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LA TECLA CON CAFÉ

«El gran Gatsby» regresa a las pantallas

«El gran Gatsby» regresa a las pantallas


19/5/2013 7:14:17

 

Ahora en la piel de Leonardo DiCrapio. Se trata de un verdadero  espectáculo visual en tres dimensiones, con toda la opulencia y frenesí de la llamada era del jazz. Su director, Bazz Lurhman, ha dicho que el texto cobra actualidad dada la creciente brecha entre ricos y pobres.


Basada en la novela homónima (The Great Gatsby) del escritor norteamericano Francis Scott Key Fitzgerald (1896-1940), el film recrea la historia de Jay Gatsby, un joven millonario de pasado dudoso, un hombre solitario deseoso de revivir el pasado para reunirse con el amor de su vida, Daisy, casada con el respetable millonario Tom Buchanan, con quien tiene una hija.

Una tarde, tras una confrontación entre Tom y Gatsby a causa de Daisy, Gatsby es asesinado por Nick Carraway, un joven banquero de Wall Street, primo de Daisy. Nadie, ni siquiera ésta, aparece en el funeral de Gatsby, enterrado con el mismo misterio de su incierto pasado.

Como clásico de la literatura norteamericana, «El gran Gatsby» ha sido llevada al cine en varias ocasiones, incluyendo la versión muda dirigida por Herbert Brenan, y de la cual solo se conserva el tráiler.

«Pienso que la novela no tenía una película a su altura así que decidí crear una propia, así que  como clásico de la literatura, otros directores harán nuevas versiones en el futuro», expresó Bazz Lurhman.

Por su parte Leonardo DiCaprio piensa que «Gatsby es la versión americana de Shakespeare», y cree que todos los actores tienen «derecho a interpretarlo. Igual que Romeo o Hamlet. Son personajes sin edad».

La película muda perdida (1926)


La primera adaptación de «El gran Gatsby» al cine fue tan solo un año después de la publicación de la novela de F. Scott Fitzgerald, en 1925. La cinta muda, dirigida por Herbert Brenan, está perdida, aunque todavía se conserva el tráiler del filme. Las críticas no fueron positivas; y mucho menos las del propio escritor. Su mujer, Zelda Sayre, dejó escrito en una carta: «Hemos visto El gran Gatsby en el cine. Es despreciable, espantosa, horrible y nos hemos ido».

Paramount compró los derechos por el equivalente a 220.000 dólares actuales, según Los Angeles Times, para adaptar la obra sobre sueño americano en plenos «locos años veinte», teñida de soledad, nostalgia y sentimiento de vacío en mitad de la opulencia de nuevos ricos. S. Fitzgerald, a pesar de los suculento ingresos por la venta a Hollywood, no consiguió el éxito en ventas de ejemplares que esperaba de la obra, menor que con sus libros anteriores. Y, para costear su ritmo de vida, se trasladó a la meca del cine donde trabajó de guionista sin mucho éxito.

En la época del cine negro (1949) 


«El gran Gatsby» no siempre fue considerada una obra maestra de la literatura. Francis Scott Fitzgerald solo vio vender unos pocos de miles de ejemplares antes de su prematura muerte en 1940. No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando la novela gano interés. Y no se consideró un clásico, una «Gran Novela Americana», hasta los años cincuenta, cuando se convirtió en lectura obligada en los institutos de Estados Unidos. En adelante, cualquier nueva adaptación al cine debería tener en cuenta que se enfrentaba a un clásico, y cualquier licencia sería recibida con mucho escepticismo.

Sin embargo, en 1949, cuando se realizó la segunda adaptación al cine, todavía no se le debía sumo respeto a la obra. Y, por eso, la película dirigida por Elliott Nugent, se permitió ofrecer una versión particular de la novela. El enigmático origen de la fortuna de Gatsby en el libro es aquí, en pleno esplendor del cine negro, fruto del crimen organizado en una película con tics de gánsgters. La cinta contó con la estrella de Hollywood Alan Ladd para el papel protagonista.

La gran adaptación (1974)


La versión de «El gran Gatsby» más recordada hasta ahora es la protagonizada por Robert Redford y Mia Farrow en 1974, dirigida por Jay Clayton. Francis Ford Coppola, entonces ya un genio reconocido del cine, utilizó la misma técnica que había empleado para adaptar El Padrino: pegó las hojas del libro de Scott Fitzgerald en otras de mayor tamaño y escribió cientos de anotaciones en los márgenes para mantenerse así lo más fiel posible al texto original. La película recibió críticas positivas por la elección de Redford, entonces en el pico de su fama, como un perfecto Jay Gatsby; aunque no tuvo la misma acogida la falta de química con su compañera de reparto ni la rigidez de cómo se presenta los «locos años veinte».

La película para televisión (2000)


«El gran Gatsby» también tuvo su versión para la televisión. Las críticas cayeron desde la elección del casting: el británico Toby Stephens en el papel del icono del sueño americano, y la italoamericana Mira Sorvino en la piel de una típica «wasp» (blanca, anglosajona y protestante) de alta cuna. La opulencia de las locas fiestas en la mansión de Gatsby están limitadas al escaso presupuesto de una producción televisiva, en un telefilme que trataba de mantener la literalidad de la novela para contar la obsesión del melancólico millonario de origen humilde Jay Gatsby por la pudiente casada Daisy Buchanan.

 

(Fuente: ABC)

 

 

 

 

 

 

 

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