Tributo general en los funerales de Saramago
Intelectuales, autoridades, los dirigentes de la izquierda y muchos ciudadanos desfilaron ayer ante el féretro de José Saramago para rendirle tributo en la capilla ardiente abierta en el Ayuntamiento de la ciudad. Los restos del Nobel de literatura, fallecido el viernes en su casa de la isla española de Lanzarote, eran velados ayer en el Salón de Honor de la Cámara Municipal tras haber llegado en un avión de las Fuerzas Armadas lusas en el que viajaron también miembros del Gobierno y familiares y amigos del escritor.
El primer ministro portugués, el socialista José Sócrates, fue de los primeros en acudir a la capilla ardiente. «Saramago fue un gran portugués, no sólo como escritor, y deja una marca muy profunda en el alma portuguesa» afirmó Sócrates, para quien el Nobel es «uno de los grandes exponentes» de la cultura lusa que contribuyó a la afirmación y difusión de su literatura.
Sócrates, al igual que el candidato socialista a las elecciones presidenciales de 2011, Manuel Alegre, o el líder del principal partido marxista del Parlamento, Francisco Louca, del Bloque de Izquierda, también presentes en la capilla ardiente, restó importancia a la polémica que llevó al escritor a marcharse a vivir a España en 1993.
Vaticano despide a Saramago con críticas
El Premio Nobel de Literatura escribió una novela sobre la vida de Jesucristo
El diario vaticano L'Osservatore Romano arremetió el sábado contra el recién fallecido escritor portugués José Saramago, al que dedica un artículo en el que lo define como un «populista extremista» de ideología antirreligiosa.
El día después de la muerte del literato, el rotativo vespertino de la Santa Sede publicó un obituario bajo el título «La omnipotencia (presunta) del narrador», en el que repasa la vida del Premio Nobel de Literatura de 1998.
El artículo critica de modo especial la novela «El Evangelio según Jesucristo», con la cual, dice L'Osservatore Romano, Saramago lanzó «un reto a la memoria del cristianismo».
«Simplicidad teológica»
Según el diario romano, en la novela «Cristo es hijo de un padre imperturbable que lo manda al sacrificio, que parece entenderse mejor con Satanás que con los hombres, y que domina el Universo con poder pero sin misericordia».
El artículo afirma que Saramago cultivó una «simplicidad teológica».
«Un populista extremista como él», continúa, «que se había hecho cargo del porqué del mal en el mundo, debería haber abordado en primer lugar el problema de todas las erróneas estructuras humanas, desde las histórico-políticas a las socio-económicas, en vez de saltar a por el plano metafísico».
Último adiós en Portugal
Una persona con una rosa espera para entrar al Ayuntamiento de Lisboa.
Mientras, Lisboa veló los restos de Saramago en el Salón de Honor de su Ayuntamiento. Frente a su féretro desfilaron cientos de ciudadanos, algunos portando claveles rojos.
«Fue un gran portugués, no sólo como escritor, y deja una marca muy profunda en el alma portuguesa» afirmó el primer ministro, el socialista José Sócrates, para quien el Nobel es uno de los grandes exponentes de la cultura lusa.
Varios líderes de izquierda restaron importancia a la polémica con un Gobierno conservador que llevó a Saramago a fijar su residencia en España en 1993.
Fuente: BBC Mundo
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