Migraciones en Cuba, ¿hacia dónde?
martes, 02 de abril de 2019
4:03:17 a.m.
Las migraciones humanas son un fenómeno antiguo y generalizado en regiones y países. Desplazarse hacia otro destino, dentro o fuera de las fronteras nacionales, implica casi siempre la percepción de un cambio de vida con mejores perspectivas económicas, políticas o sociales.
Y es esta precisamente una de las respuestas a las migraciones: la existencia de diferencias territoriales y regionales. “Las corrientes de migrantes debieran lógicamente trasladarse desde zonas y naciones que están en condiciones más desfavorables hacia las que, desde la percepción real de los sujetos y a nivel objetivo, están en una mejor situación”, resume una encuesta sobre el tema publicada recientemente en la Oficina Nacional de Estadística e Información.
El sexo, la edad, el grado de escolaridad, el estado civil y la situación ante el empleo se consideran atributos que marcan una diferencia en cuanto al estímulo a migrar.
De acuerdo con la citada encuesta, la isla enfrenta importantes desafíos demográficos resultado de un contexto caracterizado por:
- Niveles de fecundidad por debajo del reemplazo durante cuatro decenios, y el consecuente proceso de envejecimiento demográfico que alcanza ya proporciones avanzadas de población de 60 años y más en todos sus territorios.
- Saldo migratorio externo sostenidamente negativo, aunque con menos incidencia en municipios de mayor porcentaje de población rural.
- Corrientes migratorias internas en las direcciones menos propicias que aceleran los procesos de concentración urbana.
- Tendencia acentuada a la disminución del crecimiento poblacional, que crea déficits de fuerza de trabajo en territorios y sectores de actividad de económica.
Desplazamientos dentro de Cuba
El censo de 2012 arrojó una disminución de la cifra de personas que viven en un lugar diferente al de su nacimiento (concepto que se reconoce como migrantes absolutos o de “toda la vida”). No obstante, mostró un ligero aumento de quienes cambiaron su residencia en los últimos cinco años previos al censo.
Según la encuesta, la población cubana se ha ido concentrando y la tendencia es a que esto siga sucediendo:
- El análisis del intercambio de corrientes de migrantes recientes entre categorías de estratos demuestra que el 80 por ciento de los migrantes se desplazan entre estratos urbanos.
- Las personas que migran tienen en su mayoría un nivel educacional más alto que las que no lo hacen.
- Las mujeres son mayoría entre quienes residen en un lugar diferente al de su nacimiento.
- La Habana es el asentamiento de mayor atracción, mientras los que se trasladan desde la capital hacia las zonas rurales constituyen la cifra más baja (solo 0,66 migrantes por cada mil personas de la población habanera).
- Casi la mitad de población migrante que reside en la capital (algo menos del 50 por ciento) es oriunda de las cuatro provincias del extremo oriental de la isla, aunque muy seguidas de cerca por la provincia de Villa Clara.
Estos desplazamientos no resultan convenientes cuando, por ejemplo, suceden por encima de las posibilidades de asimilación de los territorios de destino. Sin embargo, podrían estar teniendo un efecto beneficioso, a mediano y a largo plazo, en aquellas provincias con altos niveles de envejecimiento, como la propia ciudad de La Habana.
La publicación de la ONEI precisa que la llegada de personas en edad laboral posiblemente resulten un recurso potencial importante y perspectivo para contrarrestar no sólo el proceso de envejecimiento de la población activa que allí tiene lugar, sino también los déficits que origina su emigración externa.
Realidad opuesta a la de Villa Clara, que presenta saldo migratorio negativo y es la provincia con mayor índice de envejecimiento poblacional en Cuba.
Otro dato muestra que la presencia de personas residentes en el país que hayan nacido en el exterior ha ido disminuyendo notablemente.
Las cuentas hacia lo externo
El saldo migratorio de Cuba ha sido mayoritariamente negativo y muy elevado en algunos periodos donde el diferendo político Cuba-EE.UU. alcanzó niveles extremos.
La ligera recuperación que se muestra en los años 2013 y 2014 fue cuando entró en vigor el Decreto-Ley 302 Modificativo de la Ley de Migración No. 1312 de 1976 y que en el párrafo 2 del nuevo artículo 9.1 considera “que un ciudadano cubano ha emigrado, cuando viaja el exterior por asuntos particulares y permanece de forma ininterrumpida por un término superior a los 24 meses sin la autorización correspondiente”.
Pero ya para el año 2015 se retoma un saldo negativo de -24 mil 684 migraciones netas, aunque inferior a los años que precedieron a la entrada en vigor del citado decreto.
Como resultado de la reforma migratoria se afianza la tendencia a la circularidad y la temporalidad de la migración:
Según cifras oficiales publicadas por Cubadebate, más de 551 mil personas viajaron al extranjero el año pasado y lo hicieron en más de un millón de viajes, de los cuales un cuarto del millón fue a Estados Unidos. Mientras que más de 521 mil cubanos residentes en EE.UU. visitaron Cuba.
Entre 2013 y 2018, ciudadanos cubanos realizaron más de 3 millones 400 mil viajes al extranjero, en el contexto de la actualización de la política migratoria de la isla.
La encuesta ratificó que el principal incentivo de las migraciones hacia el exterior es las mejoras económicas, principalmente en los hombres, debido a que en las mujeres el motivo principal es visitar o acercarse a sus familiares.
(Fuente: Cubadebate /Oscar Figueredo Reinaldo, Lissett Izquierdo Ferrer, Edilberto Carmona Tamayo)
0 comentarios