Remedios, 495 años: ¿El misterio y la Historia?
(Una colaboración de Luis Machado Ordext)
San Juan de los Remedios, la Octava Villa de Cuba fundada por el Adelantado Diego Velázquez, siempre constituye un misterio, incluso de ensombrecida consecuencia, al sorprender la historia, sus gentes y tradiciones acumuladas más allá de los 495 años de desenvolvimiento poblacional.
El 24 de junio, el próximo jueves, es fecha de festividad. Las dudas llevan a las relecturas de esas fabulosas narraciones historiográficas contenidas en los Anales y Efemérides de San Juan de los Remedios y su Jurisdicción, libros profusos de investigación, escritos por José Antonio Martínez-Fortún y Foyo, a partir de las ediciones que en 1930 sufragó en la imprenta Pérez Sierra, de La Habana.
Esa papelería, y otras incorporadas a la historiografía cubana, a veces instan a la confusión, ensombrecen; provocan misterios aún no revelados y obligan a investigar sobre los pasos que dejó Fortún y Foyo, Padre fundador, al desentrañar un oscurecimiento que, en unos se percibe casi en el medio siglo de existencia, y en los menos, más allá de ese tiempo.
Hace más de un lustro Rafael Jorge Farto Muñiz, el esclarecedor Historiador de San Juan de los Remedios --fallecido hace dos años--, contaba con una vehemencia inclaudicable en foros de historiadores cubanos que el «nacimiento de este territorio, como pueblo eminentemente español, se produjo con anterioridad a muchas de las siete primeras villas, y su iglesia, esencia de la conversión de la religión católica, data de agosto de 1515».
Farto Muñiz, según un modesto criterio, representa el historiador cubano que más cerca estuvo del esclarecimiento de los hechos que oculta la historia, las papelerías desperdigadas por muchas partes, y hasta el ocultamiento de la verdad sobre el origen de San Juan de los Remedios.
Contaba entonces que, «[...] publicaciones y otros textos ofrecen tantas fechas (1514, 1515, 1519, 1524...), como autores tratan el tema, creando confusión. Desde épocas remotas la población remediana festejó sus aniversarios partiendo de 1514, año supuesto de fundación; pero 1983 el Gobierno Municipal dispuso trocar ese por 1524. Sin embargo, en 1986, según propuestas, emitieron otra reglamentación, todavía vigente a pesar de las contradicciones con fuentes consultadas, que declaró el hecho en 1515.»
Historias no entendidas
Ese absurdo, ¿1515?, jamás Farto Muñiz lo creyó; tampoco tiene la solidez de una historiografía analítica, científica. Remedios sitúa su nacimiento dentro del proceso de conquista y colonización seguido hacia tierras del interior de la Isla por Velásquez, sobre todo, porque, Vasco Porcallo de Figueroa, un protegido del Conquistador, creó allí en esas rojizas tierras un feudo particular y con conformó un Cabildo hasta varios años después del aplatanamiento poblacional; de ahí que se omitan fechas exactas en tono a las sesiones de este tipo de gobierno local.
Remedios es conocido por sus Parrandas, fiestas populares en las que rivalizan los barrios de San Salvador y El Carmen.
Fortún y Foyo, es categórico cuando introduce el tomo I (1492-1849) de sus Anales y Efemérides...: «Año 1513. Ocurrió a fines de este año un suceso trascendental para esta comarca remediana: la llegada a ella de Pánfilo de Narváez, el P. Bartolomé de las Casas, Juan de Grijalva y unos cien españoles más, que les acompañaban en el viaje de expedición que hacían por el interior de la isla, cumpliendo órdenes de Diego Velázquez. Los expedicionarios se detuvieron unos días en el pueblo indio de Caharate, que estuvo situado según varios autores, en el fértil y bello «Cayo Conuco» que está frente a la bahía de caibarién y forma el límite este dé la del Tesico. Fue el verdadero descubrimiento de esta jurisdicción.»
Esa pista, no lo dudo, fue seguida por Farto Muñiz, y según las argumentaciones de Fortín y Foyo, las primicias hay que buscarlas en Los Tres Primeros Historiadores de Cuba, de Ignacio Urrutia; también en Historia de Indias, libro Tercero, Capítulo XXXI del Padre Las Casas, y en el Diccionario Enciclopédico Hispanoamericano, de Jacobo de la Pezuela, así como en Historia de Cuba, de Vidal Morales y la Historia de Sagua la Grande, de Alcover.
Farto Muñiz argumentaba en ese entonces que el Adelantado y Teniente del Rey, Diego Velázquez y Cuellar ordenó el reconocimiento de la región oriental a partir de 1511, y luego pasaron al «poblamiento de la Isla», para conformar núcleos españoles, donde existiera oro, en zonas habitadas por indígenas. En un informe al Rey, para contar sobre los acontecimientos más significativos acaecidos en Cuba durante 1513, fechado en abril de 1514, agradece, asimismo, la orden de repartir encomiendas, mediante real cédula rubricada el 8 de mayo y recibida el año anterior. Ahí se explica que:
«[...] despues los dichos cient ombres se fueron á una provincia que se dice Cavaneque que está en la costa del Norte, á 25 leguas del dicho río Caonao y desde allí anduvieron viendo y calando la tierra de las provincias subjetas á la de Camagüey y parte de la de Guamuahaya [Trinidad] y escribieron que los caciques estaban seguros (...), excepto los de Camagüey que no osaban tornar á sus pueblos y andaban por los montes [...] »[1]
Entre mayo y junio, explicó Farto Muñiz, en su opinión el 3 de mayo de 1513, «llegan esos hombres al poblado de Sabana, bautizado como Santa Cruz de la Sabana de Vasco Porcallo», devenida luego en Villa de San Juan de los Remedios. No fue una escala efímera, pues Velázquez señala que desde allí salían a reconocer a Camagüey o a Guamuhaya.
