Es bueno leerle cuentos a los fetos humanos
22/02/2011 0:27:04
A pesar está demostrado que determinados estímulos intelectuales no tienen efecto alguno en los bebés, mucho menos cuando el bebé todavía permanece en el claustro materno, sí existen algunos estudios que sugieren que la literatura podría tener algún efecto. Incluso antes de que nazca.
Y es que los bebés pueden aprender incluso estando en el interior del útero, y por tanto no es necesario esperar a que venga al mundo para leerle cuentos antes de dormir.
Los psicólogos Anthony DeCasper y Melanie Spence solicitaron a futuras madres que, durante el último trimestre de embarazo, leyesen diariamente en voz alta durante tres minutos un pasaje de The Cat in the Hat, del doctor Seuss; o The King, the Mice, and the Cheese, de Nancy y Eric Gurney.
Examinados sólo un día o dos después de nacer, los bebés que habían estado expuestos a Seuss en el útero preferían a Seuss, y los que habían oído The King preferían The King, incluso cuando era otra persona quien leía las historias. Esto no equivale a decir que en el último trimestre los niños «entendieran» realmente el cuento del Gato, pero al parecer sí percibieron su ritmo característico.
Es decir, que nuestros futuros hijos no serán más inteligentes si les leemos historias. Pero sí podemos influir ya en sus gustos literarios, al menos en los primeros estadios de su vida.
¿Y también ocurre con la música? Al parecer, sí. Aunque el tema musical pudiera ser un poco más peliagudo, tal y como explica el psicólogo Gary Marcus:
Otro estudio reveló que los fetos del tercer trimestre podían captar la melodía de Mary Had a Little Lamb, y en otro se comprobó que eran capaces de reconocer el tema musical de un culebrón británico.
De todos modos, no estoy sugiriendo al lector que lo intente en casa. No es seguro que la exposición prenatal no tenga alguna consecuencia perdurable a largo plazo; algunos expertos creen que esta exposición deliberada podría ser realmente perjudicial para el sistema auditivo en desarrollo así como para los ciclos naturales de sueño-vigilia del niño.
(Fuente: xatakaciencia/Sergio Parra)
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