Doce parejas de mellizos viven en una misma calle de La Habana
03/10/2010 3:19:46
En un tramo de 200 metros de una calle de La Habana viven 12 parejas de mellizos o «jimaguas»,como se les llama en Cuba, de las que siete son gemelos idénticos: una coincidencia que los vecinos atribuyen lo mismo al azar que al agua que beben o a las «energías» de su barrio. Las edades de estas parejas de hermanos van desde los tres hasta los 62 años. Aunque algunos en la zona intentan explicar la casualidad según factores genéticos, otros recuerdan que esas familias no están emparentadas y que, en definitiva, el asunto va más allá de los nacimientos.
Los vecinos de la calle 68-A, donde viven unas 200 personas, en el barrio habanero de «Buena Vista» tienen la teoría de que existe una especie de «imán» en sus vidas que atrae a los «pares». Y es que, según explican, los mellizos no sólo nacen en esa calle, sino que van y vienen. Solo en los últimos años se mudaron allí al menos dos nuevas familias con hermanos idénticos.
Xavier López, uno de los adolescentes «jimaguas» que vive en esa calle, revela que por «casualidad» anda de novio de una chica que es gemela. También está el caso de Yordanka —nacida allí hace 33 años, aunque ahora reside en España— cuya familia cuenta que hace 10 meses parió en Lanzarote a un par de niñas que tienen que sumarse a la lista «especial» de la calle.
Para colmo, Alexis Rodríguez, padre de las gemelas Karla y Camila, dice que el veterinario que encontró para su perro también es «jimagua» y vive en los alrededores, aunque no en el mismo barrio.Rodríguez, cuyas hijas nacieron en calle 68-A hace seis años, indica que todo el asunto es «raro» y cree que existe «algo particular en la zona que habría que estudiar.»
«No sé si será el agua, a lo mejor el agua de La Habana tiene la responsabilidad. A lo mejor es una gracia que tenemos aquí en ‘Buena Vista’,» dijo a EFE entre bromas.
Esta semana, el caso de la calle 68-A saltó a la fama en la isla cuando la televisión cubana le dedicó un reportaje, tras la insistencia de uno de los vecinos para que el asunto recibiera mayor atención.
Geder Aguiar, quien empezó a difundir la historia, explicó a Efe que desde hace tiempo andaba «curioso» con el tema, porque tras recorrer varias manzanas descubrió que el único lugar donde había tantos hermanos iguales era en su calle.
«Cuando esos niños se juntan para jugar uno no sabe quién es quién, ni cuál te tira la piedra, confundes los nombres, un lío», señaló Aguiar.
(Tomado de Cubadebate)
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