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LA TECLA CON CAFÉ

Café Cubano

Adiós eterno a los colegas Franklin Reinoso y José A. Rivero


martes, 14 de septiembre de 2021 
1:50:45 am

Franklin Reinoso Rivas, destacado locutor y director de programas de CMHW, Premio Nacional de la Radio Cubana en 2021, falleció este 13 de septiembre en Santa Clara debido a complicaciones derivadas de la COVID-19. 

Con profundo dolor, la Radio Cubana y de Villa Clara lamentan el fallecimiento en Santa Clara del destacado locutor y director de programas Franklin Reinoso Rivas, Premio Nacional de Radio 2021.

Contaba con 75 años de edad al momento de su deceso, debido a complicaciones derivadas de la COVID-19, tras permanecer ingresado durante varios días en la ciudad de Santa Clara, atendido por un equipo médico que laboró por salvar su vida.

Su entrada a la Radio fue en el año 1957 cuando asistía a la emisora de su natal Caibarién, junto a su padre Feliciano Reinoso, comentarista deportivo.  Allí se entrenó como operador de sonidos y luego como locutor.

En la locución incursionó en casi todos los géneros de esta especialidad: noticias, revistas informativas, musicales, narraciones dramáticas, declamación, lo que le permitió alcanzar el Primer Nivel de Locutor en 1970 y que mantuvo hasta su jubilación, asimismo fue premiado en múltiples oportunidades en Festivales Nacionales de la Radio Cubana. 

 

Obtuvo la Condición de Artista de Mérito de la Radio Cubana, el Micrófono de la Radio en 2004, la Orden Majadahonda como artista Internacionalista, el Sello 85 aniversario de la Radio Cubana, el sello del Laureado 1993, el Premio Rolando Rodríguez Frenes que otorga la Filial de Radio, Cine y Televisión de la UNEAC en Villa Clara, la Medalla Raúl Gómez García, la Medalla de la Lucha contra Bandidos, la Llave de la Ciudad de Santa Clara y en 2019 recibió la condición de Maestro de Radialistas.

Su jubilación en 2007 por motivos de salud, nunca lo separó de la CMHW, donde continuó colaborando como asesor musical en varios programas especializados y contribuyendo a la preservación del patrimonio sonoro de la radio. 

Adiós a José Antonino Rivero, productor y alma de Telecubanacán 

Difícil es despedir también a una persona imprescindible; más aun es para los trabajadores de Telecubanacán, en Villa Clara, decir adiós a José Antonino Rivero, productor y alma de este canal de televisión, que ayudó a fundar y crecer. 

Quienes lo conocieron, pueden dar fe de su eterna alegría, de su desenfado en cualquier escenario y de las dos manos que siempre estaban dispuestas para ayudar.

  

Las anécdotas de los 37 años del telecentro siempre se enriquecían con su inmensa imaginación, demasiado grande para contener y no compartir su visión de la vida, de lo necesario, y de todo a lo que estaba dispuesto para que un programa de televisión o una noticia, tuvieran éxito. 

Por donde quiera que pasaba dejaba una sonrisa, muchas veces carcajadas, detrás de las que siempre había un detalle y un consejo. 

A los 60 años, las complicaciones de un virus nos lo arrebatan, pero esa voz, esa risa, ese corazón, serán imposibles de borrar de la historia de Telecubanacán. 

Adiós, amigo. 

Muestras de apoyo ante la pérdida de Franklin Reinoso Rivas

martes, 14 de septiembre de 2021
6:26:34 pm

Desde la tarde de este lunes, 13 de septiembre, colegas, instituciones, y personalidades de todo el país enaltecen el legado del Maestro de Radialistas y Premio Nacional de Radio 2021. 

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez escribió en su perfil de Twitter un sentido mensaje de condolencia. 

Ha muerto en nuestra común ciudad, #SantaClara, el Premio Nacional de Radio, Franklin Reinoso Rivas. Otro golpe de la #COVID19 que tenemos el compromiso de erradicar. Abrazo sentido a su viuda María Teresa Valdés, familiares, colegas y amigos.

Así mismo, desde la cuenta de la Radio Cubana, en la misma plataforma virtual, se publicó un mensaje de apoyo a todo el colectivo radial con quien compartió su obra, y a familiares y amigos.

Luz a Franklin Reinoso, un maestro de la Radio Cubana, de un grande de la locución radial en Cuba, un hijo ilustre de Caibarién y de Villa Clara. Las condolencias a su esposa María Teresa y su familia y amigos. Un abrazo al colectivo de @radiocmhw #RadioCubana de luto.

En la cuenta de Twitter del otrora Instituto Cubano de Radio y Televisión, se muestra una pequeña entrevista a Franklin Reinoso cuando le fue otorgado el Premio Nacional de Radio, en este mismo año.

Onelio Castillo Corderí
Dolorosa pérdida para la creación radiofónica de #Cuba. Hombre éticamente íntegro, humilde y talentoso, que entregó a la radio lo más preciado e intenso de su vida. A familiares y amigos de #FranklinReinosoRivas, y a su entrañable esposa María Teresa, nuestras condolencias.

Radio CMHW
La @radio_cubana lamenta el fallecimiento en #SantaClara del destacado locutor y director de programas #FranklinReinosoRivas, Premio Nacional de Radio 2021 y querido trabajador de @radiocmhw. Las más sentidas condolencias a los familiares, amigos y compañeros de profesión.

(Fuentes: Telecubanacan/CMHW/ Gricelys María Moreno García)

 

 

 

 

 

 

 

 

Vital y estratégico para Cuba cortar la epidemia


lunes, 13 de septiembre de 2021 
11:48:26 pm
 

El gobierno cubano consideró "vital y estratégico" cortar la epidemia de Covid-19, que tiene 39.610 infectados activos en Cuba, 8.342 nuevos casos y 74 muertes, según el reporte publicado hoy.  

La propagación del coronavirus está encabezada el lunes por los 1.575 contagiados en la provincia de Pinar del Río, oeste nacional, seguida por Sancti Spiritus, centro, con 1.121 y en el este por Las Tunas con 805 contagiados. 

Durante los 12 primeros días de septiembre surgieron 94.080 contagios y 996 muertes. Cortar la transmisión sigue siendo lo más importante, expuso el presidente cubano en una videoconferencia el fin de semana y divulgada hoy por medios de la prensa local. 

Estimó que la aceleración del ritmo de vacunación contra el SARS-CoV-2 actualmente en marcha "debe ir acompañada del incremento de las medidas higiénico-sanitarias". 

Llamó a incrementar "el rigor social e individual en el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias especialmente el uso del nasobuco (mascarilla facial) en todo momento hasta dentro de los hogares". 

Las autoridades sanitarias subrayaron que tales medidas apoyan a la vacunación en marcha que debe llevar a una reapertura del país y de su industria del turismo el 15 de noviembre próximo. 

La reapertura busca respaldar la atribulada economía nacional. En ese sentido Díaz-Canel dijo durante la videoconferencia que en el marco del comercio interno se trata de atenuar "la continuada y creciente insatisfacción de la población con las colas (filas) en las tiendas", según fue citado por la prensa local. 

Reclamó más mecanismos para reducirlas, "como la desconcentración de las ventas con la apertura de nuevos puntos de expendio". 

"Es irracional que alguien esté cinco y seis horas en una cola, y a veces, cuando le toca el turno, hasta se acabó el producto o quedan menos ofertas", afirmó.  

Parte de cierre del día 13 de septiembre a las 12 de la noche 

Al cierre del día de ayer, 13 de septiembre, se encuentran ingresados en hospitales para vigilancia clínica epidemiológica mil 729 pacientes, de ellos: en vigilancia 67, sospechosos mil 086 y confirmados 576. 

El Dr. Francisco Durán García, Director Nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Cuba, informó este lunes en Conferencia de Prensa, que fueron confirmados 31 nuevos casos de Covid-19, para un acumulado de 4 684 en el país. De ellos se han dado en total, 3 930 altas médicas, para un 83,9% de casos recuperados. 

Para COVID-19 se estudiaron 7 mil 380 muestras, resultando 42 muestras positivas. El país acumula 492 mil 527 muestras realizadas y 4 mil 726 positivas (0,96%). Por tanto, al cierre del día de ayer se confirman 42 casos nuevos, con un acumulado de 4 mil 726 en el país. 

De los 42 casos diagnosticados: 41 son cubanos y un extranjero con fuente de infección en el exterior. 

Del total de casos (42): 31 fueron contactos de casos confirmados, 10 sin fuente de infección precisada, y uno con fuente de infección en el extranjero. 

De los 42 casos confirmados, 17 son masculinos y 25 son femeninas. El 71,4% (30) fueron asintomáticos, acumulándose 2 mil 775 que representan el 58,7% de los confirmados hasta la fecha. 

La residencia por provincias y municipios de los 42 casos confirmados: 

Artemisa (4 casos), La Habana (17 casos), Matanzas (5 casos), Sancti Spíritus (3 casos), Ciego de Ávila (9 casos), Camagüey (3 casos), y Holguín (1 caso). 

De los 4 mil 726 pacientes diagnosticados con la enfermedad, se mantienen ingresados confirmados 576 (12,2%), 559 el 97% con evolución clínica estable. Se reportan 108 fallecidos (ninguno del día), dos evacuados, 110 altas del día, se acumulan 4 mil 040 pacientes recuperados (85,5%). Se reportan cinco pacientes en estado crítico y 12 en estado grave. 

Hasta el 13 de septiembre se reportan 185 países con casos de COVID-19, asciende a 28 millones 802 mil 775 los casos confirmados (+286 mil 031) y 920 mil 931 fallecidos (+4 mil 926) para una letalidad de 3,19% (-0,02). 

En la región las Américas se reportan 14 millones 847 mil 457 casos confirmados (+117 mil 630), el 51,54% del total de casos reportados en el mundo, con 512 mil 221 fallecidos (+2 mil 712) para una letalidad de 3,44% (-0,01). 

(Fuentes: Minsap/CMHW/ANSA/PL)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Celebran en Cuba Día de la Virgen del Cobre


domingo, 12 de septiembre de 2021 
3:07:09 pm 

Feligreses ruegan por el fin de la pandemia de Covid-19 (Vídeo: Fiesta de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Santiago de Cuba, 8 de septiembre de 2021, 9:30 am) 

  • El papa pide a la Virgen del Cobre por el pueblo de Cuba
  • Mensaje del presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez
  • Homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez Arzobispo de Santiago de Cuba

Este 8 de septiembre los cubanos celebraron el día de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, a quien le rezaron por el fin de la epidemia de la Covid-19, en una jornada de unión entre compatriotas.

 

La Virgen de la Caridad del Cobre es la que une al catolicismo y a religiones africanas en Cuba ya que es venerada por la creencia Yoruba, con el nombre de Oshún.

Tiene, además, cierta importancia en la historia cubana, en especial, en la guerra de Independencia en el siglo XIX.

"A pedido del episcopado y debido a la imposible participación presencial de los fieles”, se autorizó la trasmisión de las celebraciones por televisión y emisoras de radio, “lo que garantizará rendirle culto a la Virgen en un marco de seguridad para la salud de los feligreses".

 

En el centro de los reportes estuvo, como es tradicional, la ciudad de Santiago de Cuba, a unos 900 kilómetros al este de La Habana, donde es venerada hace mas de 400 años la estatuilla que, según distintas versiones, fue hallada a inicios del siglo XVII, flotando en la Bahía de Nipe, en el este de la isla.

Cuenta la leyenda que tres pescadores humildes la hallaron con un letrero que anunciaba: "Yo soy la Virgen de la Caridad".

    

En 1916, el entonces papa Benedicto XV la reconoció como la Patrona de Cuba. Luego, en 1936, la virgen fue canonizada y en 1977 la iglesia en la que se encuentra, en la localidad de El Cobre, fue proclamada Basílica Menor.

    

 

En enero de 1998, el papa Juan Pablo II, de visita oficial en Cuba, la coronó durante una misa. Posteriormente, en 2012, Benedicto XVI visitó el templo y le concedió la distinción "Rosa de Oro", creada por el papa León IX, en 1049. 

El papa pide a la Virgen del Cobre por el pueblo de Cuba

 

“Que dondequiera que haya hoy un cubano, experimente la ternura de María, y que Ella los conduzca a todos hacia Cristo, el Salvador”, dijo Francisco este ocho de septiembre.

El papa Francisco pidió hoy por la vida, los sueños, las esperanzas y dolores de Cuba, en ocasión de la fiesta de su Patrona, la Virgen de la Caridad del Cobre, en el saludo en español durante la audiencia general.


“Y en este día, los cubanos celebran a su Patrona y Madre, la Virgen de la Caridad del Cobre. Con un recuerdo agradecido de mi peregrinación a su Santuario, en septiembre de 2015, quiero presentar nuevamente a los pies de la Virgen de la Caridad la vida, los sueños, las esperanzas y dolores del pueblo de Cuba”, dijo el papa en su saludo dirigido a los fieles de lengua española. 

Y añadió: “Que dondequiera que haya hoy un cubano, experimente la ternura de María, y que Ella los conduzca a todos hacia Cristo, el Salvador”.

