Elegido del tiempo
9:55:41 a.m.
Por Mercedes Rodríguez García
«¡Oh, nuevo soldado que no arruga el ceño,
Ni viene asombrado de tutear la muerte!».
La primera vez lo vi de lejos entrando al Parque de mi ciudad en jubileo. Iba yo de la mano de mi madre, sin saber en realidad quién era aquel rey mago barbudo de 33 años que llegaba alegre, cruzando «las almas saludos y besos», moviendo «el entusiasmo balcones y aceras». ¿Después? No, después se me perdió en el tiempo y lo encontré otra vez en un verso: «Y esto que la patria no sea un cuartel, se llama...» Y ¿luego? Luego se fue haciendo imagen, discurso, noticia cotidiana, motivo de pasiones, fiscal de asuntos justicieros que apenas yo entendía, aunque de alguna manera ya le honraba. Honrar, honra, me habían enseñado. Y en las buenas y en las malas, por convicción y sentimiento, de su palabra y de su vida fui aprendiendo. Hacer es la mejor manera de decir, me habían inculcado. Y ¿más tarde? Sí, la primera vez que le tuve cerquita, con guerrera de gala, en medio de invitados latinoamericanos, me escuchó paciente, atento, preocupado, y le vi glorioso, «la cálida frente, el brazo pujante, la dulce sonrisa». ¿Y después? Dos, tres, cuatro veces, siempre de campaña, con botas y gorra, desnudando mentiras, destejiendo historias, analizando el presente, previendo el mañana, como uno más entre tantos periodistas. ¿Y ahora, 55 años después de tanta lucha? Traje deportivo, reflexiones, familia, visitas de amigos, sembrados, lecturas, intelectuales batallas contra las mismas águilas que espantan, contra los mismos empecinados enemigos, vencidos y vencidos y vueltos a vencer. Nunca ajeno, nunca ausente. Querido, respetado, admirado, dominando un nuevo tiempo de estudios y de ensayos necesarios, justos, primordiales. Aquí está, sigue vivo, humano, sabio, guerrillero, fiel. Nunca ajeno, nunca ausente. Victorioso. Privilegiado del tiempo, hoy de fiesta. ¡Felicidades!, Fidel.
Nota: Los versos entrecomillados pertenecen al poema Marcha triunfal del Ejército Rebelde, de Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí), publicado originalmente en la RevistaBohemia, 18 de enero de 1959. 2da. Parte de la Edición de la Libertad, pp.10-11.
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