Víctimas del tsunami suman 832
lunes, 01 de octubre de 2018
5:25:45 p.m.
Al menos 832 muertos, entierros masivos para evitar epidemias y la certeza de que las víctimas se contarán por miles son las sensaciones que predominan a dos días del terremoto de 7,5 grados Richter, seguido de tsunami, que golpeó la costa occidental de Indonesia.
En la zona más afectada, en especial en la isla de Sulawesi, prosigue la carrera contra el tiempo de los socorristas, que excavan entre escombros en busca de más sobrevivientes.
Lograron salvar a una veintena de personas pero decenas de kilómetros de la franja costera golpeada por el fenómeno aún no fueron alcanzadas por las escuadras.
Casi todas las víctimas verificadas fueron encontradas en Palu, la capital provincial en la punta de la bahía más afectada por el tsunami.
Pero fuentes del Ejército local pudieron abrirse paso solamente en áreas limitadas hacia el norte y las noticias que llegaron desde la ciudad de Donggala, de 300 mil habitantes, a sólo 27 kilómetros del epicentro, siguen siendo fragmentarias.
Las imágenes aéreas difundidas por una televisora local mostraron devastaciones masivas y terrenos inundados en esta zona, por lo que el balance podría ser peor que en Palu.
Las dimensiones de la tragedia llevaron también al Papa Francisco hoy a guiar a los fieles durante el Angelus en el Vaticano a una plegaria por Indonesia: "Dios consuele a la población castigada y apoye los esfuerzos de aquellos que trabajan para llevar ayudas", dijo.
Hasta Palu llegó el presidente de Indonesia, Joko Widodo, que visitó a algunos de los 17 mil evacuados albergados en refugios improvisados.
"Debemos hacer muchas cosas pronto, pero las condiciones no nos lo permiten", admitió, con desconsuelo, el mandatario.
Los socorristas trabajan sin pausas en Palu pues los derrumbes de los edificios más altos, como el principal hotel de la ciudad y el mayor centro comercial, atraparon a centenares de personas.
Otro centenar de desaparecidos fue señalado en un complejo residencial y en los raros casos en los que se detecta a personas todavía concientes, extraerlas vivas se vuelve una tarea delicada.
Por ejemplo, el intento de salvamento de una niña de 15 años atrapada bajo los escombros de su casa junto a los cadáveres de su madre y de una prima, en el que los rescatistas estaban preocupados porque pudiera perecer ahogada debido a un tubo que perdía agua en un espacio estrecho.
Existe el riesgo de que en la ciudad se genere un clima de caos. Esta mañana se informó de residentes que se proveían solos de las bombas de gasolina y de saqueadores que robaban objetos del centro comercial, pese a los peligros de nuevos derrumbes ante las frecuentes réplicas del sismo.
Muchas personas en Palu eligieron volver a sus viviendas semidestruídas para intentar salvar lo que pudieran de sus pertenencias.
A más de 48 horas del desastre natural, mientras en la ciudad se reanuda lentamente el suministro de agua potable, electricidad y muchos heridos son asistidos en las calles, se prevé el peligro de que se desarrollen enfermedades y epidemias.
Por esto los muertos de Palu, la mayor parte de ellos no identificados, serán sepultados en entierros masivos. Una solución que se volvió inevitable en medio de la magnitud de una tragedia que todavía no alcanzó a ser evaluada con claridad.
(Fuente: ANSA)
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