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LA TECLA CON CAFÉ

Matrimonio igualitario, un debate en la Florida

Matrimonio igualitario, un debate en la Florida

 

9:28:46 a.m.

Aunque el matrimonio igualitario está prohibido en el Estado, amparados en las leyes federales, tres jueces han aprobado y reconocido la unión entre personas del mismo sexo.

En el tradicionalmente conservador Condado de Miami Dade, la jueza Sarah Zabel declaró inconstitucional la prohibición alegando que la misma no obedece a ningún objetivo político y que “solo sirve para herir, discriminar, privar a las parejas del mismo sexo y sus familias a una dignidad igualitaria, para etiquetarlos y tratarlos como ciudadanos de segunda clase”.

La decisión de la jueza Zabel se suma a la del juez federal Luis M. García quien falló de igual manera en el Condado de Monroe declarando ilegal la prohibición y autorizando la celebración de matrimonios en su área.

Al argumentar su decisión planteó que “es consciente de que la mayoría de los votantes se oponen al matrimonio entre personas del mismo sexo, pero es parte de la orgullosa historia de nuestro país proteger los derechos de la persona, los derechos del impopular y los derechos de los sin poder”. Aunque ordenó que se emitieran de inmediato licencias matrimoniales, la medida está a la espera de la apelación correspondiente.

Un tercer juez,  Dale Cohen -también del condado Monroe, que incluye a los cayos de la Florida, un espacio abiertamente gay friendly-, no solo certificó la inconstitucionalidad de la prohibición sino que declaró ilegal la misma permitiendo que una pareja de su localidad pueda divorciarse.

Las tres decisiones judiciales están en suspenso, apeladas por la Fiscal General de la Florida Pam Bondi bajo el argumento de: “la Suprema Corte de la Florida no puede decidir.  Este es un asunto Federal. No obstante el Tribunal Supremo de los Estados Unidos tiene la última palabra sobre lo que es constitucional o no. (…) El Estado de la Florida respetará lo que decida el Tribunal Supremo.  Mientras tanto nuestras cortes deben proteger al ciudadano y ahorrar los recursos del Estado hasta que haya una decisión firme”.

La Fiscal republicana llega más allá en sus argumentaciones, situándose al lado de su compañero de Partido el Gobernador de la Florida Rick Scott, invadiendo el espacio de independencia judicial al decir que las “Cortes federales no deben legislar sobre las leyes estatales en relación al matrimonio gay”.

Las posiciones de la Fiscal apuntan hacia un conservadurismo que llama a valores tradicionalistas y religiosos.  En un comunicado de su oficina manifiesta que “Las leyes de matrimonio de la Florida tienen una cercana, directa y racional relación con el legítimo interés de la sociedad en que los niños sean nacidos y criados de madres y padres que los acojan en un hogar estable y en familias funcionales”.

Charlie Crist, quien aspira a derrotar a Scott el actual Gobernador del Estado se ha posicionado a favor del matrimonio igualitario.  En alusión al gobernador y la Fiscal General los conmina a “desistir en la lucha contra el matrimonio gay y la igualdad, esos viejos tiempos han pasado”.  

Crist ha recibido críticas por el uso político tan marcado sobre este sensible tema ya que en 2006 firmó una petición para apoyar la prohibición de las uniones homosexuales a favor de los matrimonios tradicionales, al igual que en el 2008 votó, siendo Gobernador, a favor de la prohibición.  Es sólo a partir del año pasado que defiende los derechos de los homosexuales llegando a prometer que, si es electo, prohibirá toda discriminación sobre empleados LGBT en todas las agencias y contratistas bajo jurisdicción estatal.

Lo paradójico de la situación en la Florida es que a pesar de que no existe una ley que permita el matrimonio o la unión civil entre personas del mismo sexo, las demandas presentadas por parejas homosexuales han tenido respuesta favorable en la Cortes debido a que lo han planteado como un asunto de derechos recogidos en la Constitución. En enero de este año seis parejas presentaron una demanda contra el Estado de la Florida en la cual pedían el derecho a casarse.

En la argumentación de la misma, los abogados que las representan argumentaron que: “la exclusión categórica del matrimonio a parejas del mismo sexo les niega (…) derechos fundamentales, la dignidad e igualdad garantizada a todas las personas por la Constitución de los Estados Unidos”.

Organizaciones como Equal o Equality Florida, impulsan la celebración de un referéndum en la elecciones de 2016 para garantizar los derechos de la comunidad gay. Necesitan, por el número de votantes recoger 60000 firmas, aunque su meta se sitúa en un millón de inscritos que apoyen su iniciativa.  En 2008 el 60 por ciento votó en contra de la unión civil de parejas del mismo sexo aunque en el 2012, el 43 por ciento ya se manifestaba a favor, un 45 en contra y un 12 indeciso.

Otro aspecto interesante en el complejo entramado legal de los EE.UU. es que tras declarar el Tribunal Supremo sin efecto por anticonstitucional la Ley de Defensa del Matrimonio, la máxima corte implícitamente aceptaba las uniones entre personas del mismo sexo, además de otorgarle todos los derechos a las parejas que estuvieran ya casadas. En el fallo argumenta la inconstitucionalidad de dicha ley “ya que implica una privación de la libertad igualitaria de las personas, protegida en la quinta enmienda”.

La anulación de esta Ley permitió que Traian Popov, inmigrante búlgaro, fuera el primero en recibir la residencia permanente y, eventualmente, a los cinco años convertirse en ciudadano norteamericano en virtud de su matrimonio con el estadounidense Julian Marsh. La pareja contrajo matrimonio en New York y tras el fallo del Tribunal Supremo que reconoce los derechos de las parejas homosexuales ya casadas Train regularizó su situación migratoria.  Curiosamente esta pareja reside en la Florida y convirtieron a este estado en el cual no hubieran podido unirse legalmente en el primero de la Unión en tener un residente legal como resultado de un matrimonio homosexual.

Mientras llega una aprobación dilatada por el sector más conservador de la política estatal, la Florida se prepara; numerosas agencias planifican bodas igualitarias de idilio en las playas y arenas blancas de Miami. Prometen un lugar paradisíaco precedido por la fama de South Beach y las discotecas gay que han hecho famosas las noches de la ciudad. Pero más allá de usos económicos, políticos o electoreros, en el fondo lo que se debate es el derecho a las personas a decidir sobre sí mismos, a expresar su sexualidad y elegir la familia que quieran tener.

Ante la Ley somos todos iguales, ahora toca saber si lo somos también ante los hombres o se cumple aquella otra máxima de Lincoln “Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son”.

(Tomado de Progreso Semanal/ Jorge de Armas)

 

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