Proceso de paz colombiano en momento decisivo

 9:28:31 a.m. 

Quedaron instalados en este ciclo tres importantes instrumentos: la participación de las víctimas, la comisión histórica y una subcomisión que abordará el tema de la dejación de armas y el fin del conflicto. 

Tras la pausa de las elecciones presidenciales, el ciclo de conversaciones de paz para Colombia concluido este viernes en La Habana mostró una nueva dinámica con la puesta en marcha de tres importantes mecanismos que tributarán para poner fin a más de medio siglo de conflicto. 

A la participación de las víctimas en la mesa y la instalación de la comisión sobre la historia del conflicto, se sumó ayer la puesta en marcha de una subcomisión que se encargará de analizar posibles vías para silenciar los fusiles cuando se firme la paz. 

Las delegaciones del Gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) coincidieron en que los últimos pasos son un síntoma de que el proceso adquiere cada día mayor solidez y se adentra en un momento decisivo. 

“Hay posibilidades serias, crecientes, de terminar el conflicto”, dijo el jefe del equipo negociador del gobierno, Humberto de la Calle; mientras que el comandante guerrillero Iván Márquez aseguró que esta “es una fehaciente demostración de nuestra voluntad de transitar el camino de solución política”. 

La subcomisión sobre fin del conflicto estudiará, entre otras cosas, modelos nacionales e internacionales para un cese al fuego y la dejación de armas tras la firma de la paz, un tema nada sencillo si se tiene en cuenta la experiencia histórica de miles de guerrilleros asesinados tras su desmovilización. 

Uno de los elementos que ha llamado la atención es el protagonismo de militares y policías en activo que se sentarán cara a cara con los guerrilleros. 

“Es asombroso que la presencia de las Fuerzas Armadas, que es una garantía, se quiera malinterpretar. Oír los consejos de la Fuerza Pú­blica dignifica a sus miembros”, aclaró De la Calle, sin mencionar directamente las críticas emitidas en Colombia por miembros del partido Centro Democrático que co­manda el expresidente y actual senador, Álvaro Uribe. 

La guerrilla, por su parte, destacó la importancia de este hecho. “Es de un valor inobjetable que por primera vez en la mesa, representantes activos de las fuerzas armadas de las partes, de las Fuerzas Militares del Estado que combatimos y de las FARC-EP, se sienten en igualdad de condiciones a iniciar las discusiones e intercambios sobre los asuntos del proceso cuya naturaleza es de importante trascendencia militar”. 

De la Calle aclaró que la subcomisión del fin del conflicto no se constituye como una instancia de negociación de la mesa, sino como un equipo de trabajo técnico que apoyará con la preparación de insumos y procedimientos. 

“No, no estamos negociando un cese al fuego ahora. La fuerza pública sigue actuando en todo el territorio nacional. La subcomisión se limita a preparar posibles mecanismos futuros que solo entrarían en vigor en el momento en que lleguemos a un acuerdo final”, añadió. 

Otro de los hitos de este ciclo fue el nacimiento de la comisión sobre la historia del conflicto y sus víctimas, compuesta por una docena de expertos que construirán un relato sobre las últimas seis décadas de guerra.

“El trabajo de esta Comisión no sustituye ni predetermina ningún elemento de una futura Comisión de la Verdad. No se trata de establecer quién hizo qué sobre la base de pruebas y testimonios como suele ocurrir en una Comisión de la Verdad”, dijo el jefe del equipo negociador del gobierno en referencia al alcance del mecanismo.

“Ambos grupos son diferentes porque en este momento ni las víctimas ni la sociedad en general podrán ayudar a decir qué ha pasado en estos más de 50 años de conflicto, como sí sucederá con una eventual Comisión de la Verdad”.

Las FARC-EP, que han insistido desde el comienzo de las negociaciones en un mecanismo de este tipo, resaltaron la trascendencia de la comisión para determinar el origen y causas del más largo conflicto social y armado del hemis­ferio.

“Es necesario superar las visiones parcializadas que en torno al conflicto se han construido para falsear la historia”, apuntaron.

(Fuente: Granma)