Nueva crisis para los viajes desde EEUU hacia Cuba
8:59:04 p.m.
Algunos de los que habían planeado viajar este diciembre a Cuba desde Estados Unidos para las fiestas navideñas, despedir el 2013 y aprovechar las vacaciones escolares junto a sus familias, ya no podrán hacerlo, «hasta nuevo aviso».
La causa es que la Sección de Intereses de Cuba en Estados Unidos ha tenido que suspender sus servicios consulares por falta de una entidad bancaria que posibilite las transacciones propias de esta actividad, lo que va a afectar directamente la emisión de pasaportes y de visas, entre otros documentos.
«Debido a las restricciones vigentes derivadas de la política de bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno norteamericano contra Cuba, ha sido imposible para la Sección de Intereses encontrar hasta la fecha un banco estadounidense o de otro país con sede en Estados Unidos, que asuma las cuentas bancarias de las misiones diplomáticas cubanas, a pesar de las múltiples gestiones realizadas con el Departamento de Estado y numerosas entidades bancarias.»
Desde julio pasado el banco M&T que tradicionalmente prestó servicios a misiones diplomáticas extranjeras, le dio a la Sección de Intereses de Cuba y a la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas un plazo limitado para encontrar un nuevo banco con el cual operar. La búsqueda fue infructuosa.
A pesar de que, como recuerda la nota, el gobierno de Estados Unidos debería garantizar el cumplimiento de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, desde julio a la fecha no se ha encontrado una solución que garantizara la continuidad del servicio bancario.
Consultado por Progreso Semanal, el abogado José Pertierra, de origen cubano y asentado en Washington consideraba que «debido al bloqueo y al hecho de que Cuba está increíblemente en la lista de países que apoyan al terrorismo, las reglas bancarias que tiene que cumplir cualquier banco que se atreva a aceptar a la Sección de Intereses como cliente son tan, pero tan engorrosas, que le cuesta más dinero al banco tener a Cuba como cliente que rehusarse a prestarle servicios bancarios».
«El problema no es de los bancos, es del gobierno. En este país, los bancos son un negocio, un business. Las multas para los bancos que supuestamente violan el bloqueo son astronómicas e incluso esas leyes son extraterritoriales».
«Hace pocos meses, recordó Pertierra, un banco italiano Intesa San Paolo tuvo que pagarle a Washington $3 millones por violaciones del bloqueo. Y hace unos años el banco suizo UBS tuvo que pagar $140 millones de multa simplemente por haber cambiado billetes viejos de dólares por billetes nuevos para Cuba. Otro banco suizo, Credit Suisse AG tuvo que pagar una multa de $536 millones por supuestas violaciones del bloqueo económico contra Cuba e Irán. Lloyds Bank de Londres pagó una multa de $80, etcétera».
Mientras los diplomáticos cubanos buscaban sin éxito una solución, Obama aseguraba, desde Miami, hace menos de un mes, la necesidad de «actualizar» la política de Estados Unidos hacia Cuba. Es obvio que esta actualización, cada vez más justificada, no ha llegado a tiempo para impedir que la actual política de bloqueo recaiga sobre ciudadanos comunes, probablemente miles de personas, cubanos y estadounidenses, que andaban haciendo sus maletas para las próximas semanas.
Armando García, presidente de Marazul Charters, la principal charteadora de vuelos Miami-Habana, recuerda que en la actualidad todo pasajero que resida en Estados Unidos que viaje a Cuba ha requerido o requiere de algún tipo de trámite consular proveído por la Oficina de Intereses de Cuba.
«Desde los trámites de pasaportes para los nacidos en Cuba y gestiones de visas para los nacidos en Estados Unidos que viajan para visitar familiares, hasta los que viajan bajo licencias general o específica otorgadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos; todos requieren de gestiones consulares presentadas al Consulado directamente o a través de agencias de viaje autorizadas. El no tener el Consulado en Washington disponible, impedirá continuar operando como hasta hoy y tendrá un impacto inmediato sobre los interesados en viajar y que aún no tengan sus documentos en la mano».
La situación que ha sobrevenido contrasta también con la voluntad expresada hace menos de diez días por el secretario de Estado John Kerry, en la OEA, al ratificar la decisión de su gobierno de estimular los intercambios «pueblo a pueblo». «Estamos comprometidos con este intercambio humano», dijo, explicando abiertamente su diplomacia para el cambio en Cuba en la que «nuestra gente son nuestros mejores embajadores. Son embajadores de nuestros ideales, de nuestros valores, de nuestras creencias».
Pero, sin visas tramitadas en la Sección de Intereses de Cuba en Washington, estos «embajadores», de momento, se han quedado sin trabajo.
Para no perder tiempo o dinero, el presidente de Marazul recomendaba a las personas que consulten con sus agencias de viaje antes de la fecha que tienen programada o de interés para los potenciales pasajeros.
«Para los que están interesados o ya programados para viajar próximamente, si tienen su pasaporte y habilitación vigentes (si es que son nacidos en Cuba), o sus visas ya en mano o en su agencia (si es que no nacieron en Cuba), esta situación posiblemente no los afecta y podrían viajar».
Por décadas la política de Estados Unidos hacia Cuba no ha tenido en cuenta el interés general: ni el de los norteamericanos ni el de los cubanos que desde la Isla anhelan abrazar a los suyos del otro lado de La Florida. Su enfoque tradicional ha sido el de complacer a un cada vez menos numeroso e influyente grupo del exilio conservador cubano de La Florida.
Muchos desean que las soluciones perentorias que el caso merece, para el bien común, estén contenidas en ese «cajón lleno de buenas ideas», del que habló Obama en la residencia de Mas Santos, mientras recaudaba dinero para su Partido y aseguraba haber notado cambios en Cuba. Sería un buen camino para demostrar que su gobierno intenta resolver, en serio, «la disfunción política que se vive en Washington».
(Fuente: contrainjerencia)
0 comentarios