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LA TECLA CON CAFÉ

Celos del cielo, elixir para los ojos

Celos del cielo, elixir para los ojos

 

1:10:31 p.m. 

Debe ser cierto el viejo dicho de que muchas cosas, primero, deben entrar por los ojos. Al menos el gusto más convencional no espera otra cosa tratándose de las artes visuales. Celos del cielo, la exposición del artista Kevin Gálvez Fernández, inaugurada el 25 de abril en el Centro Provincial de Artes Visuales, cumple esa expectativa. 

Celos del cielo se propuso promover una línea de la producción más reciente de este muy joven creador, quien recibió una mención del jurado en el pasado I Salón Provincial de Artes Visuales. La muestra toma su nombre de un verso del poema Amor errante, de José Martí. 

Como el Apóstol en su escritura, así Kevin «transcribe» visualmente a 13 trabajos en pintura, realizados con la técnica del óleo sobre lienzo, un mundo muy personal, poblado solo por la imaginación, por fantasías desgajadas y vueltas a ubicar libremente en los cuadros. Una pintura que no discrimina fuente de inspiración alguna, sea esta popular o erudita, sacra o profana. Que no narra ninguna historia concreta, en cambio, se vale por sí misma y describe a solas un mundo, con las únicas posibilidades de la visualidad, para absoluto deleite de la retina. 

Natural de Santo Domingo, miembro de la sección de Artes Plásticas de la Asociación Hermanos Saíz de la provincia, Kevin es un creador autodidacto, pero su autodidactismo es relativo. Aunque no posee un título que lo avale como artista profesional, desde niño recibió clases sobre varias materias artísticas del artista y profesor José Ramón Ley. Ya entre 2003 y 2008 se presentaba en las salas expositivas de la ciudad con obras en tinta sobre cartulina, en blanco y negro fundamentalmente, muy acogidas a códigos del arte profesional contemporáneo, en el camino del expresionismo de figuras paradigmáticas del arte cubano. Dotes tenía; talento, probado y sobrado. 

Celos del cielo muestra otra dirección en su obra entre 2005 y 2014, resultado de un viraje, quizás irreversible, hacia una estética popular y en especial hacia lo que todavía hoy se llama indistintamente pintura naif, ingenua, espontánea, intuitiva, etc. Expresión artística común en creadores sin formación académica y sobre la cual no ha existido hasta la fecha un consenso definitivo en su definición, si bien algunos rasgos, sin ser exclusivos, sirven para caracterizarla. Es el caso de estas obras presentadas por Kevin Gálvez Fernández,siguiendo un orden acogido al año de realización, ilustrativas de la búsqueda experimental de un lenguaje propio para su discurso artístico. Resultante de un oficio sustentado en algunas habilidades técnicas, y más que todo, en el despliegue de trabajo en la obra, sin traicionar su raíz popular-naif. 

La noche inaugural fue amenizada por iniciativa de los copatrocinadores, Corporación Cuba Ron S.A. y Ronera Central, con la presentación y degustación de un nuevo producto, el Elixir 33, y brillantemente conducida  por el maestro del ron cubano Augusto César Martí Marcelo. Al esclarecer el papel del ron en la historia de la cultura nacional, sus especificidades regionales y el porqué relacionar el Elixir 33 en particular con características inherentes a la pintura de Kevin, se fue consecuente en todo momento con los verdaderos fines culturales y de divertimento sano del patrocinio conjunto entre una institución promocional especializada y una entidad comercializadora. 

Probablemente, existirán entre los conocedores del arte puntos de vista divergentes acerca de la propuesta de Kevin en Celos del cielo, y esa diferencia de opiniones es siempre saludable. Quizás también, en todo ello, un punto clave, de provocación al conocimiento, puede ser el de qué es lo determinante  a la hora de acuñar una expresión artística dentro de lo popular o naif: si el autodidactismo de sus cultivadores, o la opción estética que el autor eligió libre y personalmente, con independencia de si es autodidacta o profesional. 

Pero con seguridad las miradas del informado y la del simple curioso coincidirán en que, siendo una exposición pequeña, es cautivante al primer golpe de vista ante cualquier ojo sensible, así sea poco sensible. (Danilo Vega Cabrera, especialista Centro Provincial de Artes Visuales.)

 

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