Francisco visitó Cuba del 19 al 22 de septiembre de 2015 en un viaje que incluyó también Estados Unidos.

Mensaje del presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez


Homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez Arzobispo de Santiago de Cuba

8 de septiembre de 2021, 9:30 am

¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha bendecido a tu hijo! ¿Quién soy yo, para que venga a visitarme la madre de mi Señor? Pues tan pronto como oí tu saludo, mi hijo se estremeció de alegría en mi vientre.  ¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho! Lc 1, 42-45


Hermanos,

Un año más, después de 409 años que el pueblo cubano le sigue rindiendo tributo a la Virgen de la Caridad. En los dos o tres primeros años, solamente allí en aquel pequeño poblado de Barajagua, al norte de Oriente, frente a Antilla, frente a Banes, del lado sur de la Bahía de Nipe. Desde ahí al Cobre, y desde El Cobre, la devoción a la Virgen se fue irradiando por toda Cuba. Dondequiera que hay un cubano, la Virgen de la Caridad de una manera u otra le acompañaba. De hecho, en estos momentos podemos decir que la devoción a la Virgen María de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, Madre nuestra que así le llamamos, está extendida por todo el mundo.

Sabemos que los cubanos, muchos cubanos estamos dispersos, pero formamos un solo pueblo. Estamos en Cuba, y estamos fuera de Cuba también, y la Virgen está ahí.

Hemos acudido a la Virgen en los momentos alegres y en los momentos tristes, sabiendo que aquí en el lomerío del Cobre donde está su Santuario; aquí nosotros encontramos, nos sentimos más cerca de Dios, porque nos sentimos más cerca de su Madre. Y sabemos que el amor entre madre e hijo es indestructible, tiene que meterse el mal para que eso se rompa; y este no es el caso, al contrario. En ese amor de María por su Hijo, y de su Hijo por María, está el Espíritu Santo, la gracia de Dios; y en ese amor de nuestro pueblo a la Virgen de la Caridad, que en definitiva nos remite a Dios y a su Hijo que nos muestra en sus brazos. Nosotros sabemos que este amor también es indestructible, y la prueba de los años así lo dice.

Como dije acudimos a la Virgen, aquí en El Cobre, en nuestras casas, al comenzar el día besando su imagen. Que a lo mejor tenemos en la cartera o en el bolsillo, porque nos sentimos más cerca de Dios, y queremos sentirnos acompañados; porque sabemos como dice el salmo que la misericordia de Dios dura siempre. Ésa es precisamente nuestra intención y nuestro deseo siempre que acudimos a  la Virgen.

Acudimos a la Virgen porque la vemos como Madre solícita, cuidó a su Hijo Jesús, tiernamente, lo acompañó durante toda su niñez, su adolescencia, su juventud, hasta cuando Él comenzó a predicar y ella veía como era incomprendido. Hay muchos hombres y mujeres, muchos jóvenes, que porque expresan lo que ellos quieren son incomprendidos, y así pasó con Jesús. Pero María estuvo cerca. Después lo vio en la cruz, es una realidad humana la cruz; nadie sabe cuándo va a nacer, pero todos sí tenemos la certeza de que algún día vamos a morir. Y los cristianos sabemos con la certeza que nos da nuestra fe, de que nos presentaremos ante Dios, para que Dios que su misericordia dura siempre, nos acoja en su seno para la vida eterna.

Una vida que no se acaba con los años, con una enfermedad, con una pandemia, con una injusticia, con una condena a muerte injusta o justa, la vida no se acaba ahí. Esa es la vida temporal nuestra, esa es la vida de este mundo. Dios nos ha creado para revelarse a nosotros, para decirnos que la vida no termina, en muchos o menos años, sino que la vida termina junto a Él, porque es el Dios de la vida y no quiere que la vida se acabe. Triste es aquellos que piensan que solamente el chance que tenemos en nuestras vidas, son los pocos años que tenemos para vivir. Entonces no sabemos ni por qué hemos venido al mundo, ni por qué tenemos que dejar el mundo cuando nadie quisiera hacerlo, o cuando venga una pandemia y desgraciadamente rasga nuestra monotonía diaria, nuestro hacer diario, y nos pone a todos tristes, confusos, de tal manera que nos llena de desesperanza. Para el cristiano, no es así; para el cristiano esas son las situaciones lógicas de la vida, momentos de alegría, momentos de paz, momentos de tristeza, injusticias y justicias. Así lo creemos los cristianos. Sabemos que la vida es así, pero culmina en las manos de Dios.

Nosotros tenemos que llevar esperanza a los demás, tenemos que llevar esperanza para decirles esta situación difícil que estamos viviendo, que el calificativo que encuentro es tristeza que nos trae muchas veces a la desesperanza, a no ver soluciones, a preguntarnos el por qué… los cristianos decimos fijémonos en María, la Madre de Jesús, quiso hacer la voluntad de Dios; lo acompañó en los momentos duros de la vida, pero lo acompañó en la Resurrección; lo acompañó en la Iglesia que nacía con los apóstoles. Así nosotros hermanos, cuántas familias no han pasado en este tiempo, en todos los tiempos, pero en éste de manera más acuciante más numerosa, el dolor de la pérdida de uno o varios familiares, amigos, personas cercanas, del barrio, cuántas. A esas personas nosotros tenemos que decirles, ánimo.

Nuestros seres queridos han perdido en la vida, pero el Señor Jesús los llama a la vida eterna. Y ahí es donde está nuestra confianza. Porque no podemos hacernos ilusiones de que el paraíso se va a construir aquí en la tierra, son ilusiones, son falacias, que precisamente la historia, el tiempo se encarga de desmontar sea de donde sea. Aquellas personas que creen que, porque luchan mucho van a alcanzar, por lo que tienen o por lo que dejan de tener, la sabiduría, el poder, la economía, lo que sea… van a alcanzar la felicidad en la tierra. Sí, pueden alcanzar cierta tranquilidad, pero la felicidad está en Dios. Y hasta que nosotros no lo descubrimos y llegamos a Él, nosotros no vamos a sentir que verdaderamente que nuestra vida es una llamada de Dios para vivir a plenitud junto a Él; y que esa felicidad que anhelamos aquí en la tierra y que sabemos no podemos conseguir plenamente, algún día el Señor nos espera.

Ésa es nuestra fe, ésa es la fe del cristiano. Decir al mundo, este mundo es pasajero, en este mundo tenemos que vivir tratando de hacer el bien, la justicia, la caridad, porque así vamos a vivir mejor. Porque en la medida que la caridad predomine en las relaciones humanas, vamos a vivir mejor, más tranquilos, con más esperanza. Pero ese no es el final, el final está junto a Dios. Por eso, si nosotros tenemos que cuidarnos, tenemos que poner énfasis en que tenemos que cuidarnos nosotros y tenemos que cuidar a los demás, a nuestros mayores, a nuestros niños, para que nuestra vida física no se acabe prematuramente. Hermanos, hermanos cubanos donde quiera que estemos, tenemos que poner nuestro empeño en que también nuestra vida espiritual, sepa ser construida de tal manera que no se pueda destruir; porque sabemos que la vida espiritual de cada persona está llamada, como ya he dicho dos o tres veces, a vivir eternamente junto al Señor.

Hermanos, ésa es la clave.  No podemos vivir de ilusiones, el evangelio dice que aquel hombre que construye su casa en un banco de arena viene un viento, una crecida, una tempestad, y se lleva la casa; pero aquel que la construye en una roca firme, que para nosotros es Cristo, esa casa dura por siempre porque está construida en Cristo. La pandemia, en medio del dolor que nos golpea, de las incertidumbres que nos crea, de la confusión y la desesperanza, también nos está diciendo algo. ¿Dónde yo tengo puestos mis ojos? ¿Los tengo puestos en las cosas materiales que tanta falta hacen y que tantas veces escasean? Y que es justo y tenemos derecho a tenerlas, ahí trabajamos por eso; pero siempre con la mirada hacia lo alto. No vivamos preocupándonos, con tanto entusiasmo y trabajo para conseguir las cosas materiales, que hay que conseguirlas y luchar por ellas, si esas cosas materiales nos apartan de Dios.

Tenemos que pensar en esto. Tenemos que pensar en esto como pueblo también. ¿Nosotros hemos dejado a Dios por seguir otras corrientes que nos dicen que Dios no sirve para construir un mundo mejor? Tenemos que pensar si como pueblo lo hicimos o lo hacemos. Ya no diría tan solo como pueblo, como persona. Cada uno de nosotros debe decir, yo soy devoto a la Virgen de la Caridad, ¿qué hizo ella para merecer esta Gracia? Decir “hagan lo que Él les diga”, “que se haga tu voluntad”. Nosotros También tenemos que buscar la Palabra del Señor, también nosotros. Para vivir la vida con sentido, y para saber dónde ponemos nuestro esfuerzo, nuestra lucha, nuestra sabiduría, nuestro corazón, nuestra voluntad. Tenemos que hacer eso hermanos.

En las lecturas de hoy hemos escuchado que Yudith, que fue una mujer que salvó al pueblo de Israel en un momento muy difícil, ella al final canta. Cuando la gente empieza a elogiarla a ella, dice, todo esto no lo he hecho yo, lo hizo Dios por mí, su brazo poderoso es el que ha salvado a este pueblo. Al cabo de los siglos, esa misma situación se repite con la Virgen. Por eso hemos escuchado en el cántico del Evangelio, que es la acción de gracias de María; ella dice, el Señor ha hecho obras grandes en mí, el Señor ha hecho que las generaciones futuras me veneren, no soy yo, es el Señor el que ha hecho todas esas cosas en mí.

Acudimos a la Virgen, sabiendo que es Dios el que tiene el poder, tiene el honor y tiene la gloria. Y María lo sabe. Por eso nos presenta a su hijo Jesús. No es una figurita más en su imagen, no. Representa a ese hijo Jesús, pequeño y cuidado por ella, pero en la mano derecha nos presenta la Cruz de Cristo, como diciéndonos, para alcanzar la gloria que este Hijo les da, hay que también pasar por su cruz. Y la vida nuestra es una cruz. En estos momentos nuestro pueblo está viviendo una cruz, tenemos que saber ofrecerlas.

Recordemos que las cruces, no se buscan, las cruces caen; hay que nosotros, por nuestro comportamiento enredamos nuestra vida de tal manera que las cosas se complican y entonces las cruces vienen por mi culpa. Otras veces, las cruces vienen de fuera, y nosotros tenemos que saber distinguir, que, en todo momento, haciendo la voluntad de Dios venceremos las cruces; y en todo momento veremos esta realidad como diciendo, Señor ¿qué me quieres decir para que yo abra los ojos y me encuentre con tu Hijo? ¿Qué Tú me quieres decir cuando la Virgen ha querido hacer siempre tu voluntad, y por eso es grande y Tú la has ensalzado entre todas las mujeres? Así nosotros tenemos que buscar y seguir a la Virgen, siendo nosotros sus hijos.

Hermanos, esto es para todos los hombres de todas las épocas y países, pero es para nuestro pueblo en el día de hoy. Que cada uno se pregunte, y yo ¿qué hago? ¿Busco el sentido de mi vida, o me dejo llevar por aquello que más me gusta? ¿O por una situación que me lleva al mal, que me lleva maltratar a un hermano, que me lleva a considerar que otro hermano no tiene derechos como los tengo yo, que me hace pensar que yo tengo a callar o aplastar a otra persona, que yo tengo derecho a limitar los derechos y los deberes de los otros, que yo tengo derecho…? No hermanos, ese es el pecado, no matarás, respeta, no envidies, no mientas, no te aproveches de tu hermano. Eso es lo que el Señor nos dice hoy, cuando el Señor nos dice “dichosos aquellos que hacen la voluntad de Dios porque de ellos es el Reino de los cielos”. Bienaventurados son.

Yo quisiera meterme en el corazón de cada uno de ustedes, porque ustedes representan a todos los cubanos. Están aquí y tienen que darle gracias a Dios por eso, y sientan en su oración que están pidiendo por todos, yo sé que mucha gente en estos momentos en toda Cuba y fuera de Cuba está pidiendo por Cuba y por todos.

Sí hermanos, nosotros tenemos que recapitular, y tenemos que aprovechar hasta el dolor, fíjense bien, hasta el dolor. Yo quisiera meterme en el corazón de cada uno de ustedes. Una madre anciana ¿qué trae en su corazón cuando está aquí ante la Virgen? Un joven lleno de esperanzas y de ilusiones en la vida ¿qué trae en su corazón cuando viene aquí? Un padre de familia cuando ve a sus hijos pequeños ¿qué trae aquí en su corazón?, ¿qué le dice a la Virgen? Podemos rezar el Avemaría, pero hay un diálogo interior entre nosotros y la Virgen que nos lleva a Dios. ¿Qué le decimos nosotros? ¿Qué le decimos nosotros a una persona que quiere luchar en la vida, para mejorar su vida y la de su familia, y así mejorar la sociedad, cuando no puede y no se siente que tiene las facilidades justas para poder lograrlo? ¿Qué hay allá dentro? ¿Qué hay del dolor de tantas familias que han perdido a sus hijos, que viven en la inquietud en esta terrible epidemia que nos llena de tristeza y de incertidumbre, y lo vuelvo a repetir, y de desesperanza?

