Miles Taylor era Anonymous
miércoles, 28 de octubre de 2020
8:03:17 pm
Miles Taylor, el exjefe de personal del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos fue el autor anónimo del artículo de Opinión de 2018 publicado por The New York Times que, al describir al presidente Donald Trump como “irreflexivo, conflictivo, mezquino e ineficaz”, estremeció a Washington y desató una cacería para conocer su identidad, confirmó este miércoles el propio Taylor. (Foto: Miles Taylor, a la izquierda, se desempeñó como jefe de personal del Departamento de Seguridad Nacional bajo la dirección de Kirstjen Nielsen. Erin Schaff/The New York Times)
Taylor también fue el autor anónimo de A Warning, un libro que escribió al año siguiente en el que describía al mandatario como un líder “indisciplinado” y “amoral” cuyo abuso del poder amenazaba los cimientos de la democracia estadounidense. Reconoció que había escrito tanto el libro como el artículo de opinión en una entrevista y en un comunicado de tres páginas que publicó en línea.
Taylor renunció al Departamento de Seguridad Nacional en junio de 2019 e hizo públicas sus críticas a Trump este verano. Difundió un video justo antes del inicio de la Convención Nacional Republicana en el que declaraba que el presidente no era apto para el cargo y brindaba su apoyo a Joe Biden, el nominado presidencial demócrata.
Pero Taylor, quien en repetidas ocasiones había negado ser el autor anónimo (Anonymous), no reveló en ese momento que él era el escritor tanto del artículo como del libro. Al enfrentar la crítica pública de Taylor en agosto, el presidente escribió en Twitter que se trataba de un “empleado inconforme" llamado Miles Taylor al que no conozco (y del que nunca he escuchado)”.
Taylor fue durante dos años uno de los principales colaboradores de Kirstjen Nielsen, la tercera persona en ocupar el cargo de secretario de Seguridad Nacional en la presidencia de Trump, y escribió en el Times que formaba parte de un grupo de funcionarios cercanos al presidente que trabajaban discretamente para “frenar partes de su programa político y sus peores inclinaciones”.
Como funcionario sénior del gobierno, Taylor a menudo interactuaba con el presidente en la Casa Blanca, en particular en temas relacionados con inmigración, ciberseguridad y terrorismo. Abandonó el servicio público luego de que Nielsen fue despedida y más tarde se convirtió en director de relaciones de seguridad nacional para Google. Ha estado con licencia por motivos personales en los últimos meses luego de expresar su apoyo a Biden y ha estado organizando a otros republicanos para hacer campaña en contra de la reelección de Trump.
“Hace más de dos años, publiqué un artículo de Opinión anónimo en The New York Times sobre la peligrosa presidencia de Donald Trump mientras trabajaba para él. Respondió con un corto pero revelador tuit: “¿traición?”, escribió Taylor en su comunicado.
“Al dejar el gobierno escribí A Warning, un estudio de carácter del actual jefe de Estado y una advertencia a los votantes de que el interior del gobierno de Trump no era tan malo como parecía desde afuera: era peor”, agregó.
La revelación de la identidad de Taylor puede renovar el debate en torno a sus motivaciones y generar dudas sobre si su puesto en el gobierno de Trump era suficientemente importante como para justificar la decisión de la sección de Opinión del Times y de la editorial de su libro para mantener en secreto su identidad. Como jefe de gabinete de un secretario del gobierno, Taylor era uno de los principales funcionarios políticos en el extenso departamento de 240.000 personas, con acceso frecuente a Trump y a otros altos funcionarios de la Casa Blanca.
En ese momento, el Times publicó el ensayo con una nota que decía: “The New York Times tomó la decisión inusual de publicar una columna de opinión anónima. Lo hicimos así a petición del autor, un funcionario de alto rango en el gobierno de Donald Trump cuya identidad conocemos y cuyo empleo estaría en riesgo por divulgar su nombre. Creemos que publicar este ensayo sin firma es la única manera de ofrecer una perspectiva importante a nuestros lectores”.
La decisión de Taylor de atacar al presidente de forma anónima en el artículo del Times creó un furor en Washington debido a sus acusaciones sobre la falta de probidad e incapacidad de gobernar del presidente. En su libro, Taylor describe a Trump como “niño de 12 años en una torre de control de tráfico aéreo que pulsa indiscriminadamente los botones del gobierno, indiferente a los aviones que se deslizan por la pista”.
El ensayo de Taylor ha tenido menos impacto a lo largo del tiempo, ya que una serie de exfuncionarios del gobierno de Trump se han presentado con sus nombres para criticar públicamente el liderazgo del presidente, entre ellos Jim Mattis, exsecretario de Defensa, así como el tercer asesor de Seguridad Nacional de Trump, John R. Bolton. Pero el ensayo de Taylor fue el primero en fracturar las defensas de la Casa Blanca y llevó a una prolongada especulación sobre la identidad del autor. Como evidencia de quien pensaban que era el autor, los lectores señalaban fragmentos del artículo y más tarde del libro.
La casa Blanca también participó en una larga cacería para identificar a quien había escrito el artículo. En los días posteriores a su publicación, Trump declaró que quería que el fiscal general de aquel momento, Jeff Sessions, lograra dar con su identidad: “Diría que Jeff debería estar investigando quién es el autor del artículo porque realmente creo que se trata de un asunto de seguridad nacional”.
