ANGELS DON'T PLAY THIS HAARP «ELECTROMAGNÉTICO» (5)
Las Actas del Congreso de los Estados Unidos tratan del empleo de HAARP para penetrar la tierra con señales enviadas desde la ionosfera. Estas señales se usan para mirar dentro del planeta a una profundidad de muchos kilómetros para localizar municiones subterráneas, minerales y túneles.
El Senado estadounidense concedió 15 millones de dólares en 1996 para desarrollar esta capacidad: la tomografía de penetración en la tierra. El problema es que la frecuencia necesaria para las radiaciones que penetran la tierra está dentro del rango de las frecuencias más citadas sobre la interferencia con las funciones mentales humanas. También puede tener efectos profundos sobre los patrones de migración de los peces y de animales salvajes que confían en un campo de energía sin perturbaciones para encontrar sus rutas.
Por si los pulsos electromagnéticos en el cielo y la interferencia mental no fueran bastante, Eastlund se jactó de que el superpoderoso calentador ionosférico podría controlar el tiempo atmosférico. Begich y Manning sacaron a la luz documentos de gobierno que indican que los militares tienen tecnología de control meteorológico.
Cuando HAARP tarde o temprano esté construido en todo su nivel de potencia, podría crear efectos meteorológicos sobre hemisferios enteros. Si un gobierno experimenta con los patrones meteorológicos mundiales, lo que se haga en un lugar afectará a todos los demás en el planeta. «Los Ángeles No Tocan esta HAARP», explica un principio en el que se basan algunos inventos de Nikola Tesla —la resonancia— que afecta a los sistemas planetarios.
Burbuja de partículas eléctricas
«Los Ángeles No Tocan esta HAARP» contiene entrevistas con científicos independientes como Elizabeth Rauscher. Tiene un doctorado, una larga e impresionante carrera en la Física de alta energía, y ha estado publicando en prestigiosas revistas científicas y libros. Rauscher comentó sobre HAARP. «Se está bombeando una energía enorme a una configuración molecular sumamente delicada que comprende estas multicapas que llamamos la ionosfera». La ionosfera es propensa a reacciones catalíticas, explicaba; si se cambia una pequeña parte, puede suceder un cambio importante en la ionosfera.
Al describir la ionosfera como un sistema delicadamente equilibrado, la Doctora Rauscher compartió su imagen mental de ella: una esfera «como una burbuja de jabón» que rodea la atmósfera de la Tierra, con movimientos que se arremolinan en la superficie de la burbuja. Si se perfora un agujero bastante grande a través de ella, predice, podría estallar.
Cortar la ionosfera
El físico y doctor Daniel Winter, de Waynesville, Carolina del Norte, dice que las emisiones de alta frecuencia de HAARP pueden emparejarse con las ondas largas (ondas electromágnéticas de baja frecuencia, por sus siglas en inglés ELF) que la rejilla [electromagnética] de la Tierra usa para distribuir la información como vibraciones para sincronizar las danzas de la vida en la biosfera. Dan llama a esta acción geomagnética «la corriente sanguínea de la información de la Tierra», y dice que es probable que el emparejamiento de las altas frecuencias (HF) de HAARP con las ELF naturales (las frecuencias muy bajas) puede causar efectos secundarios imprevistos, insospechados.
David Yarrow, de Albany, Nueva York, es un investigador basado en la electrónica. Describía las posibles interacciones de las radiaciones de HAARP con la ionosfera y con la rejilla magnética de la Tierra:
«HAARP no quemará 'agujeros' en la ionosfera. Esa idea es una peligrosa atenuación de lo que hará el gigantesco rayo de gigavatios de HAARP. La Tierra está girando en relación con las delgadas capas eléctricas de la membrana de múltiples capas de la 'ion-o-esfera' que absorbe y protege la superficie de la Tierra de la intensa radiación solar, incluidas las tormentas de partículas con carga de los vientos solares que erupcionan desde el sol. El giro axial de la Tierra quiere decir que HAARP —en una explosión que dure más de unos cuantos minutos— cortará la ionosfera como un cuchillo microondas. Esto produce no 'un agujero', sino una larga rasgadura: una incisión.»
Segundo concepto: Como la Tierra gira, HAARP marcará a través del flujo geomagnético... un huso en forma de rosquilla de cuerdas magnéticas como los meridianos de longitud (de los mapas). HAARP no puede 'cortar' estas cuerdas de la capa magnética de Gaia, pero pulsará cada cuerda con altas frecuencias ásperas, desafinadas. Estos impulsos de ruido [5] harán vibrar las líneas de flujo geomagnético, enviando vibraciones por toda la telaraña geomagnética.»
«La imagen que se viene a la mente es la de una araña en su telaraña. Aterriza un insecto, y las vibraciones de la telaraña alertan de la posible presa a la araña. HAARP será un dedo artificial de microondas que intervendrá en la telaraña, enviando señales de confusión, si no rasgando agujeros en los hilos.»
