Murió Kapuscinski, cronista incansable del Tercer Mundo
El periodista polaco Ryszard Kapuscinski, que llevó la crónica al rango de género literario y a través de ella hizo visible infinidad de acontecimientos políticos en países del Tercer Mundo, falleció ayer a los 74 años, en Varsovia. www.abc.es/20070123/cultura-cultura/fallece-e...
Kapuscinski, que había fijado en esa ciudad su residencia hacía algunos años -en la que continuaba escribiendo a diario-, no se recuperó de la intervención quirúrgica a la que había sido sometido el sábado pasado, a raíz del cáncer que padecía.
Maestro de periodistas, Kapuscinski utilizó los recursos de la literatura para hacer mejor periodismo, y en sus crónicas supo combinar el relato de los grandes acontecimientos -revoluciones, independencias, dictaduras, guerras- con las vidas pequeñas y cotidianas de las personas que las atraviesan. Sus obras, traducidas a 30 idiomas, vendieron más de un millón de ejemplares en el mundo. Apenas conocida, su muerte originó repercusiones de diversas asociaciones de periodistas y del mundo de la cultura, que coincidieron en resaltar sus convicciones éticas frente a las presiones de todo tipo. http://www.tiflolibros.com.ar/Entrevistas/kapuscinski.htm
Vida nómada
Premio Príncipe de Asturias en 2003, varias veces mencionado como candidato al Premio Nobel de Literatura, Kapuscinski nació el 4 de marzo de 1932 en la ciudad de Pinsk y estudió historia y arte en la universidad. Se inició en periodismo a los 17 años.
Entre 1959 y 1981 trabajó en la agencia de noticias polaca PAP. Viajero infatigable, en ese tiempo fue testigo de infinidad de acontecimientos en Africa, Asia y América latina: presenció 27 revoluciones, vivió 12 frentes de guerra y fue condenado cuatro veces a ser fusilado. Cubrió los procesos de descolonización en países africanos, la caída del régimen democrático chileno en 1971 y la revolución iraní. A partir de los años 80 comenzó a colaborar con diarios y revistas internacionales, como The New York Times y Frankfurter Allgemeine Zeitung . En ellas y en sus libros desarrolló el género de la gran crónica combinada con todos los recursos de la literatura. actualidad.terra.es/sociedad/articulo/ryszard...
Su primer libro de relevancia fue El emperador (1978), sobre la caída del trono de Haile Selassie en Etiopía, en 1974. Le siguieron El sha o la desmesura del poder (1987), sobre la salida de Reza Pahlevi en Irán; Lapidarium (1990); La guerra del fútbol y otros personajes (1992), sobre el conflicto entre Honduras y El Salvador; El imperio (1993), sobre la ex URSS; Ebano (1998); Un día más con vida , sobre la independencia de Angola, y Viajes con Heródoto (2006).
Aunque la calidad literaria de sus crónicas fue reconocida, su innovación se extendió a la mirada con que encaraba sus historias. Kapuscinski practicaba un periodismo que incluía la vida cotidiana de aquellos cuyas vidas debía contar: aprendía su lengua, se instalaba entre ellos e intentaba entender sus experiencias para relatarlas con fidelidad.
En sus últimos años, Kapuscinski se había dedicado a reflexionar sobre el ejercicio del periodismo. Publicó Los cínicos no sirven para este oficio (2000) y Los cinco sentidos del periodista (2003), y dictó seminarios como docente de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, de Gabriel García Márquez. Por ese motivo visitó la Argentina en 2002. http://www.fundacioncoso.org/6/notas/loscinicos.htm
"El verdadero periodismo es intencional: se fija un objetivo e intenta provocar algún tipo de cambio. No hay otro periodismo posible." Así sintetizó su ética inconmovible.
Kapuscinski, que había fijado en esa ciudad su residencia hacía algunos años -en la que continuaba escribiendo a diario-, no se recuperó de la intervención quirúrgica a la que había sido sometido el sábado pasado, a raíz del cáncer que padecía.
Maestro de periodistas, Kapuscinski utilizó los recursos de la literatura para hacer mejor periodismo, y en sus crónicas supo combinar el relato de los grandes acontecimientos -revoluciones, independencias, dictaduras, guerras- con las vidas pequeñas y cotidianas de las personas que las atraviesan. Sus obras, traducidas a 30 idiomas, vendieron más de un millón de ejemplares en el mundo. Apenas conocida, su muerte originó repercusiones de diversas asociaciones de periodistas y del mundo de la cultura, que coincidieron en resaltar sus convicciones éticas frente a las presiones de todo tipo. http://www.tiflolibros.com.ar/Entrevistas/kapuscinski.htm
Vida nómada
Premio Príncipe de Asturias en 2003, varias veces mencionado como candidato al Premio Nobel de Literatura, Kapuscinski nació el 4 de marzo de 1932 en la ciudad de Pinsk y estudió historia y arte en la universidad. Se inició en periodismo a los 17 años.
Entre 1959 y 1981 trabajó en la agencia de noticias polaca PAP. Viajero infatigable, en ese tiempo fue testigo de infinidad de acontecimientos en Africa, Asia y América latina: presenció 27 revoluciones, vivió 12 frentes de guerra y fue condenado cuatro veces a ser fusilado. Cubrió los procesos de descolonización en países africanos, la caída del régimen democrático chileno en 1971 y la revolución iraní. A partir de los años 80 comenzó a colaborar con diarios y revistas internacionales, como The New York Times y Frankfurter Allgemeine Zeitung . En ellas y en sus libros desarrolló el género de la gran crónica combinada con todos los recursos de la literatura. actualidad.terra.es/sociedad/articulo/ryszard...
Su primer libro de relevancia fue El emperador (1978), sobre la caída del trono de Haile Selassie en Etiopía, en 1974. Le siguieron El sha o la desmesura del poder (1987), sobre la salida de Reza Pahlevi en Irán; Lapidarium (1990); La guerra del fútbol y otros personajes (1992), sobre el conflicto entre Honduras y El Salvador; El imperio (1993), sobre la ex URSS; Ebano (1998); Un día más con vida , sobre la independencia de Angola, y Viajes con Heródoto (2006).
Aunque la calidad literaria de sus crónicas fue reconocida, su innovación se extendió a la mirada con que encaraba sus historias. Kapuscinski practicaba un periodismo que incluía la vida cotidiana de aquellos cuyas vidas debía contar: aprendía su lengua, se instalaba entre ellos e intentaba entender sus experiencias para relatarlas con fidelidad.
En sus últimos años, Kapuscinski se había dedicado a reflexionar sobre el ejercicio del periodismo. Publicó Los cínicos no sirven para este oficio (2000) y Los cinco sentidos del periodista (2003), y dictó seminarios como docente de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, de Gabriel García Márquez. Por ese motivo visitó la Argentina en 2002. http://www.fundacioncoso.org/6/notas/loscinicos.htm
"El verdadero periodismo es intencional: se fija un objetivo e intenta provocar algún tipo de cambio. No hay otro periodismo posible." Así sintetizó su ética inconmovible.
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