No se preocupen, Agustín era un diablillo
22/09/2011 20:20:49 PM
Por Mercedes Rodríguez García
A propósito de cierta polémica generada en torno al artículo «Controvertido, pero necesario», publicado por el periódico Trabajadores digital referido al recientemente fallecido escritor cubano Agustín de Rojas Anido.
«Siempre he sospechado y después de leer el Fausto de Thomas Mann he llegado a la conclusión de que no hay inteligencia, ni talento, ni siquiera talento poético, sin alguna diablura por dentro. Lo pienso también de Lezama. Hay un diablillo misterioso que se hermana con los ángeles en todo lo que es poesía, en todo lo que es belleza. Quería decirlo: me encanta lo del Ángel, pero con un alilla de diablo. Siempre en las cosas más auténticas hay ambigüedad y contradicción. Recuerdo que Picasso le mandó a Fidel una paloma y Fidel me pidió que me ocupara de enmarcarla, pero se quedó mirándola y me dijo: «oye, esto es una paloma, pero una paloma gavilán». Creo que por dondequiera que indaguemos, siempre vamos a encontrar contradicciones y ambigüedades que son la sabrosura de las cosas. Yo abordo la vida de este modo, aun a esta edad que tengo».
Aunque las asumo como propias de lo tanto que me gustan, las palabras que acaban de leer pertenecen a Alfredo Guevara (1), así que las transcribo porque me parecen dichas para mi amigo Agustín, quien decidió abandonar este planeta el pasado 11 de septiembre, con toda intención y planificación, aunque no sé sin con fecha tan exacta como para que asociáramos su desaparición física con la catástrofe de las Torres Gemelas neoyorquinas.
Puede que más adelante escriba lo que pienso al respecto. Es bueno dejar que las aguas tomen su nivel, y esperar a que el alma de Agustín termine de vagar, tal vez por las mismas tierras del Publicano hijo de María. Y a quienes me sigan, les ruego leer o releer esta novela, divida en tres partes: Un milagro en Capernaum, El tiempo de pruebas y Los muertos vuelven a la vida. Y, del mismo modo, repasen con toda intención el epílogo, intitulado Las águilas parten hacia el cadáver.
¿Ironías del destino estos encabezados tan parecidos a los ecos postmorten de Agustín en los medios de prensa digitales, Malecón acá y Malecón allá? No lo duden, Agustín se ha convertido en un milagro, luego de haber pasado con éxito la prueba del tiempo. Después de casi enterrado en vida, ahora el muerto digno vuelve a esta... mientras algunas águilas parten hacia su cadáver buscando una o dos columnas donde escribir «a son sin ton» insulsas o malsanas palabrejas.
¡0h, Jesús, que diría de todo esto el confeso marxista, ateo y empedernido santaclareño, Agustín de Rojas Anido!
(1) Palabras de agradecimiento pronunciadas al recibir el Ángel de La Jiribilla (3 de septiembre de 2010)
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