Obama y el secreto de los ataques con aviones no tripulados
9:47:16 p.m.
Hace dos semanas, muchas personas murieron en un nuevo ataque violento. Esta vez, no se trató de la acción de un hombre armado ni de un estudiante que realizó un tiroteo en una escuela. ¿Las víctimas? Un grupo de familias que se dirigían a una boda en la localidad de Radda.
Si no lo saben, Radda no está en Colorado ni en Connecticut, sino en Yemen. El arma utilizada no fue una pistola semiautomática de fácil obtención, sino misiles lanzados por un avión no tripulado de Estados Unidos. Diecisiete personas, en su mayoría civiles, murieron en el ataque, perpetrado el jueves 12 de diciembre.
Ataque sin previo aviso. Ataque que viola la promesa de Obama, quien en un discurso pronunciado en la Universidad Nacional de Defensa (NDU, por sus siglas en inglés) en mayo 2013, dijo que «antes de realizar un ataque, habrá casi absoluta certeza de que ningún civil morirá ni resultará herido, el mayor estándar que podemos fijar».
Pues a seis meses de fijados tales patrones para la utilización de aviones no tripulados armados, la Oficina de Periodismo de Investigación (BIJ, por sus siglas en inglés), ha dado a conocer un informe en el cual demuestra que los ataques encubiertos con aviones no tripulados en Yemen y Pakistán mataron más personas luego del famoso discurso, que antes de este.
Cuesta comprender que en un país que aborrece los asesinatos masivos que ocurren con demasiada frecuencia en el seno de sus propias comunidades, el Gobierno mate sistemáticamente a tantas personas inocentes en el extranjero.
Pero más allá de lo que Obama informara durante su alocución, poco se sabe. Los funcionarios estadounidenses no suelen hablar del programa de ataques con aviones no tripulados, mucho menos de agresiones específicas, especialmente cuando mueren civiles. De ahí lo dificultoso que resulta poder hacer una evaluación al respecto.
No hay que ser un especialista en periodismo de investigación para arribar a algunas conclusiones. Como reconoció el propio presidente de E.U. en su disertación: «La mayoría de las críticas a los ataques con aviones no tripulados, tanto aquí como en el extranjero, se centran, naturalmente, en las denuncias acerca de las muertes civiles. Hay una gran brecha entre la evaluación de las muertes realizada por el Gobierno de Estados Unidos y la de los informes no gubernamentales. Sin embargo, es un hecho indiscutible que los ataques estadounidenses han provocado muertes civiles».
La BIJ calcula que el número de muertos en ataques estadounidenses con aviones no tripulados en los últimos doce años en Pakistán, Yemen y Somalia supera los 4.000.
Mientras los medios estadounidenses centran toda la atención en la posibilidad de que en los próximos años Amazon.com utilice pequeños aviones no tripulados para enviar los pedidos de Navidad, es importante reflexionar seriamente acerca de lo que estos robots aéreos están haciendo actualmente.
El corresponsal de DemocracyNow! Jeremy Scahill ha denunciado las guerras encubiertas de Estados Unidos durante años. Lo hizo recientemente en su libro y documental denominado «Dirty Wars» (Guerras sucias). La película acaba de ser preseleccionada a un premio Oscar al mejor documental del año.
Tras la nominación, Scahill nos dijo: «Esperamos que, a través del documental, las personas presten atención a estas historias, que los estadounidenses conozcan, por ejemplo, lo que les sucedió a los residentes de una localidad beduina en al-Majalah, Yemen, donde más de treinta mujeres y niños murieron en un ataque con un misil de crucero estadounidense que la Casa Blanca intentó encubrir. O que se enteren de las personas que mueren en ataques nocturnos en Afganistán o en ataques con aviones no tripulados en Yemen y Pakistán».
En su discurso ante la Universidad Nacional de Defensa, el Presidente Obama afirmó: «Estados Unidos no realiza ataques para castigar a las personas. Actuamos contra los terroristas que significan una amenaza constante e inminente para el pueblo estadounidense, y cuando otros gobiernos no son capaces de enfrentar esa amenaza en forma eficaz».
Ni Obama ni sus colaboradores explicaron qué tipo de amenaza significaba para el pueblo estadounidense un grupo de vehículos que se dirigía a una boda. El Gobierno de Yemen cumplió con la costumbre local e indemnizó a las familias que fueron víctimas del ataque mediante la entrega de 101 rifles Kalashnikov y poco más de 100.000 dólares.
Los pueblos rurales de Yemen se encuentran atrapados en el medio de un violento conflicto, según expresa Human Rights Watch en un informe publicado en octubre titulado «Between a Drone and Al-Qaeda» (Entre los aviones no tripulados y al-Qaeda).
Apenas un mes antes de que Obama pronunciara el discurso ante la Universidad Nacional de Defensa, Farea al-Muslimi, un elocuente joven yemení que asistió durante un año a la escuela secundaria en Estados Unidos, brindó su testimonio en una audiencia del Congreso. Seis días antes de que declarara, un ataque con avión no tripulado había impactado en su aldea, Wessab.
Farea sostuvo: «Lo que sabían los pobladores de Wessab sobre Estados Unidos se basaba en mis anécdotas acerca de mis maravillosas experiencias aquí. Ahora, en cambio, cuando piensan en Estados Unidos, piensan en el terror que sienten por los aviones no tripulados que los sobrevuelan, prontos para disparar misiles en cualquier momento. Un avión no tripulado logró en un instante lo que militantes violentos nunca antes habían logrado. Ahora existe una profunda ira contra Estados Unidos en Wessab».
Y finalizó su testimonio con la esperanza de que «cuando los estadounidenses sepan realmente cuánto dolor y sufrimiento han causado los ataques con aviones no tripulados estadounidenses (…) rechazarán este devastador programa de asesinatos selectivos».
Los hechos de violencia sin sentido en Estados Unidos conforman una larga lista de nombres asociados al dolor y la pérdida: Columbine, Tucson, Aurora, Newtown, Littleton.
Gracias al constante trabajo de activistas comprometidos, periodistas valientes y funcionarios responsables, quizá los estadounidenses también recuerden los nombres de Gardez, Radda, al-Majalah, Mogadiscio y de los otros tantos lugares donde los ataques con aviones no tripulados continúan ocurriendo bajo un manto de secretismo.
(Fuente: contrainjerencia)
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