Pero esa estrategia puede no funcionar comercialmente si significa bajar de categoría en el mercado. Entre menos cubrimiento del resto del mundo y la vida cultural haya, más lectores pierden entre los relativamente acomodados que tienen esos intereses y menos atractivos se vuelven para los anunciantes.

El hiperlocalismo puede ser sólo un pequeño paso del ahuecamiento de las salas de prensa hasta el punto en que la mayoría de los diarios se parezcan más a los tabloides gratuitos distribuidos en los supermercados en lugar de los diarios del pasado.

Los diarios siguen adoptando medidas desesperadas, a pesar de que muchas han resultado contraproducentes y han acelerado sus ciclos de caída En una movida altamente publicitada, los dos diarios de Detroit que operaban conjuntamente disminuyeron las entregas a domicilio a sólo jueves, viernes y domingos. En los otros cuatro días de la semana, además de estar «en línea», los diarios ahora aparecen en una edición reducida disponible sólo en los puestos de diarios.

Esta parece ser una buena forma para empujar a los suscriptores de la prensa hacia el internet por las noticias. Allí encontrarán alternativas a los diarios locales y tal vez nunca vuelvan. A los anunciantes también se les dará un empujón para que usen otras alternativas. Es posible que otros diarios detengan sus publicaciones en papel y el fin de semana sea el último espacio para la prensa impresa. Tal vez es un indicio el hecho de que The New York Times esté promoviendo una suscripción casera sólo para el fin de semana.

Para casi todos los diarios, eliminar las ediciones impresas completamente y aparecer únicamente «en línea» sería un suicidio en este momento. De acuerdo a los cálculos de Rosentiel del Pew, se ahorrarían 40% de sus costos, pero perderían más del 90% de sus ingresos. Como último recurso algunos podrían dejar de publicar en los medios impresos y mantener una presencia básica en internet. No obstante, por sus fuertes deudas, obligaciones de pensión y otros costos de legado, la mayoría probablemente no puede tomar este paso, a menos que se declaren en bancarrota.

Un diario, The Christian Science Monitor anunció que retirará su edición impresa diaria y con la excepción de su producto semanal impreso, sólo estará disponible en internet. El Monitor es un caso especial ya que no tiene mercado local y es financiado por la Iglesia.

El cierre de diarios en el siglo XX dejó monopolios ciudad tras ciudad. En algunas áreas metropolitanas todavía hay otros diarios además del principal. Pero es probable que el proceso se repita. En Denver, por ejemplo, se espera que Rocky Mountain News cierre esta primavera, y en Seattle, es de esperarse que el Seattle Post-Intelligencer tenga próximamente su publicación final.

Los sitios que se desarrollan en internet probablemente no serán como los «gruesos» diarios metropolitanos que han conglomerado tantos intereses en una sola publicación. Es más probable que una variedad de sitios especializados «en línea» atiendan estos intereses. Si no hay ningún sucesor en línea para el tradicional diario, tal vez los sitios de internet para la televisión local o estaciones de radio proveerán las noticias generales para la comunidad.

Sin embargo, esos portales probablemente no tendrán la cobertura extensiva o el público tan amplio que solía tener la prensa. Es probable que este proceso se repita en ciudades en donde los diarios sobreviven pero ya no pueden operar en su antigua escala o extensión. Muchas de las funciones reunidas en los diarios ahora se están separando «en línea». Pero si el entorno de medios emergentes favorece al periodismo de nicho, ¿cómo podrá el periodismo de servicio al público alcanzar e influir al amplio público que los diarios han tenido?

Las cosas ya no son como antes. Si van a florecer medios noticiosos independientes capaces de hacer rendir cuentas al gobierno, lo tendrán que hacer en el nuevo mundo de las noticias, no el antiguo.

 

*Paul Starr es profesor de comunicaciones y asuntos públicos en el Woodrow Wilson School en la Universidad de Princeton. Su más reciente libro se titula Freedom’s Power (Editorial Basic Books).