Nuevas catacumbas en Roma

8:02:30 a.m.

Las catacumbas del siglo IV descubiertas recientemente durante la exploración de una serie de túneles cercanos a la Via Appia antigua son el último hallazgo con que el subsuelo romano sorprende al mundo.

Las catacumbas, ocultas durante 17 siglos, fueron encontradas por un equipo de espeleólogos que investigaban pasadizos en el parque de la Caffarella, pegado a la Via Appia.

Así dieron con un espacioso ámbito cuadrado repleto de nichos coronados por arcos y sepulturas ordenadas perfectamente. Al parecer se trataba de un ambiente predestinado desde un principio a monumento fúnebre.

Fue una pared de ladrillos muy antigua, insólita para lo que parecía ser una galería destinada a refugio o depósito de mercancías, la que llamó la atención de los espeleólogos, quienes escarbando cuidadosamente el parapeto se toparon con una apertura de pocas decenas de centímetros que conducía a la cámara fúnebre.

Se trata de una catacumba desconocida para todos los inventarios minuciosos que se han hecho desde la Edad Media hasta nuestros días. Su fecha de construcción se remonta a los siglos IV y V, cuando todavía convivían de alguna manera paganismo y cristianismo.

Las tumbas fueron saqueadas en tiempos inmemoriales por ladrones, ya que algunos esqueletos yacían desordenados en tierra y no se encontraron objetos de valor.

Arquitectónicamente se encuentra en perfecto estado de conservación. Pero los frescos que lo adornaban han desaparecido en gran parte debido a la humedad ambiente y sólo se detectan manchas de colores.

Para los arqueólogos romanos, convocados inmediatamente después del descubrimiento, esta sería una suerte de dependencia de la catacumba de Pretestato, que pasó de ser sepultura aristocrática pagana en el siglo II a sepultura colectiva paleocristiana en las dos centurias subsiguientes.

Allí se encontraban las tumbas de cinco mártires, visitadas por los peregrinos del siglo VIII partiendo de dos iglesias que las coronaban.

Desaparecido el culto, no se volvió a hablar de la catacumba hasta el siglo XV, cuando se descubrió una escalera de acceso en el Parque de la Caffarella.

Sin embargo, la catacumba recién encontrada quedó ignorada debido a un derrumbe que la aisló completamente del recorrido principal.

Hasta el momento los arqueólogos descubrieron dos corredores que se cruzan según un esquema de cruz griega, de 40 y 50 metros de largo, con nichos a derecha e izquierda interrumpidos por dos espacios cuadrados con techo abovedado donde se encontraron pedazos de mármol decorativos y restos de revoque rojos.

En ambos se pueden ver dos especies de chimeneas pintadas y excavadas en la toba, que para los arqueólogos originalmente conducían a los niveles superiores de la catacumba de Pretestato.

La Intendencia de Bienes Arqueológicas decidirá si es posible visitar la "nueva" catacumba o si será uno de los muchos tesoros escondidos que Roma conserva celosamente en sus entrañas.

(Fuente: ANSA)