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LA TECLA CON CAFÉ

PARA NO OLVIDAR, JAMÁS, LA HERIDA ABIERTA

PARA NO OLVIDAR, JAMÁS, LA HERIDA ABIERTA

 

El 11 de septiembre de 2001 puede ser recordado como el día en que el infierno abrió sus puertas. No solamente a causa de la magnitud de lo acontecido, sino también por la envergadura del engaño.  

La noticia del impacto de un avión de línea contra los pisos superiores de la torre sur del World Trade Center, en pleno corazón de Manhattan, recorrió velozmente el mundo y puso a las cámaras de las cadenas televisivas en situación de mostrar en directo no sólo lo que estaba ocurriendo, sino lo que estaba por acontecer.

Mientras el mundo observaba la densa humareda y se hacía la pregunta lógica (¿accidente o atentado?), a las 9:03 hs. un segundo avión se acercaba desde el mar y se evaporaba dentro de la Torre Norte en medio de una conflagración de kerosene y vidrios que quedó registrada en mil videos para la posteridad.

Lo que sigió, es harto conocido.

Mi recuerdo eterno para las víctimas y sus familiares.

 

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