Hermanos, todos tenemos que poner de nuestra parte. Acudimos a la Virgen, pero ella nos dice “hagan lo que el Señor Jesús les dice” Y Él nos dice, ama a tu hermano respeta a tu hermano, atiende al que sufre, no te dejes llevar por el mundo sino se siempre fiel a la Palabra de Dios.

No nos ilusionemos con las falsas promesas incumplidas, por tantos motivos porque la vida es así. Esas ilusiones que se crean muchas veces escritas en un buró, que deciden la vida de muchas personas. Hermanos, vamos cada uno de nosotros poner de nuestra parte. Ese egoísmo que muchas veces nos aparta de los demás. No hermanos, eso sí nos lleva a la perdición.

Yo quisiera meterme en el corazón de cada uno de ustedes, y eso es lo que quiero hacer. Y si no puedo saber, porque yo no soy Dios, Dios sí lo sabe; yo sí la misa, la eucaristía, donde Cristo se hace presente bajo las formas del pan y del vino en el sacramento de la comunión… Ahí voy a pedirle a Dios por todos y cada uno de ustedes, por todos sus afanes, por todas sus tristezas y dolores. Voy a tener presente principalmente a las familias de los difuntos; a las familias de los médicos, de los enfermeros, las enfermeras, los que trabajan en los hospitales que llevan mucho tiempo sin descanso cuidando a nuestros enfermos. Voy a sentirme solidario al presentarle a Dios, la incertidumbre con que viven nuestras familias, ante un contagio que puede venir en cualquier momento; voy a pedir a Dios por el desasosiego que nuestras familias muchas veces tienen para encontrar el sustento diario en medio de todas estas dificultades. Voy a poner ante la Virgen, también todos nosotros, a nuestros niños y jóvenes que llevan casi dos años sin participar en una clase presencial, con lo que eso significa para su desarrollo posterior. Voy a ponerme también en la mente de los que gobiernan, de los que buscan soluciones, para que el Espíritu Santo les ilumine, y cualquier decisión sea tomando en cuenta el concurso de todos, porque todos tenemos que intervenir en lo que nos concierne a todos.

Voy a pedir, en fin, hermanos, para que el Señor nos de la esperanza, nos de la serenidad para enfrentar el mal y nos dela voluntad para hacer siempre el bien. Que Dios nos ayude a vivir así. Y voy a pedir que aumente nuestra fe, que aumente nuestra fe; la fe firme nos salva de la desesperanza, la fe firme le da sentido a la vida, la fe firme en Cristo Jesús nos da muchas respuestas. Tenemos que buscarlas.

Que el Señor nos ayude a vivir así en este día, y en medio de la tristeza, de la confusión, de la desesperanza, tenemos que presentar la confianza en Dios; y ésa nos da esperanza, nos da la alegría de saber que el Señor nos quiere, nos ama y nos espera, y nos da también la fortaleza para enfrentar y luchar en esta vida por el bien y por la paz. Como decíamos en la introducción de la misa, la justicia y la misericordia para todos.

(Fuentes: ANSA/ACIPrensa/arzobispadosantiagodecuba/Granma/Cubadebate/radiohc)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fallece el popular actor cubano Enrique Molina

 

sábado, 04 de septiembre de 2021 
6:11:50 am

El popular actor cubano Enrique Molina falleció este viernes 3 de septiembre a los 77 años de edad por complicaciones derivadas de la Covid-19.  Su muerte ha sido un fuerte impacto en el panorama cultural de la nación. 

Con gran consternación, el Ministerio de Cultura, el Consejo Nacional de las Artes Escénicas y la Agencia Artística de Artes Escénicas ACTUAR lamentan el fallecimiento en La Habana, a los 77 años de edad, del primer actor Enrique Molina, Premio Nacional de Televisión 2020, Premio ACTUAR por la Obra de la Vida 2018 y Título Honorífico en la primera edición del Premio Enrique Almirante, en 2015. 

Su muerte se produjo como consecuencia de complicaciones derivadas de la covid-19 y tras permanecer ingresado bajo el cuidado de un equipo multidisciplinario de personal médico, que luchó hasta las últimas horas por salvar su vida. 


Molina fue un reconocido actor de la televisión, el cine, el teatro y la radio, con una larga y consolidada carrera artística y profesional. De procedencia humilde, nació el 31 de octubre de 1943 en el municipio Bauta (antigua provincia de La Habana, hoy Artemisa), para después trasladarse con su familia, siendo muy joven, a Santiago de Cuba. 

En esa oriental provincia comenzó a dar los primeros pasos en la actuación dentro del movimiento de artistas aficionados, en la década de los sesenta. 

Posteriormente, en La Habana, logró consolidar su carrera para convertirse en uno de los actores más sobresalientes junto a grandes artistas y experimentados directores, ubicándose en la preferencia y el gusto del público. 

En el imaginario popular, todavía sobreviven sus actuaciones magistrales en espacios dramatizados para la televisión, como el Silvestre Cañiso de Tierra brava, junto a Alina Rodríguez , y también en las telenovelas Bajo el mismo sol y La otra esquina, entre otras, así como en el recordado serial En silencio ha tenido que ser.  

En las tablas destacó su papel de Vladimir Ilich Lenin en El carrillón del Kremlin y posteriormente en la miniserie Relatos sobre Lenin, sometido en esa ocasión a cirugías para cambiar su físico y lograr con creces introducirse en la piel del personaje. 

El cine le estará totalmente agradecido por la extensa obra cinematográfica realizada, en filmes como El hombre de Maisinicú, Caravana, Un paraíso bajo las estrellas, Barrio Cuba, El cuerno de la abundancia, Contigo pan y cebolla y Esther en alguna parte, entre otras. 

A lo largo de su trayectoria como actor, recibió el premio a mejor actor extranjero en el Festival del Gallo de Oro y las Cien Flores de China, en 2014 y 2016, y el título de Artista de Mérito del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT). 

Hasta el momento de su agravamiento se encontraba en los preparativos para filmar una nueva telenovela. 

Sin dudas, su muerte ha provocado un vacío profundo en los medios, donde su presencia era un puntal de la actuación, y ha tenido un fuerte impacto en el panorama cultural de la nación. 

El Ministerio de Cultura, el Consejo Nacional de las Artes Escénicas y la Agencia ACTUAR ofrecen las más sentidas condolencias a sus familiares, amigos y compañeros de profesión por la irreparable pérdida. 

No existen palabras para describir el dolor que se siente cuando un artista de pueblo dice adiós para siempre. La cultura cubana está de luto. 

"Triste amanecer para toda la nación" 

Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de Cuba, publicó hace unos minutos en su perfil de la red social Twitter el "Triste amanecer para toda la nación", tras el fallecimiento, a causa de la #Covid19 de otro grande de nuestra cultura: Enrique Molina.


Por su parte, el Ministerio de Cultura, el Instituto Cubano de Radio y Televisión (Icrt), el Consejo Nacional de las Artes Escénicas y la Agencia ACTUAR ofrecieron desde sus perfiles institucionales las más sentidas condolencias a sus familiares, amigos y compañeros de profesión por la irreparable pérdida. No existen palabras para describir el dolor que se siente cuando un artista de pueblo dice adiós para siempre. La Cultura cubana de luto. En paz descanse.

"La vida nos vuelve a levantar" 

Entrevista realizada por Amaury Pérez, al popular actor Enrique Molina en el espacio estelar de la TV cubana Con 2 que se quieran.


Amaury. Muy buenas noches. Estamos en Con 2 que se quieran, aquí, en el corazón de Centro Habana, en Prado y Trocadero, en los legendarios Estudios de Sonido del ICAIC, en el barrio de Lezama.

Hoy nos acompaña, es un nuevo privilegio para mí, uno de los actores más coherentes, de los actores más brillantes, de los actores más populares. Sencillamente, usando un calificativo que casi nunca uso en la vida, está aquí con nosotros el maravilloso Enrique Molina. Mi socio. Mi amigo querido de los años. ¿Qué te parecen, Enriquito, los programas de entrevistas? ¿Tú crees que tienen alguna utilidad? Ahora hay muchos, no quiero que me hables de este, sería vanidad y petulancia, sino de los programas de entrevistas.

Enrique. Mira, depende, porque yo no sé si será que respondo siempre lo mismo, no tengo otra cosa que contar. O si será que, desgraciadamente, la mayoría de los periodistas que me han hecho entrevistas, todos preguntan lo mismo. Y entonces, cuando me invitaste a venir, yo dije: voy a repetir nuevamente lo que he hablado en otras oportunidades; y uno un poco que ya, no es por mí, sino porque uno tiene el temor de atiborrar a los televidentes de las mismas cosas siempre.

Amaury. Hay muchas preguntas que te voy a hacer que seguramente ya tú has contestado en otras entrevistas, pero hay una generación de gente que cuando te las hicieron en televisión no estaban aquí, o...

Enrique. ...O tenían diez años y no les interesaba para nada...

Amaury. ...O no les interesaba para nada y ahora, sin embargo, sí. Además, tú sigues haciendo papeles, porque tú no eres un actor que está viviendo del pasado. Ahora, tú naciste en Bauta, vamos a irnos a las cosas esenciales. Bauta, ¿cómo era tú vida en Bauta? ¿Era una vida bonita, o era una vida triste o era una vida pobre, o era una vida alegre? Cómo tú la calificarías.

Enrique. Era una vida bien dura, bien dura. Porque bueno, yo nací en el año 43, te podrás imaginar... los primeros 15 años de mi vida los pasé en Bauta. Con una familia maravillosa, porque mi árbol genealógico se alimenta de las dos razas que tenemos en Cuba: los blancos y los negros. Mi madre y todos sus hermanos, sus padres eran blancos de ojos azules, de ojos verdes. Y la familia de mi padre, mi abuelo, que es el dueño del apellido, Juan Molina, era un poquito más clarito que el traje ese que tienes puesto.

Amaury. (risas) Un poquito nada más.

Enrique. Un poquito más clarito. Yo recuerdo en mi niñez..., mi madre se enfermó de los pulmones cuando yo tenía dos años y entonces los médicos me separaron de mi mamá para que yo no me contagiara. Y a los cuatro años, dos años después de esa separación de mi madre, ella falleció y mi abuela siguió conmigo con un poco de lástima. Yo creo que ella abocó en mí un exceso de cariño. Porque mi padre, a partir del momento en que mi madre se enfermó de los pulmones, se separaron, mi padre fue a hacer otra vida en Camagüey, se casó por allá, qué sé yo. Y mi abuelita me mantuvo ahí, con todo el esfuerzo, con todo el sacrificio que se podía, hasta que ya ella decidió irse a vivir, cuando triunfa la Revolución, en el año 60, ella decide irse a vivir a casa de una hija que tenía en Santiago de Cuba, para descansar un poco de la lucha de la vida que había llevado y me llevó a mí para allá, porque todavía yo era menor de edad y ella sentía todavía gran responsabilidad sobre mí.

Yo tuve una niñez bien dura, porque a los 10 años tuve que dejar la escuela, en cuarto grado; una escuela pública que había en la Calzada de Bauta y dedicarme a hacer un montón de cosas durante el día. Repartir mi horario desde vender aguacates a las 8 de la mañana, con una cesta enorme en la cabeza, que me hundía la cabeza, a las 10 de la mañana dejar los aguacates, los que quedaban, y recoger la bolita, la charada, un listado de la gente que jugaba a la bolita y me buscaba un medio o diez quilos con eso. Por la tarde limpiaba zapatos en el parque de Bauta. Por la noche vendía maní en lo que era el cine Suárez, que ya no existe. Y bueno, y así fue pasando...

Amaury. ...Fue pasando tu niñez...

Enrique. ...Mi niñez en la lucha esa. Mis primas por otro lado limpiando pisos. Después tuve un tiempo fregando máquinas en un garaje que había ahí en la Calzada de Bauta que se llamaba el Garaje de Lambín, porque así se llamaba el dueño, y en fin, así... Realmente no fui un caso excepcional, aquella era una época bien dura, bien difícil. A mí me tocó vivir esa y la recuerdo porque me ayudó a formarme como persona.

Amaury. ¿Y continuó esa época complicada en los años del principio de la Revolución en Santiago de Cuba o ahí ya la cosa tú sentiste que empezaba a suavizarse para ti?

Enrique. Bueno, allí un amigo, Denis Morales, me consiguió un trabajo en una cafetería que estaba por el Parque Dolores, que se llamaba en aquella época...

Amaury. ...Dime más o menos tu edad, para ir llevando...

Enrique. ...Yo tenía como 17 años ya en ese momento. Entonces empecé en aquella cafetería a poner en los estuches, en sus cajas correspondientes las botellas de Coca Cola, las de Orange, las de Materva, qué sé yo. Ese era mi trabajo y sacar todas esas cajas para el portal afuera, que el carrero venía a recoger eso. Y ahí empecé a luchar la vida. Ahí me hice ya trabajador oficial, porque ya me reconocieron como trabajador de la cafetería. Ahí tuve mi primera relación matrimonial.

