Sepultura, ¡Al Fin!
Por Alejandro González y Alexei González Bello.
La foto fue en la Plaza de la Revolución que lleva el nombre del Guerrillero Heroico. Sepultura no ofreció ningún concierto en esta ciudad, pero sí fue a rendir homenaje al Che.
Si eres un roquero cualquiera de esta ínsula, realizar uno de tus sueños es difícil, más aún si se trata de ver en vivo a una de tus bandas de culto. Pero como la esperanza es lo último que se pierde…
La noticia, como una bola corrió con bastante tiempo de antelación, expectativas para unos, utopía para otros, incertidumbre para todos. Hasta la confirmación en un órgano oficial de prensa, aún nada seguro.
La Habana, 7 pm del gran día, Tribuna Antimperialista José Martí. Oleadas de personas arribaban como nosotros para ocupar posiciones cerca del escenario. Todos con un mismo objetivo empolvado por la espera de tantos años. Saludos efusivos con amigos de todo el país aglutinados aquí. Entusiasmo general. Casi todo listo para el comienzo, interminable espera.
Juan Camacho, sin esperarlo recibió la primera tanda de aplausos y ovaciones debido a la función de presentación. Sin mucho preámbulo desató la locura: ¡Por primera vez en Cuba Sepultura!
Los primeros acordes sonaron más en nuestros corazones, que en nuestros oídos. Más de 30 mil gargantas aullaron al unísono para recibir a los dioses del metal brasileiro y seguro que más de un par de piernas se aflojaron. El primer tema nos arrancó de nuestros puestos, pues el violento Slam estalló como una bomba justo delante del escenario. Pagamos así el precio de la cercanía. Más por poco tiempo, no fuimos a oír un concierto, sino a vivirlo. Superado el shock inicial de la masa volvimos a reagruparnos en la misma zona, a unos 20 metros de Derrick Green. Sería imposible estimado lector mencionar nombre y secuencia de todas las canciones interpretadas esa noche, pues la euforia nos hizo perder el contacto con la realidad. Solo podemos recordar los clásicos y la acogida que les dio el público.
Temas como Refuse/Resist y Biotech is Godzilla fueron el preámbulo del orgasmo popular que sobrevino con Territory (¡un vapor envolvió la multitud!) y se repitió con Roots Bloody Roots. La eyaculación mental alcanzó proporciones inimaginables. A nadie le importó demasiado una alineación que no fue la de sus años de mayores glorias, pues los actuales exponentes no deslucen las antiguas creaciones. El más nuevo de sus miembros Jean Dolabella (baterista) demostró estar a completo nivel y Derrick Green, como buen afro, derrochó carisma y se lució como frontman en el escenario, mantuvo una excelente comunicación con la afluencia y hasta sus chistes hizo refiriéndose a la impertinente lluvia, que para nada enfrió los ánimos.
Temas clásicos también tocaron otros de su último disco Dante XXI, y hasta un fragmento de “Cantando bajo la lluvia”. Andreas Kisser conversó animadamente con el respetable en una graciosa mezcla de portugués y español. Se refería repetidamente a su alegría por tocar en la isla y sobre la calidad de las bandas nacionales, hasta el punto de comunicar que le gustaría producirlas. Ojalá la cosa se dé.
Aparte de este desagradable incidente lo único que no nos gustó fue lo corta que estuvo la presentación de Sepultura, pues duró aproximadamente una hora. La banda, al terminar la presentación, no salió a saludar al público ni lo complació con otro tema a pesar de ser pedido a voces. Por lo demás agradecer a todos los implicados en la visita y ojalá se deje la puerta abierta para que continúen arribando grupos de esta categoría. (http://cuba-metal.com)
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