Otras pesquizas
El padre Las Casas, en su Historia de las Indias, se refiere a un pueblo, nombrado Carahate, donde hicieron escala en la costa norte, que él denominó «Casa Harta», por la cantidad de alimentos que allí ofrecieron los indios. Al parecer, estaba situado cerca de la actual ciudad de Sagua la Grande, conocido aún como Carahatas.
Sin embargo, entre fines de octubre y primeros días de noviembre de 1513, declara Farto Muñiz, Velázquez funda San Salvador de Bayamo, segundo pueblo español con categoría de Villa. Antes se percató de los recursos materiales existentes allí: ganado, tierras fértiles, puerto, aunque algo distante; agua en abundancia, y minas de oro. Al principio, «dio vezindades» y repartió los indios como lo había hecho en La Asunción, pero el nueve de noviembre recibió cartas del Rey, con potestad para repartir tierras e indios, y entonces:
«[...] envió á llamar los caciques é indios y le vinieron á ver, á los cuales de parte de V.A. habló é aseguró, é con algunos dellos escribió á los 50 cristianos, que estaban en la provincia de Cabaneque, como dicho es de suso; y viernes siguiente, que fueron 23 de dicho mes, [diciembre de 1513], llegó a la boca de un río que se dice Tabaya, [Táyaba o Guaurabo] legua y media del pueblo que se llama Manzanillo.»
Velázquez viaja a Guamuhaya para reconocer el territorio superficialmente, pues según expresa, llegó a sus primeros pueblos el 21 de diciembre y el 23 ya estaba de regreso en las cercanías de Manzanillo, dice que la carta, fechada el primero de abril de 1514, la remite desde Jagua, «donde agora dice que está», y se entrevistó con Vasco Porcallo de Figueroa y oficialmente otorgó la posesión de Sabana.
De ahí la coincidencia de varios historiadores en asegurar que el 3 de Mayo de ese año, 1514, «confirmó» al extremeño Porcallo la fundación de Santa Cruz de la Sabana. Desde entonces, en las negras y ubérrimas tierras de Santa Cruz de la Sabana de Vasco Porcallo (1513-1545), Gobierno propio de Vasco Porcallo (1545-1550), San Juan de los Remedios de la Sabana del Cayo, a partir de esa fecha, y luego Remedios.
Una estela al conjuro de la verdad y del misterio, (tal vez el único en Cuba), se erige sobre la fecha exacta de su fundación. Sí, es la Octava Villa de Cuba, no cabe dudas, al inscribirse en 1545, pero, lo sustentó Farto Muñiz tras el contraste de fuentes históricas y documentales, constituye el segundo pueblo con radicación española en la Isla, nacido, inextinguiblemente, en 1513.
Si volvemos sobre Fortín y Foyo, allá en el tomo VIII (Apéndice Segundo), de la edición de 1934 salida de la imprenta habanera Pérez Sierra, pp. 72-73, expone, según el «Informe sobre el Censo de Cuba de 1889» que: «En 1514 Velázquez fundó Trinidad y a Santiago de Cuba en el lado Sur de la Isla, a fin de facilitar la comunicación con las colonias españolas de Jamaica y de Tierra Firme. Sancti Spíritus, cerca de su punto central y San Juan de los Remedios, Bayamo, Puerto Príncipe y San Cristóbal de la Habana.» Después, acota, y aquí viene el aserto de Farto Muñiz que obliga a nuevas búsquedas: «José Pennino, en “Origen de las Provincias Cubanas”, pág. 18:expresa: Durante largos años la isla de Cuba constituyó una sola tenencia de Gobierno, compuesta de los Ayuntamientos de Baracoa, Bayamo, Santiago de Cuba, Trinidad, Sancti Spíritus, remedios, Puerto príncipe y Habana (fundado el primero en 1512, en 1513 el segundo, en 1514 los cinco subsiguientes y en 1515 el último) dependientes de la Audiencia de la española, hasta que por Real Cédula de 8 de Octubre de 1607 se dividió en dos departamentos [...]»
De acuerdo a lo expuesto en documentaciones de Velázquez y del Padre de Las Casas, incluso a las revelaciones de Fortín y Foyo en sus Anales y Efemérides de San Juan de los Remedios y su Jurisdicción, recaemos en otra afirmación categórica dichas por quienes investigaron hasta la saciedad la historia de un pueblo y sus comarcas: San Juan de los Remedios, sencillamente Remedios, en la parte Central de Cuba, no cumplirá este año 495 años de fundado, sino 496, y según las pesquisas historiográficas que legó Farto Muñiz, su edad se remonta a 497.
Cualquiera de los estudios que se formulen en adelante, traerá otras interrogantes, no exentas de interpretaciones tras los signos de la colonización y no de la conquista, tal como expusieron muchos historiadores cubanos que nos precedieron.
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[1] Velázquez de Cuellar, Diego. Relación o extracto de una carta que escribió Diego Velázquez, teniente de Gobernador de la isla Fernandina á S.A. sobre el gobierno della, año 1514. Archivo de Indias, patronato Est. 2º, Caj. 1º, Leg. 26. En: Torres de Mendoza, D. Luis, Abogado de la Real Corte. Colección de documentos inéditos. Madrid. Imp. J.M. Pérez. 1869. T.XI, p. 413. I
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