Amaury. ¿Cómo? Estando en la cafetería trabajando, estando de dependiente ahí.

Enrique. De dependiente ahí. Ahí en esa etapa conocí a una mujer que se llama Marta Mestre, con ella tuve tres hijos. Ahí hice mi primera familia. A Santiago de Cuba yo le agradezco, porque mucha gente me ve por la calle y me dice: yo soy coterráneo tuyo, de Santiago de Cuba como tú. Y yo no puedo estarle aclarando a todo el mundo por la calle que yo no soy santiaguero.

Amaury. Claro, pero tampoco hay que estar aclarando eso. Uno es santiaguero porque uno es cubano también.

Enrique. Claro que sí. Yo me siento muy feliz de haber vivido 10 años en Santiago de Cuba y haber comenzado mi vida, ya como hombre, mi vida social y mi vida profesional.

Amaury. Ahí vamos a llegar, ahí vamos a llegar. ¿Tú empezaste en Santiago en el Movimiento de Aficionados, ¿no?, ¿Qué significó para ti el Movimiento de Aficionados? Porque eso es una cosa que está perdida.

Enrique. Está perdida.

Amaury. Perdida, como marchita, ¿no?

Enrique. Perdida.

Amaury. Y tanta gente valiosa que salió de ahí. Tú mismo...

Enrique. Empecé en un grupo de aficionados que había en el sindicato gastronómico de ahí, de Santiago de Cuba. Como la cafetería esa donde yo trabajaba, en el Café Nubiola, ahí, en el Parque Dolores, estaba al doblar de donde estaba la Sala Teatro Profesional de Santiago, el Conjunto Dramático de Oriente. Que era como se llamaba en aquella época. Ahí estaban Félix Pérez, (Raúl) Pomares, Obelia Blanco, todo el grupo, María Eugenia García.

Amaury. Todos esos santiagueros célebres.

Enrique. Ellos iban a la cafetería a merendar y ahí seguimos enriqueciendo la amistad. Hasta que Félix me dice: ¡Oye, dentro de dos o tres días va a salir una convocatoria para el Grupo de Teatro para nuevos ingresos de actores profesionales! Me presenté, me desaprobaron. Esa vez fui junto con Miguel Sanabria, aprobaron a Sanabria, me desaprobaron a mí. Me fui con el moco caído para la cafetería, porque imagínate, yo ganaba 69 pesos, ya tenía el primer hijo. Entonces el Grupo de Teatro pagaba 150 pesos. Yo dije: no, no, yo tengo que comerme a alguien ahí, pero yo tengo que... ¡150 pesos en aquella época!

Amaury. No, no, ¡muchacho!

Enrique. Y a los dos o tres días Félix me volvió a buscar otra vez. Me dijo: Mira, hablé con el argentino. Él sabía que yo...

Amaury. Ah, ¿porque eso quién lo dirigía?, ¿unos argentinos?

Enrique. Adolfo Gutkin y Jaime Swetinzky.

Amaury. ¿Y qué hacían esos argentinos dirigiendo un Conjunto Dramático en Oriente? 

Enrique. ¡Tremendos directores!

Amaury. ¿Eran buenos?

Enrique. Tremendos formadores de actores. Y entonces bueno, Félix me dijo: Mira, hablé con el argentino, vuélvete a presentar para ver qué. Y fui y el argentino, Adolfo Gutkin, estaba sentado dentro de una oficina y se me quedó mirando así, ya me había desaprobado y me dice: Mira, ahora tú sales por esa puerta por ahí y entonces dentro de dos o tres minutos entras y lo único que quiero que tú me digas es: Yo quiero ser actor. Es lo único que yo quiero, pero me lo tienes que decir de distintas maneras hasta que yo te pare. ¡Mira, por tu madre!, yo creo que una de las veces me tiré en el piso llorando, me dio como un ataque: ¡¡¡Yo quiero ser actor!!! Otra vez me encaramé arriba del buró y yo creo que los gritos se oyeron en el Parque Céspedes: Que yo quiero ser actor.

Amaury. Yo quiero ser actor, a veces llorabas. (risas)

Enrique. Aquel argentino se reía así mismo como lo estás haciendo tú.

Amaury. Claro, yo te imagino diciendo: Yo quiero ser actor, de distintas maneras.

Enrique. Este hombre está loco o qué le pasa. Hasta que me dice: Mira, tú vas a ser actor. Ya, llegué a la cafetería y digo: ¡Pedro Carrió, yo soy actor! ¿Cómo? Yo quiero. Yo soy actor, ya, de ahí del Conjunto Dramático de Oriente, yo soy de allá. Me voy de la cafetería y no trabajo más. Y de ahí para adelante, bueno, la primera noche, imagínate tú, una reunión con los argentinos y todos los actores, hablando de Stanislavky, de Grotowski, de Brecht toda esa gente. ¡De qué hablan!, me dieron ganas de bajar la escalera corriendo. ¿Dónde me he metido yo? y de ahí, Amaury, mira, a golpe de...

Amaury. A golpe de talento, mi socio.

Enrique. A golpe de luchar y de batallar.

Amaury. De talento que como tú hay muy poquitos que tienen ese talento. ¿Y en Santiago hiciste radio?

Enrique. Sí, hice radio en la CMKC, pero soy muy malo en la radio.

Amaury. ¿Sí?

Enrique. Oh, horrible.

Amaury. Tú no puedes ser malo en nada, Enrique.

Enrique. No, no, malísimo soy, porque mira, para mí el medio más difícil que hay en la actuación es la radio. Yo admiro muchísimo a esos actores que cogen un libreto y a primera vista empiezan ya a interpretar, a actuar con eso que está escrito ahí. Yo..., eso es muy difícil, yo no estoy preparado para eso. Yo estoy preparado para aprenderme en mi tiempo, el que yo le doy, memorizar, estudiar la situación del personaje que voy a interpretar.

Amaury. Las líneas.

Enrique. Qué sé yo, ya cuando yo tengo el dominio, más o menos, de ese texto que está ahí, vamos para allá.

Amaury. ¿Tú te aprendes también el texto del otro actor que se relaciona contigo o solamente el pie que te da?

Enrique. No, no, tú tienes que estudiártelo todo, por lo menos yo me lo estudio.

Amaury. Porque hay gente que nada más se estudia el pie del que viene.

Enrique. No, no, no, eso..., esos son los actores que tú ves que están como pescado en nevera. Que el otro está hablando y él está pensando nada más que el otro diga: papa, cuando diga papa, hablo yo, están muertos ahí. No, no, no, yo no puedo hacer eso. Yo tengo que incluso estudiar la  psicología del personaje con el que estoy dialogando yo, no solamente el mío. Porque ¿cómo tú puedes establecer una relación?...

Amaury. Y una cosa, Molina, en esa relación, ¿Quién marca el tono en un diálogo?..., por ejemplo: entre tú y yo, ¿quién va a marcar el tono, el tono en el que hablamos?

Enrique. Tú empezaste en un tono haciendo la entrevista y en el tono tuyo continúo yo. Yo, puede ser que en lo que voy a hablar, puedo subir un poquito más el tono porque estoy bravo, porque no sé qué.

Amaury. No, no te pongas bravo. (risas)

Enrique. No, no, yo no me pongo bravo, pero siempre uno va al tono con el que está..

Amaury. ...Al tono con el que yo te voy llevando.

Enrique. Claro.

Amaury. Y si yo voy levantando el tono o lo subo un poco más porque me parece que hay que ser un poquito más enfático en algo, tú te vas conmigo.

Enrique. En este caso, sí. Aquí, aquí. En la actuación, no, porque a lo mejor tú estás interpretando un personaje que te pegas al pecho del berrinche que tienes.

Amaury. Un histérico loco.

Enrique. Y el mío está muerto de risa, tranquilo.

Amaury. Te lo preguntaba, porque para un músico el asunto de las tonalidades es muy importante. ¿Cuánto vienes para La Habana y por qué vienes para acá? Ya tenías allá una esposa y tenías unos muchachos y todo. ¿Con todo el mundo arrancaste para acá?

Enrique. Ah, bueno. La vida se me fue complicando, esto es algo bien íntimo, pero no sé, aquí uno viene a tu programa como a confesarse.

Amaury. No digas eso, no digas eso.

Enrique. Por lo menos es lo que he sentido. A mí me gustaron muchísimo las cosas tan lindas, tan íntimas, que dijo Frank Fernández.

Amaury. Es que la gente cuenta cosas.

Enrique. Tan humanas.

Amaury. Yo me siento privilegiado por eso.

Enrique. Sí, cosas preciosas de la vida de él personal, qué sé yo. Y entonces, bueno, mira, cuando yo... mientras yo trabajaba en la cafetería, la relación mía matrimonial iba perfecta; pero cuando empecé a ser actor, que ya yo bajaba por Enramada.

Amaury. Calle maravillosa.

Enrique. Además, yo tenía 17, 18 años ¿tú me entiendes? Estaba precioso, yo tuve belleza.

Amaury. Tú eres muy lindo, chico.

Enrique. Entonces, mi hermano, ya eso, ya ahí empezó como que ha resquebrajarse la relación matrimonial, ya había cosas que no se entendían, que por qué yo tenía que pasarme tantas horas en un ensayo. Ya las mujeres me saludaban por la calle y querían retratarse con el actor que trabajaba en una obra de teatro. Esas cosas que ocurren en la vida nuestra. Hasta que llegó un momento en que ya aquello no dio más y yo tuve que decidir romper aquella relación. Vine a La Habana en el año 70. A los pocos días de estar aquí empezó mi nueva relación, con la mujer que todavía sigue siendo mi esposa.

Amaury. Que ya cumplieron 40 años de estar juntos.

Enrique. Anjá, ya cumplí los 40 años de casado, que ha significado mucho para mí, mucho, mucho, mucho. Yo vine de Santiago de Cuba con un maletín en el que traía dos pantalones y tres camisas y 28 pesos en el bolsillo, no tenía nada más que eso. Vine con una carta de Enrique Bonne, que hacía constar que yo era actor.

Amaury. ¿Enrique Bonne, el músico?

Enrique. Enrique Bonne, el músico, que era jefe de programación de Tele Rebelde en Santiago de Cuba. Yo fundé Tele Rebelde. Del teatro pasé a la televisión allá en Santiago y él me dio una carta que decía: Enrique Molina, actor de aquí, qué sé yo. Me dijo, bueno, con eso ve para La Habana a ver qué tú puedes resolver. Vine para aquí y estaba yo parado frente a la cafetería que en ese momento estaba frente a la escalinatica del ICRT, y estoy conversando ahí con Carlos Quinta, para que él me alumbrara de cómo era la cosa aquí en La Habana y me dice: mira, ese que viene bajando por ahí es el director general de la televisión, Abraham Masiques. Agarré mi maletín, crucé la calle y dígole: mire, usted me disculpa, yo traigo una carta aquí de Enrique Bonne, que dice que yo soy actor de Santiago de Cuba y vengo a ver si me pueden dar trabajo aquí. Se me quedó mirando así. Ahí está él, que no me dejará mentir nunca.

Amaury. Él no deja mentir a nadie, así que no te preocupes.

Enrique. Agarró mi maletín, viró para atrás, me dice: sigue detrás de mí, pro, pro, pro, cogió el elevador. Ahí cogió por todo el pasillo, cogió el otro elevador hasta el 9no. piso. Me llevó a ver a uno que se llamaba Carlos Díaz, que era el que repartía el talento cuando venía un director a pedir actores y actrices, y pra, pra, le dijo a Carlos Díaz: A partir de mañana me le das programas ya, en las teleclases que se están haciendo aquí a las 7 de la mañana. Y ahí empecé.

Amaury. Rapidísimo.

Enrique. Me dijo: ¿Tú no tienes dónde vivir? Dígole: bueno, tengo la familia mía en Bauta. Me dijo: mira, esta llave es de una casa de visita que está en muy mal estado en la calle Neptuno, allí hay un cuarto que tiene como cuatro o cinco camas, yo creo que hay una cama vacía, por lo menos para que no duermas en la calle. Toma. Yo me quedé así que no entendía nada... Es de esas cosas de la vida de las cuales yo siempre me he sentido muy feliz, de la suerte, de la luz, de no sé qué.

Amaury. ¿Pero no habías conocido a Elsa todavía en ese momento?

Enrique. Sí, ya la conocía. Y ahí me quedé y a los seis meses me casé con Elsa Ruiz y ya, 40 años y dos hijos maravillosos que tengo con ella.


Amaury. Tienes hijos...

Enrique. ...Mis hijos de Santiago.

Amaury. Tienes hijos, pero tienes nietos, y tienes bisnietos.

Enrique. Tengo tres bisnietas.

Amaury. Es que esto no se puede creer, bueno, claro, es que empezaste muy temprano.

Enrique. Muy tempranito y mis hijos también empezaron temprano.

Amaury. No, hombre... con esa escuela del padre, que a los 17 años ya tenía dos hijos.

Enrique. La bisnieta mayor va a cumplir 11 años.