Incluso en noviembre, el Departamento de Justicia exigió al editor del libro próximo a publicarse que revelara si el autor había violado acuerdos de confidencialidad relacionados con información clasificada.
El año pasado, el presidente se refirió al autor del artículo del Times como un burócrata “sin agallas” y tuiteó “¿TRAICIÓN?”. En un comunicado antes de la publicación del libro el año pasado, Stephanie Grisham, entonces secretaria de Prensa de la Casa Blanca, dijo que el autor era “un cobarde” que había escrito un “trabajo de ficción” lleno de mentiras sobre el presidente.
“Los verdaderos autores se acercan a sus sujetos para verificar los hechos, pero esta persona se esconde y hace que esa parte esencial de ser un verdadero escritor sea imposible”, dijo Grisham.
El miércoles, Kayleigh McEnany, la actual secretaria de Prensa del mandatario, dijo que Taylor era un “exintegrante del personal descontento y de bajo nivel”, y agregó que se trataba de “un mentiroso y un cobarde que eligió el anonimato sobre la acción y la filtración sobre el liderazgo. Fue ineficaz e incompetente durante su tiempo en el Departamento de Seguridad Nacional”.
McEnany dijo que “es terrible que a un funcionario de bajo rango se le conceda el anonimato; está claro que The New York Times está cumpliendo las órdenes de los Never-Trumpers y los demócratas”.
En el libro, Taylor decidió que permanecería anónimo porque creía que dar a conocer su identidad le permitiría a Trump y a sus aliados distraer la atención de la esencia de la crítica que presentaba en contra del presidente.
“He decidido publicar esto anónimamente porque este debate no se trata de mí”, escribió Taylor. “Retirar mi identidad de la ecuación le quita la oportunidad de crear una distracción. ¿Qué hará cuando no haya una persona a quien atacar, solo una idea?”.
En su comunicado del miércoles, Taylor reconoció que “algunas personas consideran cuestionable levantar cargos tan serios contra un presidente en ejercicio bajo la protección del anonimato”. Pero dijo que su decisión estuvo justificada.
“Emitir mis críticas sin atribución obligó al presidente a contestarlas directamente por sus méritos o no responderlas en lo absoluto, en lugar de crear distracciones a través de insultos y apodos”, escribió Taylor. “Quería que la atención se centrase en los argumentos. En ese momento pregunté: ‘¿Qué hará cuando no haya una persona a quien atacar, solo una idea?’. Conseguimos la respuesta. Se desquició. Y las ideas se sostuvieron por sí mismas”.
Danielle Rhoades Ha, portavoz del Times, dijo en un comunicado que “nos tomamos en serio nuestra obligación de proteger a las fuentes”.
Añadió: “Muchas historias importantes en áreas sensibles como la política, la seguridad nacional y los negocios nunca podrían reportarse si nuestros periodistas traicionaran esa confianza. En este caso, sin embargo, el autor ha renunciado personalmente a nuestro acuerdo de mantener la confidencialidad de su identidad. Podemos confirmar que es el autor del artículo de Opinión anónimo. No planeamos hacer más comentarios”.
El editor del libro, Sean Desmond de Twelve Books, dijo en un comunicado que la empresa estaba orgullosa del libro, que, dijo, “cada día parece más y más profético”.
Añadió: “Miles Taylor ha sido un gran socio editorial y le apoyamos a él y el verdadero acto de coraje político que se necesitó para contar su historia”.
El editor ha dicho que Taylor se negó a aceptar cualquier pago por adelantado para escribirlo y se ha comprometido a donar una gran parte de las regalías a asociaciones sin fines de lucro, incluida la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, la organización de los reporteros que cubren al presidente.
El libro encabezó la lista de más vendidos de no ficción de The New York Times para la semana del 8 de diciembre.
Taylor se incorporó al gobierno de Trump en 2017 como jefe de personal adjunto de Nielsen antes de ser ascendido en 2018. Antes, trabajó durante dos años para el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, donde se desempeñó como ayudante del representante Michael McCaul, republicano por Texas, quien era el presidente del comité en ese momento.
Como uno de los principales asesores de Nielsen, Taylor formó parte del gobierno durante algunas de las decisiones más controvertidas de los tres primeros años de mandato de Trump, entre ellos la prohibición a los viajes provenientes de países predominantemente musulmanes, la decisión de separar a los niños inmigrantes de sus padres en la frontera y los esfuerzos de rechazar a los solicitantes de asilo.
Su papel en esos acontecimientos provocó protestas entre los empleados de Google cuando la empresa anunció su contratación. Al menos una petición solicitaba a Google que despidiera a Taylor, calificándolo de “cómplice de ayudar a Nielsen a separar a miles de familias de inmigrantes”.
Taylor también atestiguó muchos de los enfrentamientos entre Nielsen y Trump cuando el presidente exigió medidas más duras para mantener a los inmigrantes fuera de Estados Unidos. La resistencia de Nielsen a algunas de las exigencias de Trump, incluido el cierre de la frontera con México y disparar en las piernas a las personas que cruzan la frontera de manera no autorizada para detenerlas, finalmente resultó en su destitución.
(Fuente: https://www.nytimes.com/Por Michael D. Shear*)
*Michael D. Shear, corresponsal de la Casa Blanca. Trabajaba en The Washington Post, donde fue parte del equipo ganador del Pulitzer que cubrió el tiroteo de la universidad Virginia Tech en 2007.)
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