«Los efectos de esta interferencia con las sinfonías del arpa geomagnética de Gaia son desconocidos, y sospecho que casi no se han pensado. Incluso si se han pensado, la intención (de HAARP) es averiguar cómo explotar cualquier efecto, no tocar en afinación con las sinfonías globales.»
Entre otros investigadores citados está Paul Schaefer, de Kansas City. Se graduó en ingeniería eléctrica y pasó cuatro años construyendo armas nucleares. «Pero la mayor parte de las teorías en las que los científicos nos han hecho creer parece que se están derrumbando», dice Schaefer.
Habla de desequilibrios ya causados por la era industrial y atómica, sobre todo por la radiación de grandes cantidades de partículas diminutas de alta velocidad «como muy pequeños trompos en nuestro ambiente». El nivel poco natural de movimiento de partículas sumamente energéticas en la atmósfera y en los cinturones de radiación que rodean a la Tierra es el bandido en las interferencias meteorológicas, según este modelo, que describe una Tierra que descarga su acumulación de calor, aliviando la tensión y recuperando una condición equilibrada mediante los terremotos y la acción volcánica.
Tierra «febril»
«Uno podría comparar el estado energético anormal de la Tierra y de su atmósfera a una batería de coche que se ha sobrecargado cuando ha subido el flujo normal de energía, causando puntos calientes, arcos eléctricos, rupturas físicas y turbulencia general cuando la energía encerrada trata de encontrar algún lugar al que ir.»
En una segunda analogía, Schaefer dice «A no ser que deseemos la muerte de nuestro planeta, debemos terminar la producción de las partículas inestables que generan la fiebre de la tierra. Una primera prioridad de prevenir este desastre sería cerrar todas las centrales nucleares y terminar con las pruebas de armas atómicas, con la guerra electrónica y con la 'Guerra de las galaxias'.»
Mientras tanto, los militares construyen su calentador ionosférico aun mayor, para crear deliberadamente más inestabilidades en una enorme capa de plasma —la ionosfera— y para elevar el nivel de energía de las partículas con carga eléctrica.
Lluvia electrónica desde el cielo
Han publicado informes sobre la precipitación de electrones desde la magnetosfera (los cinturones externos de partículas cargadas que forman corrientes hacia los polos magnéticos de la Tierra) causada por ondas electromagnéticas artificiales de frecuencia muy baja. «Estas partículas precipitadas pueden producir ionización secundaria, emitir rayos X, y causar una perturbación significativa en la ionosfera inferior.»
Dos científicos de radio de la Universidad de Stanford ofrecen pruebas de lo que puede hacer la tecnología para afectar al cielo al hacer ondas en la tierra; demostraron que ondas de radio de frecuencia muy baja pueden hacer vibrar la magnetosfera y hacer que partículas de gran energía caigan a torrentes en la atmósfera de la Tierra. Al conectar la señal en ON o en OFF, podían parar el flujo de partículas energéticas.
Control meteorológico
Las avalanchas de la energía desalojada por tales ondas de radio podrían golpearnos con fuerza. Su trabajo indica que los técnicos podrían controlar el tiempo atmosférico global enviando 'señales' relativamente pequeñas a los cinturones de Van Allen (cinturones de radiación alrededor de la Tierra). Los efectos de la resonancia de Tesla pueden controlar enormes energías mediante señales de detonación diminutas.
El libro de Begich y Manning pregunta si ese conocimiento lo usarán científicos orientados a la guerra u orientados a la biosfera.
Los militares han tenido aproximadamente veinte años para trabajar sobre métodos de guerra meteorológicos, que de manera eufemística llaman modificación meteorológica. Por ejemplo, la tecnología de producción de lluvia se usó en unas cuantas pruebas en Vietnam. El Departamento de defensa estadounidense probó estudios de manipulación de rayos de tormenta y de huracanes en el Proyecto Skyfire [Proyecto Fuego del Cielo] y el Proyecto Stormfury [Proyecto Furia de Tormenta]. Y consideraron algunas tecnologías complejas que producirían grandes efectos. «Los Ángeles No Tocan esta HAARP» cita a un experto que dice que los militares estudiaron tanto lásers como sustancias químicas que calculaban que podrían dañar la capa de ozono sobre un enemigo. Ver maneras de causar terremotos, así como de descubrirlos, formaba parte del proyecto llamado Prime Argus, hace décadas. El dinero para esto provenía de la la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa: Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA, ahora con las siglas ARPA).
En 1994 las Fuerzas Aéreas revelaron su plan general para Spacecast 2020 que incluye el control meteorológico. Los científicos han experimentado con el control meteorológico desde los años 40, pero Spacecast 2020 subrayaba que «usar técnicas de modificación ambientales para destruir, para dañar o perjudicar a otro estado está prohibido». Habiendo dicho esto, las Fuerzas Aéreas afirmaban que los avances en esta tecnología «obligan a hacer un nuevo examen de este asunto sensible y potencialmente peligroso.»
[5] ] N. del T.: «Ruido»: en Teoría de la Comunicación, información o inputs que distorsionan el contenido. En Música y Acústica, lo contrario a «armonía».
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