Amaury. No puede ser.

Enrique. En Santiago de Cuba, bisnieta.

Amaury. Es que contigo cualquier cosa puede ser. Bueno,  debes haber hecho algo antes, pero cuando yo me fijé por primera vez en ti, fue en Los Comandos del silencio, de Eduardo Moya. ¿Habías hecho algo antes en TV importante?

Enrique. Bueno, había hecho las Teleclases que te hablé. Moya dirigía algunas.

Amaury. Algunas de las escenas de las teleclases.

Enrique. De esas escenas y él, bueno, fue mirando a los actores y cuando fue a hacer Los Comandos del Silencio, me llamó. Esa fue mi primera gran posibilidad.

Amaury. ¿Estaban quiénes? Miguel Navarro estaba.

Enrique. Estamos hablando de hace 40 años atrás.

Amaury. Sí, sí, esa fue una serie que rompió todos los esquemas.

Enrique. Salvador Word estaba en su apogeo como actor, Miguel Navarro, Reinaldo Miravalles.

Amaury. Sí, sí, es que aquello no tenía nombre.

Enrique. El piquete de gente era... yo hice todo lo posible, no escatimé un minuto para absorberles todos sus conocimientos. Verlos nada más, cómo hacían ellos las cosas.

Amaury. ¿Y en vivo era, no?

Enrique. En vivo, esa aventura la hicimos en vivo.

Amaury. Cuentan que se hacían cosas en los pasillos.

Enrique. En todos lados, en la azotea.

Amaury. En todo el edificio.

Enrique. En el edificio del ICRT, no, no, terrible... tomábamos el ICRT, nos salíamos del estudio para hacer escenas. Aquello fue una aventura realmente histórica... Y tenía, yo recuerdo de aquella época, algo bien bonito. Cuando ya daban el corte, que ya se acababa el programa que íbamos a salir del estudio, al abrir la puerta al pasillo, el presidente el organismo estaba ahí, en el taller, en el lugar de trabajo con la gente ahí, para felicitarnos por el capítulo, o para hacernos alguna observación de algo que no había salido bien, alguna cosa. Día por día y capítulo tras capítulo.

Amaury. A ver, a ver, yo estoy tratando, porque estoy tan fascinado, me tienes como hipnotizado. A mí nunca me han hipnotizado, tú me tienes hipnotizado.

Tú tienes anécdotas en tu vida artística tremendas, pero yo creo que ninguna es tan importante como el hecho de que tú hayas sido capaz de someterte a una cirugía plástica general para hacer el papel de Martí. Aparte de someterte a una dieta. Yo no conozco a nadie que haya hecho eso en ninguna parte, ni en Hollywood, ni por 10 millones, ni por 15. Pero después, además, esa película no se hace. Cuéntame, porque yo quiero oírlo de tu boca. Ya sé que a lo mejor lo has contado alguna vez en un programa, me dijiste que hace poco, el año pasado, bueno, pero a mí no me lo has contado nunca. Cuéntamelo ahora mismo, yo estoy temblando con eso.

Enrique. No, esa idea surge cuando yo interpreté a Lenin, o sea, yo interpreté a Lenin en dos oportunidades. Primero en el año 67, El Carrillón del Kremlin, que yo lo hice en la televisión y Mario.

Amaury. Mario Balmaseda.

Enrique. Mario hizo un trabajo, excelente el trabajo de Mario, excelente, dicho con toda...

Amaury. Sí, sí, es que Mario es otro de los grandes.

Enrique. Cinco años después, yo hice una miniserie que se llamaba Relatos sobre Lenin. Eran cinco cuentos sobre la vida de Lenin. Se terminaron y quedaron..., de verdad que yo quedé satisfecho con ese trabajo. Lo dirigió Lillian Llerena. Y a raíz de esos cuentos, la televisión, el organismo le plantea a Lillian la posibilidad de hacer eso mismo: cinco o diez relatos sobre la vida y obra de Martí.

Amaury. ¿Era en televisión?

Enrique. Para la televisión.

Amaury. Era para la televisión. Era cine en televisión.

Enrique. Anja. Martí niño; Martí adolescente; Martí todo, hasta que muere Martí. Y un buen día se me aparece Lillian en la casa y me dice: Déjame ver al álbum tuyo de bodas con Elsita. Se lo enseñamos, y empezó: Si tú te vuelves a poner así flaquito, como estabas en esta foto, yo creo que tú me puedes hacer el personaje. Siempre hay que operarte la nariz, porque yo tenía antes una nariz cuadrada, que parecía un porrón de tomar agua, y entonces, hay que operarte la nariz, porque con esa nariz, hay que afinártela para que después con el maquillaje se te haga recto, qué sé yo. Y Lillian y yo nos fuimos a ver al Doctor William Gil -ya falleció el año pasado- y le dimos la idea a William Gil. Y él me dijo: pero es que tú físicamente no tienes nada que ver con Martí. Claro, que iba a tener yo que ver con Martí.

Amaury. No, claro.

Enrique. Y él se pasó como un mes estudiando aquello hasta que me llamó y me dijo: Oye, yo no te puedo operar la nariz ahora así de un viaje. Te la tengo que operar en dos partes. Tengo que virarte los cartílagos, mantenerte ahí como 10 meses con los cartílagos invertidos para que se endurezcan y después volvértelos a poner como eran, qué sé yo. Pero, mira, tengo que operarte los párpados, porque Martí era de ojos abiertos; tengo que separarte las orejas, porque Martí era de orejas separadas; tengo que correrte el nacimiento del pelo hacia atrás, porque Martí, mira como tenía las entradas. Tengo que quitarte todo lo que te va a sobrar cuando tú ya termines de bajar las cuarenta y pico de libras. Y en un mes, ¡en un mes!, bajé 42 libras.

Amaury. Pero es que ese hombre puso en riesgo tu vida.

Enrique. No, pero la verdad que yo tenía una atención médica ahí extraordinaria, extraordinaria.

Amaury. No, eso no lo dudo, pero son muchas libras, porque es más de una libra diaria.

Enrique. Entonces, tenía unas dietas que eran comiquísimas. Era una bandeja, de esas de las bandejas de los hospitales, que tiene muchos departamentos y me traían en el centro, en el medio, donde va el potaje, ahí me traían un ala de pollo hervida sin sal. Ese era mi almuerzo y por la tarde, la otra ala, la derecha, así. Cuando yo veía aquello...

Amaury. Te traían de un pájaro las dos alas. (risas)


Enrique. Entonces ahí estaba ingresado conmigo, al lado, un muchachito que era distrófico y lo que le llevaban de comida a aquel muchacho, era para... imagínate, distrófico. Y entonces el muchacho me decía: ¿Tú no quieres hacer Martí? Porque se corrió en todo el hospital que yo iba a interpretar a Martí. Imagínate tú. Bueno, entonces viene el proceso de las operaciones y fueron en total 7 cirugías, que fueron los siete meses que estuve hospitalizado.

Amaury. Tú no ibas a hacer el papel de Martí, ibas a ser Martí. Te querían convertir en Martí.

Enrique. Y con Lillian Llerena todas las tardes sentada al lado de mi cama, ahí, porque no me dejaban caminar, ahí, leyéndome cosas de Martí. Todas las tardes iba para allá a las dos y hasta las cinco de la tarde. La obra de Martí y los que hablaban sobre Martí, cómo era Martí. Salí del hospital a los siete meses y empecé a trabajar con Lillian en su casa y a buscar en actuación a ese Martí.

Amaury. Que ya físicamente lo tenías.

Enrique. Claro, pero hacía falta el de aquí adentro.

Amaury. Claro.

Enrique. Porque no hacía falta solamente el físico. Era ese hombre que fuera capaz de convencer al Martí que cada uno de nosotros tiene en su cabeza. Cada cubano tiene un Martí aquí en su imaginación y había que hacer un Martí que fuera, que fuera digno. Yo le entregué a aquello el amor, la vida, el corazón.

Amaury. Le entregaste la piel.

Enrique. Porque yo me decía: después que ya yo hice Lenin, hacer Martí ahora, ya, qué más puedo pedir como actor. ¡Qué más puedo pedir! Y un buen día, después de muchísimo tiempo ensayando, nos llaman del ICRT, a Lillian y a mí, por favor, que vengan urgente a la oficina de Manelo.

Amaury. Sí, que entonces era el Presidente del ICRT, Ismael González.

Enrique. El presidente del ICRT. Y vamos para la oficina de Manelo y nos dice. Lillian, por favor, siéntese ahí. Molina, siéntate aquí. Miren, yo no sé lo que yo haría por reconocer el esfuerzo que tú has hecho, pero te tengo que decir, que va a comenzar en estos días, ya, el Período Especial, y ni el organismo, ni el Estado -no era solamente el ICRT, habían otros organismos que iban a colaborar en la construcción de...

Amaury. Sí, claro, una cosa como esa.

Enrique. Era un proyecto gigantesco del ICRT. Nadie puede apoyar esto, ni el Estado, ni nadie, no hay con qué. Me levanté de aquella butaca, mira, no, no. Ahí está Manelo que no me dejará mentir. Yo no dije nada, me paré, así, tranquilamente, viré la espalda y me fui. Las lágrimas me corrían a chorros por toda la calle. Yo, en mi mundo, en mi enajenación le dije a mi mujer cuando llegué a la casa: voy a renunciar, yo no voy a trabajar más. Yo creo que ya he hecho bastante con mi trabajo, y no voy a trabajar más.

Mi mujer me cayó ahí, los amigos me cayeron ahí y un día se me apareció Eduardo Macías en la casa, y me dice: oye, yo sé que tú estás mal de ánimos, pero te vengo a buscar para que me ayudes. Entre tú y yo vamos a convencer a Reinaldo Miravalles para que tú y él se vayan con (Rogelio) Blaín, y conmigo para Camagüey para hacer una aventura que se llama Los Hermanos y quiero convencer a Miravalles porque él nada más que trabaja en los últimos 30 capítulos. Y mira, aquello me empezó otra vez a mover esa cosa que uno no puede negarse a eso ¿verdad? Y me fui con Macías a casa de Miravalles y lo convencimos y se fue el viejo para allá con nosotros.

 

Amaury. Pero ven acá, Enrique, si tú tuvieras ahora la misma edad que tenías en aquel momento. Hoy, fíjate, hoy. No es que te ubiques en el ayer. No es que te ubiques en el joven que fuiste, sino en el joven que podrías ser hoy y te encontraras a otro delirante martiano, como el Doctor William Gil -que en paz descanse-. ¿Tú te someterías a eso? ¿Someterías a tu mujer, someterías a tus hijos nuevamente a ese proceso, para hacer Martí?...

Enrique. Yo creo que esto que hizo...

Amaury. Fernando Pérez.

Enrique. Fernando Pérez, es una belleza.

Amaury. Es que es una belleza.

Enrique. Para aplaudírselo, ahí están, en la pantalla, el Martí niño y el Martí adolescente. Pero ese Martí adulto, yo creo que es imperdonable que sigan pasando los años y que no se haga. Si yo me viera otra vez, no ahora con las condiciones físicas que tengo, porque ya tengo 66 años, pero si echamos el tiempo atrás y me vuelven a plantear lo mismo, yo lo vuelvo a hacer, pero con una satisfacción tremenda.

Amaury. Enriquito, hablemos de este personaje icónico tuyo, Silvestre Cañizo, de la telenovela Tierra Brava, inspirado en Media Luna, de Dora Alonso, ¿cómo fue ese problema de maquillar a ese hombre? ¿Cómo fue crearlo? Ese personaje no está concebido de esa manera en la novela.

Enrique. No, no, en la novela el personaje prácticamente ni existe.

Amaury. No, era un personajito, yo recuerdo en los libretos que mi mamá, Consuelito, hizo en algún momento de la niña Lala, cuando hicieron Media Luna.

Enrique. Sí. Bueno, una vez me mandó a buscar Dora Alonso, ya cuando la novela estaba casi en su final, y ella, muy contenta, muy satisfecha, muy feliz, me felicitó y me dijo: Mira, ese personaje yo no lo creé. ¿Quién creó ese personaje? Dígole: mire, Dora, esto, el personaje, aunque me sea feo decirlo, y con la anuencia de la directora, de Xiomara Blanco, lo fui creando yo. Lo creé, porque lo primero que hice fue que me fui, como ya yo tenía los capítulos en mi casa, todos, y ya yo sabía que a partir del capítulo 30 al personaje le daban aquella paliza que lo dejaban botado en el monte. Yo me fui a ver a un médico, allí al Hospital Ortopédico, a consultar con él como quedaría una persona que recibe una paliza de esa manera, que se queda abandonado, silvestre, en el monte, ¿Por dónde hay que darle para que se justifique que esa joroba queda para toda la vida? Porque no había un hospital (en la novela) no hay nada. Y entonces él me fue explicando que para lograr... Yo sí le hice al médico, físicamente, lo que yo quería, cómo yo quería quedar. Y me dijo: bueno, mira, hay que partirle la clavícula al personaje con algo, con un palo, con un pedazo de hierro, con algo y entonces así lo hicimos. Después le expliqué a Xiomara por dónde es que se asalta al personaje, que se vea un culatazo que le dan con un fusil, dónde le dan, para justificar esa lesión que se le queda para toda la vida. Después me fui a ver a un técnico de prótesis bucal para que me creara esa cosa que se levantaba aquí por dentro; él me creó una pieza que yo me ponía por allá adentro, y se quedaba la boca virada, horrible.

