Grave crisis por estudiantes mexicanos
5:41:57 a.m.
Por Marcos Romero
La desaparición y probable muerte de 43 estudiantes en el estado sureño de Guerrero hace un mes y medio acentuó la crisis política y social en México y acentuó el temor de algunos sectores sobre el riesgo de la radicalización de las protestas e inclusive de brotes rebeldes.
"El estallido social armado es una voz que, desgraciadamente, va resonando. Ojalá que todos podamos poner de nuestra parte para que esas voces se conviertan en esperanza", señaló el arzobispo Carlos Garfias, de la diócesis de Acapulco, el famoso centro veraniego del Pacífico, en el estado de Guerrero.
Garfias llamó a "la concordia y la paz" a los grupos guerrilleros en el estado, que han hecho oír su voz tras el asesinato de seis personas en Iguala, tres de ellas estudiantes, y la desaparición de los "normalistas" de Ayotzinapa el 26 de septiembre pasado, a "la concordia y la paz".
La semana pasada, medios locales señalaron que los grupos rebeldes, que en los 60 y 70 tuvieron amplia actividad en el estado sureño de Guerrero y esporádicas apariciones en los 90, han resurgido en esa región del sur de México tras la crisis derivada de la desaparición de los estudiantes en Iguala.
Sólo durante el mes de octubre, las organizaciones guerrilleras lanzaron una larga serie de comunicados para hacer pública su postura en torno al caso de los jóvenes secuestrados por policías municipales en la ciudad de Iguala.
Fuentes de inteligencia citadas por el semanario Proceso señalaron la semana pasada que los grupos extremistas "preocupa al gobierno federal, que teme la radicalización" de esas organizaciones armadas.
Hay al menos cinco grupos rebeldes en Guerrero cobijados por la Asamblea Nacional Popular (ANP): el Ejército Popular Revolucionario (EPR), el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), las Milicias Populares y las Fuerzas Armadas Revolucionarias-Liberación del Pueblo.
Por las aulas de la Escuela Normal de Ayotzinapa, a la que pertenecen los estudiantes desaparecidos, pasaron dos legendarios jefes rebeldes de los años 60 y 70, Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas.
Coincidentemente, la Conferencia del Episcopado mexicano (CEM) señaló que recibió con "gran consternación" la información del procurador Murillo, según la cual los estudiantes habrían sido quemados vivos y sus cenizas arrojadas a un río, según el testimonio de tres detenidos.
Los jerarcas católicos unieron su voz a de los familiares y de toda la sociedad y proclamaron un "¡Basta ya de tanta corrupción, impunidad y violencia!" También exigieron "hacer valer el estado de derecho para poner fin a toda forma de violencia, actividad ilícita, corrupción, impunidad, nexos y complicidad de algunas autoridades con el crimen organizado".
Además lanzaron un llamado a las "fuerzas políticas y a la sociedad" a "no lucrar con esta desgracia, y a contribuir con responsabilidad a la creación de un México en el que la vida, dignidad y derechos de todo hombre y de toda mujer sean plenamente reconocidos, respetados, promovidos y defendidos".
Ante las cada vez más amplias movilizaciones en las principales ciudades del país y el extranjero, el periodista y escritor Juan Villoro afirmó que "hay un clamor emocional de que esto debe cambiar" pero dijo que el problema es qué hacemos con este dolor, con esta emoción para cambiar al país".
La semana pasada, una estación del metrobús al sur de la capital mexicana cercana al campus principal de la Universidad Nacional Autónoma de México, fue incendiada por jóvenes con el rostro cubierto, junto con un bus articulado.
Analistas consideran que esta es la peor crisis que ha enfrentado el presidente Peña desde que asumió el cargo el 1 de diciembre de 2012.
(Fuente: ANSA)
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