Japón causa nueva controversia ambiental por asesinato de 177 ballenas
miércoles, 27 de septiembre de 2017
8:47:02 p.m.
En Japón se tiene, desde hace siglos, la tradición de cazar ballenas, el problema es que desde hace muchos años esa actividad ha resultado ser un objeto de duras críticas de la comunidad internacional. Sus principales detractores argumentan que la caza de ballenas, además de ser algo cruel, no es una actividad barata y resulta irrelevante para la alimentación de la población.
A pesar de estos argumentos, la respuesta del gobierno japonés es continuar con la caza de los mamíferos marinos. Japón asegura que la caza de ballenas es una parte importante de su cultura, que los pescadores han cazado ballenas durante siglos y que Japón nunca permitirá que los extranjeros le digan a su pueblo lo que puede o no puede comer.
Gracias a esa falta de sensibilidad del gobierno japonés es que la caza del mamífero ha seguido hasta estos días. Apenas esta semana se informó que la Flota Pesquera japonesa capturó 177 ballenas en el Océano Pacífico, frente a la costa noreste del archipiélago, esto durante una misión de verano.
Según la información dada a conocer por medios japoneses, tres buques especializados partieron en junio y capturaron 43 ballenas Minke y 134 rorcuales sei, también conocido como rorcual de Rudolphi. Claro que las críticas no tardaron en llegar por parte de los defensores de animales.
El gobierno japonés respondió enfático asegurando que la caza letal de ballenas es "necesaria" para estimar la cantidad que se podrá cazar a largo plazo. El objetivo, según palabras del funcionario Kohei Ito, es «reanudar la pesca comercial».
Aunque Japón cree estar en su derecho de cazar ballenas, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) determinó el fin de la caza comercial de ballenas a través de una moratoria internacional que se hizo efectiva en la temporada 1985-1986.
Con todo esto y a pesar de las duras críticas y la prohibición a la caza de ballenas, ¿por qué Japón continúa con la idea de perseguir a los mamíferos?
Japón sostiene que el objetivo de la caza de ballenas es contribuir a la gestión de los recursos marítimos «a partir del análisis del contenido de sus estómagos, cuyos resultados serán transmitidos a la CBI».
Con este argumento el país asiático estaría tratando de demostrar que la población de ballenas es lo suficientemente grande para reanudar la caza comercial. Esta posición es la que denuncian las organizaciones de defensa de los cetáceos y varios países, que consideran que Tokio usa deshonestamente una excepción de la moratoria de 1986.
Esta situación ya se había presentado en 2014, pero la Corte Internacional de Justicia ordenó a Tokio detener la caza en aguas antárticas, ya que no cumplía los criterios científicos exigidos. Japón tuvo que cancelar la caza 2014-15, pero reanudó la persecución al año siguiente como parte de un programa modificado.
Gracias a esto la Antártida resultó ser escenario de enfrentamientos entre balleneros japoneses y defensores de los cetáceos hasta que la organización ambientalista Sea Shepherd anunció el mes pasado que renunciaba al acoso de los balleneros japoneses.
Noruega e Islandia son los únicos países del mundo que se dedican abiertamente a la caza comercial. Japón, por su parte, está tratando de demostrar que la población de ballenas es lo suficientemente grande para sostener la caza comercial y así no tener ningún problema con las instituciones defensoras de los animales.
(Fuente: CC/ Vicente Rendón)
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