Amaury. ¿Y lo del ojo?

Enrique. Y entonces, con las maquillistas hice como cinco o seis pruebas de maquillaje para lograr el efecto ese del ojo horrible. Y nada, con un pedacito de tul, hicieron muchísimas pruebas  y ninguna dio resultado, porque me iba al estudio con la cámara, para ver cómo se veía y se veía que era falso. No teníamos con qué hacer eso. Y a mí se me ocurrió decirle a la maquillista: mira, vamos a coger un poco de mastic, que es con lo que se pegan las barbas y los bigotes de los personajes. Bájame aquí el párpado, échame mastic aquí, súbeme esta parte de aquí y échame por aquí arriba. Aguántamelo un rato ahí y después suéltalo a ver qué pasa. Así lo hicimos y la maquillista dio gritos de alegría. Ahhh, lo logramos, lo logramos. Pero eso me costó a mí un estafilococo dorado que me duró dos años, después que se terminó la novela.

Amaury. Sí, claro, porque eso te lo hacían todos los días.

Enrique. Todos los días y todos los días me lo tenían que quitar con alcohol, un chorro de alcohol ahí para que eso se despegara. Eso era diario. Y entonces la esposa de Almirante, Blanca Elena, fue la que, ahí, ahí.

Amaury. La doctora.

Enrique. La doctora, oftalmóloga, me curo el estafilococo ese. Pero pasé una..., terrible

Amaury. De todas maneras todo el mundo..., tú sabes que para siempre te van a recordar por ese personaje.

Enrique. Sí, es un personaje que, una vez Edwin Fernández, padre, me dijo, a raíz de salir al aire En silencio ha tenido que ser, que yo hacía el nicaragüense aquel, Matías.

Amaury. Cómo no.

Enrique. Y una vez me intercepta en el camino y me dice: Oye, yo llevo mucho más años que tú en la carrera esta, ya estoy viejo de actuar, y los actores tenemos personajes por los que nadie nos recuerda, pero tenemos otros personajes que quedan para el resto de la vida, aún después de muertos. Y creo que tenía absoluta razón, porque mira cuántos años hace que Edwin Fernández ya no está con nosotros y todavía cuando vamos a hablar de Edwin Fernández, decimos Trompoloco.

Amaury. Trompoloco, claro, claro.

  

Enrique. Y con Silvestre Cañizo me ha pasado eso. Hace años ya de la novela y yo ando por toda Cuba, desde la Punta de Maisí al Cabo de San Antonio y todo el mundo me llama Silvestre Cañizo, todo el mundo. Desde el que recoge la basura, hasta el nivel más alto que haya en el país, Silvestre Cañizo, y yo me siento feliz con eso.

Amaury. Enriquito, ¿por qué no hablamos un poquito del cine? Tú has hecho muchos papeles. ¿Con cuál te sientes más identificado? ¿Con cuál te sientes más cómodo, cuando los recuerdas?

Enrique. ¿Pero te estás refiriendo a...?

Amaury. A todo el cine que has hecho a lo largo de tu vida.

Enrique. Mira, el cine para mí ha sido una experiencia maravillosa por el rigor y por el respeto que los directores de cine tienen con sus artistas. Y he tenido la suerte, realmente, de trabajar con directores de cine que son, dicho en el buen sentido de la palabra, damas, dirigiendo a los actores. Como es el caso de Manolito Pérez, como es el caso de Fernando Pérez, Daniel Díaz Torres.

Amaury. En la película del Benny, que trabajaste con Jorge Luis Sánchez.


Enrique. Jorge Luis Sánchez, su primera película. Y uno se queda con eso en el alma. Es el espíritu de dos resultados, que es lo que disfruta uno; el resultado de la película, el resultado final con el público y he tenido la suerte de hacer algunas películas que han tenido un impacto importante en la población. Y lo que te deja, la enseñanza que te deja cada uno de esos directores.

Mira, con Jorge Luis Sánchez, mira que ensayamos con Jorge Luis en la película del Benny. Y Jorge Luis se paraba así, los tres actores, por ejemplo, que estábamos en un diálogo en una mesa, él se sentaba frente, ocupando el cuarto puesto de la mesa, a mirarnos las caras a cada uno, en detalle, de los diálogos que estábamos ensayando, y estaba pendiente hasta de la mirada.

Amaury. Claro, eso también es el cine.

Enrique. Claro, claro, pero en detalle, ahí, todo el detalle, con mucho rigor. Y así se trabaja el cine. Ahí he aprendido mucho. Me he alimentado el alma, como te decía, de esta gente, de ese colectivo buenísimo, buenísimo.

Amaury. Bueno, me estoy acercando al final. Si estuviéramos en una situación de repente de peligro inminente, ante una cosa natural, una cosa provocada por fuerzas internas. ¿Cuál sería el consejo que tú le darías a los cubanos ante cualquier eventualidad que nosotros sintiéramos?

Enrique. Bueno, yo viví en carne propia el ciclón Flora, allá en Santiago de Cuba y yo me quedé con un short que tenía puesto y un par de tenis, más nada. Nos quedamos sin nada y empecé a luchar, y a luchar, y a luchar. Y la vida nos volvió a levantar y la lucha..., la lucha, esa...

Amaury. La lucha interior, la individual.

Enrique. Esa. No lo que se dice por ahí: estoy luchando y son unos bandidos. A esa lucha yo no me refiero. Me refiero a la lucha de la vida, de enfrentar la vida con valor, con firmeza, qué sé yo... y nos volvió a levantar. Y después de eso fue que me hice actor, después del ciclón Flora. Mira tú si la vida, yo no sé si la vida me premió o fue producto de ese esfuerzo. Nosotros vivimos en un país que está constantemente amenazado por dos vías: la natural y la otra.

Amaury. Ahí iba.

Enrique. Eh, y nada. Mira, yo me siento tan feliz de ser cubano, que a mí nada de lo que ocurra en este país me asusta ni me da miedo. Nada, nada. Lo mismo un ciclón como si se vuelve a repetir otra vez Playa Girón. No, nada me asusta, porque sé que de ahí uno va a salir.


Amaury. El otro día una persona que ve el programa, un televidente o una televidente del programa, decía que yo, cuando hablaba de Cuba en los finales de los programas trataba de poner en boca de los invitados cosas que en realidad yo no sentía, ni sentían ustedes. Nadie habla de Cuba con esa pasión con la que tú has hablado si no es porque lo siente. Muchas gracias, Erniquito. Te quiero mucho.

(Fuente: Cubadebate)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Adiós a Adalberto Álvarez, el Caballero del Son

 

miércoles, 01 de septiembre de 2021 
9:18:11 am 

El músico, compositor, arreglista y director de orquesta cubano Adalberto Álvarez falleció hoy en La Habana, víctima de la Covid-19, causa que no refiere la nota publicada por la casa discográfica EGREM en su página de Facebook. (Vídeo: Entrevista de Amaury Pérez a Adalberto Álvarez. https://fb.watch/7LeobgwZ5n/)

«Desde EGREM queremos hacer extensivas las condolencias a familiares y todo el pueblo que tiene al maestro Adalberto Álvarez como uno de sus soneros más fieles. El Son fue su bandera, su lucha, su éxito. Y a él entregó su vida entera. Por eso, Adalberto vive y vivirá por siempre», publicó la EGREM en sus redes sociales.

El caballero del son, como también era conocido entre todos los cubanos, fue fundador de dos de las más exitosas bandas cubanas de todos los tiempos: Son 14 y Adalberto Álvarez y su Son.

Estudió en la Escuela Nacional de Arte (ENA) desde 1966 hasta 1972. Fue profesor de Literatura Musical en la Escuela Provincial de Arte de Camagüey desde 1973 hasta 1978.

Inició su carrera artística como ejecutante de la paila en 1957. Más tarde fue arreglista y director del conjunto de su padre, Enrique Fortunato Álvarez (Nené), Avance Juvenil, en Camagüey. El conjunto Rumbavana le popularizó una de sus primeras composiciones: Con un besito mi amor (1971).


En 1978, a propuesta del compositor santiaguero Rodulfo Vaillant, fundó el grupo Son 14, que debutó en Santiago de Cuba el 11 de noviembre del mismo año.

El 25 de febrero de 1984 debutó en Santiago de las Vegas su segunda agrupación: Adalberto Álvarez y su Son.

(Fuentes: CMHW/Cubadebate) 

Y Que Quieres Que Te Den

Por Adalberto Álvarez

Iya mi ile odo
Iya mi ile odo
Gbogbo aché
Y ché mi sa ra ma woo eee
Iya mi ile odo
Desde el África vinieron
Y entre nosotros quedaron
Todos aquellos guerreros
Que a mi cultura pasaron
Obatalá Las Mercedes
Ochún es la Caridad
Santa Bárbara Changó
Y de Regla es Yemayá
Va a empezar la ceremonia
Vamos a hacer caridad
La casa está repleta y ya no caben más
Y todos se preguntan qué dirá Elegguá
Él abre los caminos, ésa es la verdad
Vamos a darle coco a ver qué nos da
La gente sale, la gente viene
Y todos piden lo que les conviene
Voy a pedir lo bueno para mi mamá
Y para mi familia, la tranquilidad
Que todo el mundo en esta tierra
Se porte bien y se acabe la guerra
Hay gente que te dice que no creen en na’
Y van a consultarse por la madruga’
No tengas pena, pide pa’ ti
No pidas cosas malas que te vas a arrepentir
¿Y qué tú quieres que te den?
Rosa Zayas ojela bien
¿Y qué tú quieres que te den?
Gloria Andreu
¿Y qué tú quieres que te den?
¿Y qué tú quieres que te den?
Dime qué es lo que tú quieres que te den (¿Y qué tú quieres que te den?)
Pídele a Changó para que te sientas bien (¿Y qué tú quieres que te den?)
Desde el África vinieron y entre nosotros quedaron (¿Y qué tú quieres que te den?)
Por eso pídele a tu santo, pídele a tu santo otra vez
Voy a pedir pa’ ti (por si acaso) lo mismo que tú pa’ mí
Si yo sé que nos queremos, cómo no lo voy a hacer así
Voy a pedir pa’ ti, lo mismo que tú pa’ mí
De corazón lo siento yo pediré para ti lo mejor, lo mejor
Voy a pedir pa’ ti, lo mismo que tú pa’ mí
Y te repito que yo yo yo, yo pediré (Lo mismo que tú pa’ mí)
Y para amarte el camino por siempre en mi vida encontraré, lo mismo (Lo mismo que tú pa’ mí)
¿Y qué tú quieres, mami?
¿Y qué tú quieres, mami?
¿Y qué tú quieres, mami?
¿Y qué tú quieres, mami?
¿Y qué tú quieres, mami?
Santa Barbara Bendita
Ochún es la caridad (¿Y qué tú quieres, mami?)
Y para tener el camino abierto hay que hablar con Elegguá (¿Y qué tú quieres, mami?)
Asegúrate, Asegúrate (¿Y qué tú quieres, mami?)
Con Oggún y con Changó
Con eso te gano yo (¿Y qué tú quieres, mami?)
¿Y qué tú quieres, mami?
¿Y qué tú quieres, mami?
¿Y qué tú quieres, mami?
¿Y qué tú quieres, mami?
Paz y tranquilidad le pido a Obatalá (¿Y qué tú quieres, mami?)
Señora Omito Nardé mi canto va para usted (¿Y qué tú quieres, mami?)
Yanza Jecuagey, Yanza Jecuagey (¿Y qué tú quieres, mami?)

El DVD de Adalberto Álvarez Son para un sonero

El concierto recogido en el audiovisual presenta más de una veintena de clásicos del Caballero del Son, en voces de grandes de la música popular cubana.

El DVD de Adalberto Álvarez y su Son, Son para un sonero, recoge el concierto realizado el 28 de agosto de 2020 con motivo del aniversario 46 de vida artística de Adalberto Álvarez y el cumpleaños 35 de la agrupación que lidera.

Son para un sonero recoge más de una veintena de éxitos de la autoría de Álvarez, interpretados por grandes de la música popular bailable cubana como Alexander Abreu, Paulito FG, Alain Pérez, Rojitas, Tania Pantoja, José Luis Cortés, así como los cantantes de los Van Van, Robertón y El Lele, por solo referir algunos. También intervienen en el recital instrumentistas de lujo como Frank Fernández, Dorgeris Álvarez y Brayan Álvarez.

En declaraciones exclusivas del maestro Adalberto Álvarez a Suenacubano, este aseguró: “este concierto es el reconocimiento más grande que se ha hecho a mi carrera profesional, pues poder disfrutar de la presencia de una gran parte de los más representativo de la música popular bailable cubana en escena es un privilegio.

