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LA TECLA CON CAFÉ

El Romerillo de Alexis Leyva Machado en la ruta de la Bienal

El Romerillo de Alexis Leyva Machado en la ruta de la Bienal

 

6:46:35 a.m.

(Kcho) conversa con sobre sus proyectos en la comunidad Romerillo y la próxima Bienal de La Habana.

Con un poco de atención, cualquiera que se aventure por las calles de Romerillo podrá ser testigo del valor de la utilidad del arte. A primera vista aparecen, confundidos entre la multitud de carros de alquiler, guaguas y transeúntes, estampas de grandes figuras de nuestra cultura.

Imágenes de Alicia Alonso, An­tonia Eiriz, Rita Montaner, Ernesto Lecuona, Agustín Cárdenas, Wilfredo Lam —y una muestra escrita de la obra de cada uno— yacen en los costados de una de las aceras de la calle 120, del habanero municipio de Playa, para recordarnos que el arte también tiene un sentido práctico y puede formar parte de nuestra vida diaria.

Pero no basta solo con mostrar las viñetas para conocer la grandeza de los virtuosos, y el gestor de este proyecto, Alexis Leyva Machado (Kcho) bien lo sabe.

El artista, que el pasado 8 de enero inauguró el proyecto comunitario Kcho Estudio Romerillo (Laboratorio para el Arte) con la presencia de nuestro Comandante en Jefe, y ha creado espacios para enriquecer la educación y dinamizar la vida de la comunidad, se ha propuesto en­grandecer el objetivo que dio paso al nacimiento de este núcleo cultural: la difusión de las artes y su conocimiento.

“El arte tiene el don de transformar la realidad, dice, y luego de todo lo que hemos logrado aquí con los pobladores estamos en el momento justo para demostrar que puede cambiar la vida de las personas verdaderamente”.

Es por eso que, con vistas a la XII Bienal de La Habana —que tendrá lugar entre el 22 de mayo y el 22 de junio de 2015— y para celebrar el 30 aniversario de ese magno evento de las artes visuales, se ha propuesto convertir a Romerillo en un museo orgánico: “Un lugar nacido del trabajo gradual y sostenible emanado de la relación pueblo-artista-barrio, donde exista un diálogo abierto de las manifestaciones artísticas con el público”.

“Ya convertimos al barrio en un oasis de cultura —asegura— pero queremos aprovechar toda la energía que hemos alcanzado para lograr algo que quede para la posteridad y un museo con lo mejor del arte cubano y universal, es la mejor manera de lograrlo. Me encanta esa idea de que el arte esté en relación directa con la vida diaria”.

Con un mapa de Romerillo en mano, Kcho señala cuáles serán los espacios principales de este museo orgánico, que se inaugurará en mayo de 2015: los núcleos centrales y sus alrededores estarán en el Estudio, el mercado Los Marinos y la bodega.

“Estas dos edificaciones están en mal estado y vamos a reconstruirlas e insertar un museo en ellas. De manera que cuando la gente vaya a comprar el pan de cada día o el arroz, el café, pueda ver una obra de Lam, de Amelia Peláez o una escultura de Rita Longa”.

“Otros espacios de este museo vivo también estarán en las casas de los pobladores, en las cafeterías, parques, aceras, paradas de ómnibus, muros y fachadas. La obra de 60 artistas cubanos y extranjeros llegará a todas partes como un artículo de primera necesidad”.

“Pintura, dibujo, grabado, escultura, instalación, teatro, cine, performance, video, intervenciones públicas, música, danza, grafiti formarán parte de las acciones que haremos para la Bienal, que van a permitir apreciar y aprender del arte y de su siempre cuestionadora y creativa energía”, expresa convencido Kcho, quien confiesa estar en una permanente búsqueda de democratización del arte.

“Tenemos que seguir aspirando a un pueblo culto y eso lo logramos mul­tiplicando cuanta acción lo pueda hacer posible. Las personas agradecen la interacción con el arte, aun cuando muchas nunca han entrado a un museo”.

“Creo firmemente que el arte y el artista pueden afectar la sociedad de una forma única, en busca de soluciones para que el futuro sea mejor”, concluye.

 

Entonces, con un poco de atención y una pizca de imaginación, cualquiera que camine por Romerillo podrá ser testigo de un pequeño milagro: la transformación de un barrio en un museo orgánico, un museo donde las únicas paredes que exis­tan las pondrá el mismo espectador.

Por lo pronto, dentro de unos días comenzarán las acciones de reconstrucción en el mercado Los Marinos.

(Fuente: Trabajadores)

 

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