Retrato del Gabo en el corazón de un jardín
sábado, 25 de febrero de 2017
5:59:49 a.m.
En el jardín del recién restaurado Palacio del Marqués de Arcos, ubicado justo en una de las esquinas de la Plaza de la Catedral del Centro Histórico habanero, se erige una escultura que nos devuelve a un hombre entrañable para Cuba y para el mundo.
La imagen del gran escritor colombiano Gabriel García Márquez ahora se suma a la de otras tantas figuras que amaron a la Isla o que la distinguieron con su presencia, y está aquí, en la parte más antigua de la ciudad como si estuviera paseando o visitándola.
El palacete, que fue sede del Liceo Artístico y Literario de La Habana, no ha sido escogido fortuitamente. El Historiador de la Ciudad de La Habana, Doctor Eusebio Leal Spengler, recordó cómo Alfredo Guevara trajo por primera vez a La Habana Vieja al Gabo.
Así evoca Leal: “Nos reunimos al pie de la Ceiba del Templete, tradición que le llamó mucho la atención. Quiso dar las vueltas al árbol en una fecha redonda de la fundación de La Habana, y después iniciamos un recorrido por un centro histórico que se encontraba —entre ellos esta casa—, en ruinas, en algunos casos habitadas por personas en condiciones muy difíciles. Y llegamos a este lugar. Aquí se encontraba una mujer muy importante para mí y para La Habana Vieja: Rosa, la yerbera. Ella le explicó al Gabo, hechizado por su palabra, la importancia de las yerbas medicinales y cómo ella descendía de indígenas, africanos y de españoles; le contó los misterios y sortilegios que surgían de las extrañas plantas, de los cocimientos, de las flores, etcétera. Gabo quedó maravillado”.
“Lo contado le sería muy útil a Gabriel García Márquez para unir la tradición cubana con la costeña de Colombia, particularmente de una ciudad tan unida a La Habana y que él quería tanto como Cartagena de Indias (…) Es por eso —y para rememorar ese encuentro del Gabo con Rosa en este espacio— que quise colocar, con el apoyo y la sugerencia del Embajador colombiano, en el interior de esta casa la escultura que se llamará Retrato en el corazón del jardín”, apuntó Leal.
La imagen del Gabo no está colocada en la vía pública. “Hay que entrar a este lugar, al museo, a buscarla. Hay que entrar a la casa para encontrarla”, asegura Leal.
De la autoría de José Villa Soberón —el mismo creador de otras efigies que se encuentran en el Centro Histórico habanero; entre ellas, la muy visitada del Caballero de París, la del bailarín español Antonio Gades y la del poeta cubano Nicolás Guillén, ubicada en la Alameda de Paula— ha surgido ahora esta imagen que nos devuelve al autor de esa entrañable obra que es “Cien años de soledad”, obra cumbre del realismo mágico y de las letras universales.
Ahora, pareciera que el Gabo nos fuera a saludar, o a hablar, o a leernos cualquier pasaje de una de sus inmensas obras literarias, o a regalarnos la flor que lleva en mano. O simplemente, pareciera que está disfrutando de este entorno citadino, el mismo que admirara y visitara tantas veces, porque esta era también su patria, su Cuba hermosa.
Como afirmara el Historiador de la Ciudad, lo más importante en una escultura no es el bronce ni la piedra, sino lo que lleva dentro. Ahí está también el alma del Gabo, en el corazón de un jardín que es tan suyo como nuestro.
(Fuente: HR)
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