“De igual manera, aún me emociona saber que los que no estuvieron, porque no había más espacio en el programa, me acompañaron ahí en el Teatro Karl Marx. Es un regalo muy grande para mí ser reconocido por mis propios colegas, ser profeta en mi tierra. Mis canciones han sido versionadas por orquestas extranjeras, eso naturalmente me alegra, pero que mis propios compañeros las hayan encarnado en este concierto, es lo más grande que me ha pasado”.

  

    

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Autorizan uso de emergencia de vacunas Soberanas en Cuba

Autorizan uso de emergencia de vacunas Soberanas en Cuba


viernes, 20 de agosto de 2021 
9:57:05 pm
 

El Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED) autorizó hoy el uso de emergencia en Cuba de las vacunas anti-COVID-19 Soberana 02 y Soberana Plus, en su esquema combinado de dos dosis más una dosis de refuerzo en personas de 19 a 80 años de edad. 

Esta autorización permite la incorporación de los fármacos a la inmunización masiva de la población adulta en la isla, y acorde a los avances del ensayo Soberana Pediatría, con resultados satisfactorios, el próximo paso será solicitar la extensión del permiso para aplicar a niños y adolescentes, y contribuir al reinicio en el menor tiempo del curso escolar. 

Sobre Soberana Plus, diseñada como refuerzo a la inmunidad preexistente (natural o inducida por otras vacunas), se aspira a ensanchar su utilización en quienes padecieron la COVID-19, y abarcar dos segmentos importantes: infanto-adolescencia y los recuperados, en momentos donde la variante Delta del nuevo coronavirus colonizó la transmisión en el archipiélago.

De acuerdo a recientes investigaciones, esta combinación de vacunas tiene la capacidad de neutralizar mejor a la cepa notificada en India. 

Con esta autorización de uso de emergencia, la mayor de Las Antillas posee tres vacunas anti SARS-Cov-2: Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus, del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y el IFV, respectivamente. 

(Fuentes: CMHW/ACN/Granma) 

Lea también: 

¿Cuál es la ruta que siguen los candidatos vacunales de Cuba para el autorizo de uso de emergencia?

Ver vídeo en: https://youtu.be/dgPffL3z1XM 

Puede descargar los documentos en PDF:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fidel es presente y futuro, como lo es la Revolución a la que su pueblo da continuidad

Fidel es presente y futuro, como lo es la Revolución a la que su pueblo da continuidad

 

domingo, 15 de agosto de 2021
10:34:37 pm 

Por Miguel Díaz-Canel Bermúdez
(Tomado de Cubadebate) 

Intervención de Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en el Encuentro Virtual Internacional “Fidel, un hombre de ciencia con visión de futuro”, desde el Palacio de la Revolución, el 13 de agosto de 2021, “Año 63 de la Revolución”. 

Querida Mónica Valente, Secretaria Ejecutiva del Foro de Sao Paulo; 

Queridos hermanos Nicolás, Evo, Lugo, Zelaya, Dennis; 

Queridas y queridos destacados científicos cubanos: Marta, Conchita, Agustín, Luis, Vérez; 

Queridos Abel, Atilio, Ramonet y Frei Betto; 

Fidelistas todos, a quienes conocí y aprendí a querer desde la admiración y el cariño que les profesaba Fidel. 

Amigas y amigos de la Patria Grande, y todos los que siguen este Encuentro desde distintas latitudes: 

Cuando pienso que el hombre que nos reúne nació hace 95 años, en el oriente de Cuba, muy lejos de La Habana y más lejos aún de los lugares desde donde participan los demás invitados y que ese hombre vivió 90 años, de ellos más de 60 aportando ideas y prácticas revolucionarias que son ya referentes mundiales, tengo necesariamente que comenzar por celebrar la vida de Fidel Castro Ruz, Comandante en Jefe de la Revolución Cubana y líder de la izquierda revolucionaria de Nuestra América y del mundo. 

Cuando se habla de Fidel, no se puede soslayar un hecho: es el estadista contra el cual se planearon más atentados en el siglo xx. Y no solo sobrevivió a todos los planes enemigos, sino que se ha multiplicado miles de veces en nuevas generaciones de revolucionarios. 

¿Quién de ustedes no lo siente cerca, de forma constante? ¿Quién no lo ve reaparecer por todos los caminos revolucionarios que se abren en nuestra rebelde región? ¿Qué revolucionario verdadero puede enfrentar los enormes desafíos de esta época sin pensar en Fidel? 

Agradezco por eso, al Foro de Sao Paulo, la iniciativa de organizar junto a nuestro Partido el encuentro: “Fidel, un hombre de ciencia con visión de futuro”, homenaje a uno de los fundadores más preclaros que a la vez nos permite volver a una escuela de pensamiento y acción cuyas aulas son nuestras propias sociedades contemporáneas. 

El tema apunta a la obra magnífica de un político excepcional que con humanismo, inteligencia, creatividad y tesón hizo revolución en la Revolución poniendo en primer plano la educación, la salud y la ciencia. 

De esa obra emprendida sin distracción durante décadas, siempre en medio de los colosales desafíos que impone el bloqueo norteamericano, han emergido, generaciones tras generaciones, prestigiosos educadores, médicos y científicos que no dudo en calificar como consagrados combatientes por la vida. 


Queridas hermanas y hermanos:

Aunque muy conocida por un auditorio como este, siento la necesidad de referirme a la frase que preside nuestro encuentro: “El futuro de nuestra patria tiene que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, tiene que ser un futuro de hombres de pensamiento, porque precisamente es lo que más estamos sembrando; lo que más estamos sembrando son oportunidades a la inteligencia; ya que una parte considerabilísima de nuestro pueblo no tenía acceso a la cultura, ni a la ciencia”.

Esas palabras fueron dichas apenas unos días después de cumplirse el primer año del triunfo revolucionario, el 15 de enero de 1960, en un contexto social marcado por el alto nivel de analfabetismo que apenas comenzaría a revertirse al año siguiente con la paradigmática Campaña de Alfabetización, deslumbrante movimiento de participación social que ni las bandas de alzados que aterrorizaban a las poblaciones rurales pudieron detener.

Para los científicos cubanos —y las científicas, que hoy son amplia mayoría—, esa fecha es la más significativa del calendario gremial. Entienden que no se trata de una frase, sino del nacimiento de una política que iba a catapultar de forma masiva el talento nacional, hasta entonces relevante solo en excepcionales figuras ilustres.

Entre lo que Fidel dijo ese día y lo que Cuba ha construido en las últimas seis décadas, se advierte un hilo inquebrantable: la coherencia de un estadista con visión estratégica de futuro y la fidelidad a un programa político centrado en el desarrollo humano como fin último, por encima de criterios economicistas.

Consciente de las profundas limitaciones de una nación pequeña, subdesarrollada y dependiente, cuyo sentido de libertad incomodaría a la poderosa potencia vecina, desde muy temprano Fidel apostó por alcanzar la soberanía tecnológica y científica; y con la activa participación del pueblo, llenó a la Isla de escuelas, instituciones de salud y centros científicos.

En esa obra social sin precedentes descansa hoy la principal fortaleza del país frente a las adversidades de todo tipo, particularmente las que se derivan del obstinado, injusto y genocida bloqueo económico, financiero y comercial del Gobierno de los Estados Unidos, que es el principal obstáculo para el desarrollo de nuestro país.

“El hombre nuevo”, que fue el ideal humano de la generación histórica, definido por el Che en su indispensable ensayo El socialismo y el hombre en Cuba, hoy vive y trabaja en la Isla bajo las mayores presiones y las más agudas carencias.

Los he visto trabajando durante días, sin descanso, entregados en cuerpo y alma a la búsqueda científica de cura o en la atención a los enfermos de una pandemia terrible que mantiene en vilo al planeta entre la esperanza de las vacunas y la incertidumbre de cada cepa.

Ellos son el fruto de un sistema político distinto y de un pensamiento humanista emancipador y de vanguardia, todavía en minoría en el mundo, que coloca al ser humano por encima de las ganancias. Ese es el pensamiento de Fidel.

Retomando la idea de la fortaleza que nos aporta esa base educacional que tributa a una sólida comunidad científica y de profesionales de la Salud creada por la Revolución, puedo decirles que en ella se sustenta el enfrentamiento a la covid-19 que hemos sostenido hasta ahora con productos biofarmacéuticos, equipos médicos, protocolos de medicamentos, innovaciones y, sobre todo, el compromiso, la integración y el ejemplo de nuestros científicos y personal de la Salud.

Gracias a esos resultados hemos podido evitar que los contagios y la letalidad de la pandemia escalen a las cifras de las Américas y el mundo, aún por encima de los indicadores cubanos.

En estos momentos y a un costo incalculable, tanto en recursos materiales como humanos, estamos enfrentando el más intenso pico pandémico, con un crecimiento exponencial en contagios y lamentables pérdidas de vidas humanas, algo a lo que jamás podremos acostumbrarnos.


Compañeras y compañeros:

Hace poco más de un año, cuando ya la pandemia era un hecho y las transnacionales comenzaban a moverse en la producción de vacunas contra el virus de la covid-19, pedimos a nuestros investigadores –algunos de ellos aquí presentes– con más experiencia en el tema, buscar una solución soberana para nuestro pueblo.

Bajo la presión del mercado internacional y del acoso a Cuba, teníamos muy claro que, o creábamos nuestras propias vacunas o no tendríamos protección garantizada, como ha pasado a varias naciones del Tercer Mundo.

Sin chovinismos ni petulancias, que están muy lejos de nuestra práctica política, nos acompañaba la más profunda convicción de que nuestros científicos podrían. ¡Y pudieron!

Cuando las autoridades competentes confirmaron que habíamos conseguido la primera vacuna de América Latina y el Caribe contra la covid-19, Abdala, junto a otros cuatro candidatos vacunales en desarrollo con grandes perspectivas, todos pensamos en Fidel, en su visión de futuro y su fe en el hombre, que le hicieron impulsar proyectos de investigación, producción y desarrollo de las ciencias, en los momentos en que naciones poderosas arriaban las banderas del socialismo y el internacionalismo.

Pensamos en él, que avizoró muy tempranamente que frente a pandemias y otros azotes naturales seríamos los países pobres los más afectados y transformó en hechos y certezas la palabra solidaridad, la más hermosa y necesaria bandera de la Revolución. Así hemos afirmado el principio de compartir lo que tenemos y no lo que nos sobra, algo absolutamente desconocido por gobiernos regidos por el egoísmo y la avaricia que imponen las reglas neoliberales.

Cuesta mucho hablar de avances y conquistas en medio del contexto más adverso, pero no podemos esconder el éxito que ha coronado tanto esfuerzo de los mejores hijos de la Patria.

Estamos demostrando estar en capacidad de producir nuestras propias vacunas y llegar con ellas a toda la población en el menor tiempo posible, sin que nos hayan levantado ni una pulgada del bloqueo. Todo lo contrario, este se ha arreciado.

Qué hubiera significado la covid-19 para Cuba sin esas fortalezas, nacidas del pensamiento de Fidel y sostenidas bajo las mayores presiones externas.

No solo estamos enfrascados en combatir la presencia de la famosa cepa Delta, sino también esa otra cepa maligna, sin cura visible, que es el bloqueo, con 243 medidas adicionales implementadas por la administración Trump y que la administración Biden mantiene, en contradicción con los discursos de campaña del actual mandatario y sus cínicas demandas de respeto a los derechos humanos y a las libertades políticas para el mismo pueblo cubano al que insiste en asfixiar a golpe de sanciones económicas.

Esa es, sin dudas, la naturaleza del imperio yanqui, que nació robándose la libertad de otras naciones. Viendo lo que hacen hoy contra nosotros, se comprende mejor aquel mensaje de José Martí en su carta inconclusa a su amigo mexicano Manuel Mercado, donde declara la consagración de todos sus esfuerzos “para impedir a tiempo, con la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.

Y se entiende mejor aún el mensaje de Fidel a Celia, que observábamos hoy en una exposición fotográfica que en su conmemoración inauguramos en horas tempranas de la mañana, que Celia guardó con suma discreción en un pequeño papel que la historia convirtió en documento valiosísimo, por cuanto el líder de la Revolución declara en él que su guerra definitiva, después de la victoria contra la dictadura batistiana, sería contra el imperio que abastecía de armas al ejército que masacraba al pueblo.


Hermanas y hermanos:

Aunque los enemigos de la Revolución Cubana se empeñen en desacreditar la extraordinaria obra humanista y solidaria de nuestro pueblo para con otras naciones del continente y del mundo, hoy es preciso concretar un acto de reconocimiento a los trabajadores de la Salud, cuya consagración a salvar vidas les ha ganado el respeto y la consideración de millones de personas en todo el mundo.

En otra clara expresión de continuidad, en este caso de la vocación internacionalista del pueblo de Cuba, el Contingente Internacional para situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, creado por Fidel para ayudar al pueblo norteamericano cuando fue azotado por el huracán Katrina, en un gesto, por cierto, negado a priori por las autoridades estadounidenses de entonces, ha cumplido honrosas misiones solidarias en numerosos países del mundo golpeados por huracanes, terremotos, el ébola, deslaves, intensas lluvias, sin importar gobiernos o ideologías.

