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LA TECLA CON CAFÉ

Los secretos de los atletas cubanos

Los secretos de los atletas cubanos


 

20/05/2012 21:33:11

 

Las autoridades del INDER explicaron a BBC Mundo cuales fueron las estrategias que le permitieron a Cuba alcanzar tan altos niveles, las razones del descenso y las políticas que planean para mantener la capacidad deportiva.

 

«En la relación de medallas/títulos contra millones de habitantes Cuba está en el primer o segundo lugar por países en el mundo», dice al corresponsal de la BBC en La Habana, Arnaldo Rivero, Director Nacional de Docencia del instituto cubano de los deportes y la recreación (INDER).

Los resultados deportivos de la isla son enormes, desde 1959 mantuvo un crecimiento sostenido y su punto culminante fueron Los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992, donde se mostró como una verdadera potencia ocupando el 5º lugar a nivel mundial.

Sin embargo, tras la desaparición de la Unión Soviética —su principal socio comercial—  se inició una durísima crisis económica que repercutió en todos los sectores de la sociedad y terminó arrastrando a Cuba hasta el lugar 28 del medallero olímpico en Pekín.

Arnaldo Rivero, quien también es presidente de deportes de la UNESCO, nos cuenta que al triunfar la revolución había apenas 800 profesores no graduados de educación física y solo recibían estas clases 14.500 alumnos en todo el país.

«De esa realidad pasamos a una explosión educativa general, dando educación física en todas las escuelas, hoy tenemos 84.000 licenciados en cultura física. Hubo una efervescencia muy grande del deporte y una gran masividad, ese es uno de nuestros secretos», explica Rivero.

«Los jóvenes tenían una sesión de clase en las escuelas y dedicaban otra a la práctica deportiva» y en 1961 nacen los Juegos Escolares, a los que Rivero define como «la principal competencia del deporte cubano» porque es donde se captan los talentos.

Afirma que el deporte en la escuela es clave: «las mayores posibilidades de desarrollar a un niño es entre los 6 y los 10 años, lo que no se logre entonces en cualidades y capacidades como la rapidez, la flexibilidad, la agilidad o el ritmo, es casi imposible de lograr después».

Después crearon escuelas especiales en todas las provincias donde los alumnos reciben el curso académico y un concienzudo entrenamiento deportivo. Si los juegos escolares fueron la cantera, estas instituciones son las que pulen cada prospecto extraído de ellas.

El otro gran secreto del deporte cubano, según Rivero, fue la diversificación. «Nosotros hemos obtenido medallas de oro, olímpicas y mundiales hasta la edad de cadetes, o sea incluyendo a los juveniles, en 25 deportes».

Los resultados de Cuba son también importantes en los Paralímpicos. El medallista de oro Antonio Sánchez es un buen ejemplo.

Mientras «Alemania cifraba todo su presupuesto y energía en 8 deportes individuales porque daban más medallas. Nosotros diversificamos y empezamos a tener resultados donde no teníamos ningún antecedente como polo acuático, deportes con pelotas o de combate».

La expansión masiva y la diversificación abrieron las puertas a los sectores más humildes de la población donde estaban los afrocubanos y «hoy la mayoría de nuestros deportistas son de raza negra, incluso en deportes eminentemente de blancos como la gimnasia artística, la esgrima o la natación».

Rivero agrega que todos los atletas cubanos estudian. «Nos preocupamos porque tengan una profesión, muchos optan por Licenciatura en Educación Física pero otros se hacen médicos o ingenieros. Nuestra delegación a Londres tiene 2º año de universidad como promedio».

Llegaron los 90 y con ellos la peor crisis económica de la Cuba revolucionaria. Las escuelas deportivas perdieron capacidad de albergue, el entrenamiento se redujo por falta de alimentación adecuada y la industria de implementos de deportes cayó en picada.

Una de las vías para conseguir recursos es la venta de servicios. «Nosotros hemos tenido en los últimos dos años más de 15.000 técnicos en 106 países del mundo», asegura Rivero pero la demanda se redujo mucho con la crisis mundial.

El viceministro de deportes y medallista olímpico, Alberto Juantorena, dice que de todas formas los recursos no son suficientes, cuando «una garrocha vale US$890, un landing pit de garrocha US$ 52.000 un landing pit de salto de altura US$25.000 y nosotros no tenemos ese financiamiento».

Juantorena, quien es también economista, nos asegura que no piensan obtener esos fondos vendiendo atletas cubanos para que compitan en las ligas de otros países. «La estrategia es ahorrar los recursos, estudiar donde ponerlos y después exprimirlos».

En cuanto al deporte popular el viceministro propone «sumar a la gente, porque no vamos a tener instalaciones sofisticadas a corto plazo. En uno de los barrios donde empezamos a trabajar, junto con los vecinos, hemos convertido un basurero en un área deportiva».

 

(Fuente: BBC / Fernando Ravsberg)

 

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