Live from the Bataclan, de Jeff Buckley
7:38:09 p.m.
Por Xavier Valiño
De su pasión Jeff Buckley al interpretar, de su arrollador carisma, de su fuerza en escena, quedó constancia aquella noche en la sala francesa Bataclan y en este disco.
Se han grabado otros discos en directo en la Sala Bataclan (sin ir más lejos, los hay de Gong, Jane Birkin, Cheb Mami, Tangerine Dream, Vincent Delerm, New York Dolls, Dream Theater o Lou Reed con John Cale y Nico), pero Xavier Valiño escoge, como homenaje a todos ellos, el que realizó Jeff Buckley.
Buckley se había curtido en directo durante bastante tiempo antes de editar sus primeras canciones, tanto con banda como en solitario.
El 11 de febrero de 1995, unos meses después de su debut Grace, publicado el 23 de agosto de 1994, el hijo de Tim Buckley se presentó en el Bataclan de París él solo con su guitarra.
De aquel concierto salió un EP en 1995 que recogía parte de su actuación, conteniendo concretamente cinco de las quince canciones que interpretó.
Aunque aquella noche tocó todas las diez canciones de su debut, excepto el tradicional Corpus Christi Carol, el EP publicado solo recogió una de ellas, Dream brother, algo que se debe entender teniendo en cuenta la proximidad de su primer álbum, que contaba con menos de medio año en las tiendas.
Las otras cuatro eran versiones, justo la parte final en orden consecutivo de su actuación en Bataclan en aquella fecha.
La primera era una excelente The way young lovers do, que si en el disco Astral weeks (1968) de Van Morrison duraba escasos tres minutos, Buckley extiende hasta los doce sin que en ningún momento recuerde lo larga que es.
A continuación, llegan dos cortes que había interpretado en su momento Edith Piaf, Je n’en connais pas la fin y el Hymne a l’amour, unidos en un medley que logra arrancar una respuesta enfervorizada de la audiencia francesa. Cierra este EP, con un minutaje cercano al de un álbum de larga duración, su versión de Hallelujah’de Leonard Cohen, una canción que después de que Buckley la grabase y la editase en 1994 casi parece ya más suya que del canadiense.
De su pasión al interpretar, de su arrollador carisma, de su fuerza en escena quedó constancia aquella noche en la sala Bataclan y en este disco. Es la prueba fehaciente de la magia que se puede vivir una noche cualquiera en un concierto cualquiera en una sala como Bataclan, de la comunión entre un artista y su público si no hay nada que lo enturbie.
Sí, hay otros directos de Jeff Buckley y algunos son más completos, pero esta semana tocaba acordarse de este. Sobran las explicaciones.
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