Nos enorgullece mucho este ejército, único en el mundo por sus orígenes, que se propuso salvar vidas y no lanzar bombas, como dijo Fidel.

Estimadas amigas y amigos:

De Fidel aprendimos a perseguir los sueños que por difíciles que parezcan son alcanzables si confiamos en el pueblo, lo involucramos y nos armamos de compromiso, perseverancia y dedicación, cambiando permanentemente todo lo que deba ser cambiado, en función de la sagrada justicia social, la independencia, la soberanía, el antimperialismo y la integración.

Por justa, por noble y por ser la más valiosa herencia de una historia de más de 100 años de lucha, nuestra causa nos inspira y compromete profundamente como leales continuadores de la Generación del Centenario.

En el aniversario 95 del natalicio del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, vemos su inmenso legado en la vanguardia desafiándonos. Pero apreciamos también la enseñanza permanente que más de una vez nos ha recordado el General de Ejército Raúl Castro, su hermano de sangre y de ideas, y cito: “…el hombre es capaz de sobreponerse a las más duras condiciones si no desfallece su voluntad de vencer, hace una evaluación correcta de cada situación y no renuncia a sus justos y nobles principios.”

Bajo esa convicción seguimos impulsando el desarrollo económico y social del país, apostando a la ciencia, a la tecnología y a la innovación, como se aprobó en el Octavo Congreso del Partido Comunista de Cuba.

Pero nuestro enemigo histórico se empeña en interrumpir esos esfuerzos; a su política injusta, cruel y genocida de bloqueo, el Gobierno estadounidense incorpora hoy una feroz campaña de desestabilización, diseñada y financiada desde ese país, cuyas autoridades aprovechan de manera deliberada, brutal y oportunista el impacto de la pandemia y las enormes dificultades que ello genera.

Incitando abiertamente a la violencia y el desorden social, desde plataformas digitales que presumen de rechazar tales contenidos y hacen de la vista gorda con las incitaciones a delinquir e incluso asesinar en Cuba, los laboratorios de iv Generación construyen una realidad paralela desde la cual intentan mostrar un clima de ingobernabilidad y promover la intervención, bajo falsa bandera humanitaria, como antes lo hicieron en Yugoslavia, Iraq y Libia.

Medios de comunicación tradicionales, abiertamente orientados contra Cuba, y plataformas globales dispuestas a emplear la hegemonía que ostentan en los flujos de información, potencian la generación de noticias falsas, tergiversan y manipulan los hechos, apuntan a denigrar a las autoridades del país y promueven acciones vandálicas como si fueran actos pacíficos de desobediencia civil.

El objetivo es quebrar la voluntad, fracturar a las instituciones y socavar la unidad nacional. A ese fin se consagran millonarios recursos y programas de manual.

Seguramente es en este grupo de compañeros y amigos donde menos necesitaría explicar los modos en que se actúa. Lugo, Zelaya, Lula, Maduro, Daniel, Evo han pasado por similares experiencias y aún las padecen. Atilio, Ramonet y Frei Betto las han estudiado desde sus orígenes y las han expuesto a la luz pública con seria y abundante evidencia.

Ustedes sufren en carne propia los zarpazos del podrido manual de acciones que producen los laboratorios de la Guerra No Convencional para derrocar gobiernos legítimos, los mismos que rigurosamente se han ejecutado con anterioridad en varios países del Medio Oriente, Europa y también en América Latina y el Caribe.

La presentación de las exposiciones estuvo a cargo de René González Barrios y Jesús Gómez Cairo, director del Centro Fidel Castro y director del Museo de la Música, respectivamente. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Poderosas plataformas tan populares como Twitter y Facebook han permitido y hasta respaldado, sin un ápice de ética, las acciones de odio contra Cuba. Semanas después de los desórdenes del 11 de julio se mantiene el bombardeo de imágenes cargadas de violencia, protestas, vandalismo, amenazas y acoso, como si fueran en tiempo real.

Las cubanas y los cubanos, en estas horas de prueba, se enfrentan al doble desafío del pico pandémico y del pico del bloqueo. La resistencia creativa, lo que seamos capaces de avanzar a partir de nuestros propios esfuerzos y la dignidad son nuestros escudos.

No vamos a renunciar a nuestros derechos al desarrollo, al progreso, al conocimiento. No vamos a renunciar a Internet que, como dijo sabiamente Fidel, parece inventada para nosotros, los pobres de la Tierra, pues pone infinidad de conocimientos al alcance de un click.

Tampoco vamos a dejar que nos roben las esencias de conceptos como democracia, libertad, derechos humanos, conquistas de los revolucionarios de todas las latitudes y de todas las épocas, de quienes nos consideramos genuinos herederos.

Con las más valiosas enseñanzas de Fidel y una inspiradora juventud que cuestiona, empuja y defiende nuestra plaza sitiada, estamos convencidos de que es posible derrotar esta nueva ofensiva imperialista.

No habrá pandemias, ni bloqueos, ni presiones imperiales que cambien nuestra marcha hacia un socialismo soberano e independiente, próspero y sostenible.

Queremos aprovechar la ocasión para agradecer profundamente las acciones de respaldo y solidaridad a Cuba recibidas de gobiernos, personalidades, organizaciones políticas, movimientos de solidaridad, sociales y populares en el mundo y especialmente en nuestra región.

La posición digna y soberana de la mayoría de las naciones latinoamericanas y caribeñas hizo fracasar los intentos de los Estados Unidos de acusar a Cuba, utilizando para ello su desprestigiado “ministerio de colonias” que representa la OEA.

Cuba se solidariza con los pueblos y gobiernos progresistas y de izquierda de la región, que se esfuerzan por llevar adelante el mejoramiento de las condiciones de vida de sus pueblos, en especial en el enfrentamiento a la pandemia y a las secuelas del neoliberalismo salvaje.

Agradezco al Foro de Sao Paulo, que se nutre del legado antimperialista y de unidad de los próceres y líderes de Nuestra América, su decidido apoyo y compromiso en la organización de este homenaje al invicto Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Seguiremos junto al Foro contribuyendo a la unidad e integración de América Latina y del Caribe, sueño pendiente de nuestros próceres y garantía definitiva de la prosperidad por conquistar.

Ante la difícil y compleja batalla que libramos todos los días, y que nada indica será más fácil en lo adelante, permítanme concluir rememorando un aleccionador pensamiento de Fidel cuando expresó: “¡Fue la unión la que nos hizo triunfar, fue la unión la que nos dio capacidad de vencer, fue la unión la que nos dio fuerzas para resistir exitosamente al más poderoso imperio que haya existido jamás! ¡Y aquí está la Revolución, y aquí seguirá estando la Revolución!”

Fidel es presente y futuro, como lo es la Revolución a la que su pueblo da continuidad.

Gracias, Fidel, tu magnífico legado nos guía.

¡Unidos venceremos!

¡Hasta la Victoria Siempre!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un alarido... un reclamo por Leonardo Padura*

Un alarido... un reclamo por Leonardo Padura*


lunes, 26 de julio de 2021 
4:43:59 pm

Por Leonardo Padura*

Parece muy posible que todo lo ocurrido en Cuba a partir del pasado domingo 11 de julio lo hayan alentado un número mayor o menor de personas opuestas al sistema, pagadas incluso algunas de ellas, con intenciones de desestabilizar el país y provocar una situación de caos e inseguridad. También es cierto que luego, como suele suceder en estos eventos, ocurrieron oportunistas y lamentables actos de vandalismo. Pero pienso que ni una ni otra evidencia le quitan un ápice de razón al alarido que hemos escuchado. Un grito que es también el resultado de la desesperación de una sociedad que atraviesa no solo una larga crisis económica y una puntual crisis sanitaria, sino también una crisis de confianza y una pérdida de expectativas.

A ese reclamo desesperado, las autoridades cubanas no deberían responder con las habituales consignas, repetidas durante años, y con las respuestas que esas autoridades quieren escuchar. Ni siquiera con explicaciones, por convincentes y necesarias que sean. Lo que se impone son las soluciones que muchos ciudadanos esperan o reclaman, unos manifestándose en la calle, otros opinando en las redes sociales y expresando su desencanto o inconformidad, muchos contando los pocos y devaluados pesos que tienen en sus empobrecidos bolsillos y muchos, muchos más, haciendo en resignado silencio colas de varias horas bajo el sol o la lluvia, con pandemia incluida, colas en los mercados para comprar alimentos, colas en las farmacias para comprar medicinas, colas para alcanzar el pan nuestro de cada día y para todo lo imaginable y necesario.

Creo que nadie con un mínimo de sentimiento de pertenencia, con un sentido de la soberanía, con una responsabilidad cívica puede querer (ni siquiera creer) que la solución de esos problemas venga de cualquier tipo de intervención extranjera, mucho menos de carácter militar, como han llegado a pedir algunos, y que, también es cierto, representa una amenaza que no deja de ser un escenario posible.

Creo además que cualquier cubano dentro o fuera de la isla sabe que el bloqueo o embargo comercial y financiero estadounidense, como quieran llamarlo, es real y se ha internacionalizado y recrudecido en los últimos años y que es un fardo demasiado pesado para la economía cubana (como lo sería para cualquier otra economía). Los que viven fuera de la isla y hoy mismo quieren ayudar a sus familiares en medio de una situación crítica, han podido comprobar que existe y cuánto existe al verse prácticamente imposibilitados de enviar una remesa a sus allegados, por solo citar una situación que afecta a muchos. Se trata de una vieja política que, por cierto (a veces algunos lo olvidan) prácticamente todo el mundo ha condenado por muchos años en sucesivas asambleas de Naciones Unidas.

Y creo que tampoco nadie puede negar que también se ha desatado una campaña mediática en la que, hasta de las formas más burdas, se han lanzado informaciones falsas que al principio y al final solo sirven para restar credibilidad a sus gestores.

Pero creo, junto con todo lo anterior, que los cubanos necesitan recuperar la esperanza y tener una imagen posible de su futuro. Si se pierde la esperanza se pierde el sentido de cualquier proyecto social humanista. Y la esperanza no se recupera con la fuerza. Se le rescata y alimenta con esas soluciones y los cambios y los diálogos sociales, que, por no llegar, han causado, entre otros muchos efectos devastadores, las ansias migratorias de tantos cubanos y ahora provocaron el grito de desesperación de gentes entre las que seguramente hubo personas pagadas y delincuentes oportunistas, aunque me niego a creer que en mi país, a estas alturas, pueda haber tanta gente, tantas personas nacidas y educadas entre nosotros que se vendan o delincan. Porque si así fuera, sería el resultado de la sociedad que los ha fomentado.

La manera espontánea, sin la atadura a ningún liderazgo, sin recibir nada a cambio ni robar nada en el camino, con que también una cantidad notable de personas se ha manifestado en las calles y en las redes, debe ser una advertencia y pienso que es una muestra alarmante de las distancias que se han abierto entre las esferas políticas dirigentes y la calle (y así lo han reconocido incluso dirigentes cubanos). Y es que solo así se explica que haya ocurrido lo que ha ocurrido, más en un país donde casi todo se sabe cuando quiere saberse, como todos también sabemos.

Para convencer y calmar a esos desesperados el método no puede ser las soluciones de fuerza y oscuridad, como imponer el apagón digital que ha cortado por días las comunicaciones de muchos, pero que sin embargo no ha impedido las conexiones de los que quieren decir algo, a favor o en contra. Mucho menos puede emplearse como argumento de convencimiento la respuesta violenta, en especial contra los no violentos. Y ya se sabe que la violencia puede ser no solo física.

Muchas cosas parecen estar hoy en juego. Quizás incluso si tras la tempestad regresa la calma. Tal vez los extremistas y fundamentalistas no logren imponer sus soluciones extremistas y fundamentalistas, y no se enraíce un peligroso estado de odio que ha ido creciendo en los últimos años.

Pero, en cualquier caso, resulta necesario que lleguen las soluciones, unas respuestas que no solo deberían ser de índole material sino también de carácter político, y así una Cuba inclusiva y mejor pueda atender las razones de este grito de desesperación y extravío de las esperanza que, en silencio pero con fuerza, desde antes del 11 de julio, venían dando muchos de nuestros compatriotas, esos lamentos que no fueron oídos y de cuyas lluvias surgieron estos lodos.

Como cubano que vive en Cuba y trabaja y crea en Cuba, asumo que es mi derecho pensar y opinar sobre el país en que vivo, trabajo y donde creo. Ya sé que en tiempos como este y por intentar decir una opinión, suele suceder que «Siempre se es reaccionario para alguien y rojo para alguien», como alguna vez dijera Claudio Sánchez Albornoz. También asumo ese riesgo, como hombre que pretende ser libre, que espera ser cada vez más libre.

En Mantilla, 15 de julio de 2021.

* Leonardo Padrua Fuentes: Voz de la generación del desencanto según muchos, también ha sido importante, aunque menos conocido, el trabajo de Padura como periodista y ensayista, muy vinculado a las esencias del cubano y su identidad (la música, el béisbol, el ron, las figuras populares).

(Publicado en La Joven Cuba/Progreso Semanal)