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LA TECLA CON CAFÉ

Vuelve a dar la hora reloj de la Universidad de La Habana

Vuelve a dar la hora reloj de la Universidad de La Habana


 

10/10/2013 17:57:19 

 

Los relojes forman parte de las ciudades; marcan el tiempo, y la vida de quienes las habitan; de ahí que sean considerados importantes para todos.

 

En la segunda planta de la Facultad de Matemática de la Universidad de La Habana fue recuperado uno centenario, gracias al ingenio y deseos de hacer del equipo del laboratorio de tecnología láser, del Instituto de Ciencia y Tecnología de Materiales —IMRE—, perteneciente a la Casa de Altos estudios habanera.

El ingeniero mecánico Osmell Cruzata, líder del equipo, explicó a Radio Rebelde que el reloj tiene un mecanismo de cuerda y campanada. «No tenemos idea de quien lo fabricó, pero si el nombre de la firma o la persona que lo importó, estampada en la estructura metálica de la máquina: JM Zabarraitias, quien lo adquirió en Europa y trasladó hasta La Habana; así como el número 1913, que indica la fecha que se construyó».

Agregó que no es hasta 1940 que se ubica en la actual Facultad de Matemática; «aún no se cuenta con referencia confiable de lo que sucedió entre 1913 y 1940 con este reloj, que tiene una esfera de aproximadamente noventa centímetros».

El acontecimiento está registrado en los archivos de la Universidad de La Habana: entró al país en 1913, y se compró para este centro educacional.

Comentó también Osmell que a pesar de estar en la Facultad de Matemática, un sitio céntrico de la Universidad, ni los alumnos, ni los profesores conocían de su existencia, por eso al principio le llamamos el presente ausente: «lo vimos mientras rescatábamos en la tercera planta el Observatorio Astronómico de la Universidad de La Habana; notamos que tenía una campana y empezamos a indagar; en ese mismo instante nos aventuramos a descubrir si podía repararse».

«Primero fabricamos una pieza que permitiera diagnosticar el estado del reloj, ubicado en un local donde el acceso no era público, por lo tanto, tuvimos la suerte de que las piezas originales no se perdieran; fue un trabajo que abarcó también su limpieza y lubricación».

«Observamos que las bases de nivelación no existían, por lo tanto confeccionamos unas que permitieran darle una nivelación que se conservara en el tiempo, para que el reloj de péndulo que requiere de mucha precisión, mantuviera su funcionamiento».

Con certeza describe lo ocurrido: «fue enfrentarnos con mucha paciencia a una tarea desconocida; no se trataba de la magnitud del trabajo, ni lo difícil, sino de incursionar en un nuevo campo con sumo cuidado, porque era un reloj de un siglo de fabricado; no obstante siempre tuvimos la confianza de arreglarlo, y lo logramos».

«Pensamos que deben de existir otros en la ciudad que necesiten arreglarse, y actualmente indagamos sobre estos, ya que estamos dispuestos a prestar nuestra ayuda, y de esa manera contribuir a que La Habana sea más acogedora y amistosa por la historia, funcionalidad y hermosura de sus relojes», afirmó Osmell, un investigador devenido creador.

El reloj centenario forma parte ahora del quehacer cotidiano de estudiantes y profesores de la Universidad de La Habana; sus campanadas alertan a todos sobre el paso del tiempo, lo que sucede en el presente, y lo que está por venir.

 

(Fuente: Radio Rebelde / Teresa Valenzuela García) 

 

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