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LA TECLA CON CAFÉ

FIDEL CASTRO: «MIENTRAS MÁS TIEMPO PASE, MÁS FUERZA TENDRÁN LAS IDEAS QUE HE DEFENDIDO»

FIDEL CASTRO: «MIENTRAS MÁS TIEMPO PASE, MÁS FUERZA TENDRÁN LAS IDEAS QUE HE DEFENDIDO»

 

 

14/09/2011 10: 35: 49 AM

 

(Tomado de Cubadebate)

 

Conversación del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, con Mario Silva, conductor de La Hojilla, de Venezolana de Televisión, el 6 de septiembre de 2011.  

 

 

Mario Silva. Bueno, iremos saliendo dentro de una hora.

Cmdte. —Sí. ¿Y vas para la loma aquella?

Mario Silva. Exacto, para arriba, para El Junquito, allá donde dicen… Y sobre todo, estábamos hablando de esas noticias donde a usted prácticamente lo ponían como con un derrame cerebral.

Cmdte.  —¡No me digas!

Mario Silva. —Sí señor.

Cmdte.-  Ah, pues no me han dicho nada (Risas).

Mario Silva.-  De eso estaban hablando, supuestamente, de que usted tenía un derrame cerebral.  Yo les dije que teníamos…

Qué planes tiene ahorita, Comandante?

Cmdte. —¿Pero tú creíste eso?

Mario Silva. —No, no, en absoluto, usted sabe muy bien…  Más bien les dije que había una sorpresa, que había una sorpresa, precisamente.

Cmdte. —¿Y por qué lo sabías tú?

Mario Silva. —Ah, para que usted vea, como están los miameros…

Cmdte. —Bueno, ¿y si a uno le pasa algo?  Quedarías tú muy mal.

Mario Silva. —Quedo yo mal, ¡pero vea usted ahora! (Risas.)

Cmdte. —Pero no averiguaste nada.

Mario Silva. —No, no, en absoluto, lo que pasa es eso, es la guerra que vienen dando con relación a las noticias.

Cmdte. —Sí. Cuéntame, sigue.

Mario Silva. —Ah, bueno, entre otras cosas, lo que se viene hablando con relación al Comandante Chávez, que está más grave de lo que, según ellos, de lo que nosotros decimos en la calle; que usted está con un derrame.  Es decir, hay una especie de noticias necrológicas que vienen dando, no solamente en Miami, sino también en Venezuela, runrunes de Nuevo País, Teodoro Petkoff y compañía.

Cmdte. —¿Pero yo me he vuelto, acaso, alguien tan importante, compadre?

Mario Silva. —Parece que es pesadilla de ellos.

Cmdte. —Me dan demasiada importancia.

Mario Silva. —Parece que es pesadilla de ellos usted y el Comandante Chávez y todo lo que se está haciendo en Latinoamérica.

Cmdte. —Bueno, pero es un pueblo que aprendió a leer y a escribir, ¡no te olvides!

Mario Silva. —¡Ajá!

Cmdte. —No te olvides de los millones de venezolanos que están estudiando.  No te olvides de que en unos años ese pueblo ha cambiado.

Mario Silva.—Sí señor. Lo que era antes el pueblo analfabeta, incluso, que podía ser dominado hasta por los medios de comunicación.

Cmdte. —Bueno, yo creo que Venezuela es uno de los mejores lugares del mundo, más que Estados Unidos, en cuanto a conocimientos de la gente y cultura general de la gente; más que Europa.  Tú no te encuentras a la gente esa que no sabe leer y escribir; encontrar un analfabeto allí es muy difícil, y no es lo mismo un pueblo analfabeto que un pueblo que sabe leer y escribir.

Mario Silva. —Un pueblo que estudia.

Cmdte. —Ellos están acostumbrados a tratar con pueblos que no saben leer ni escribir, ¿y alguna vez tuvieron un pueblo como ese, o como este mismo?  Oye, nosotros llevamos ya más de medio siglo aquí.  Yo he estado conversando contigo, contándote cosas de hace casi 50 años y desde antes de 50 años.

Mario Silva. —La Crisis de Octubre que ahora mismo cumple un nuevo aniversario.

Cmdte. —Sí, yo te dije que habían pasado 500 años.

Mario Silva. —Quinientos años.

Cmdte. —Porque, oye, los cambios no se miden por el tiempo, hay años que valen por 100.

Mario Silva. —¿De allá hasta acá, Comandante, qué encontraron, sobre todo, en el pueblo latinoamericano?, porque vemos que hay una baja, incluso, intelectual en relación al pueblo norteamericano, porque les conviene a las mismas transnacionales de la comunicación mantener a ese pueblo ignorante de todo lo que está pasando en Latinoamérica.

Cmdte. —Mira, va a llegar el momento en que Estados Unidos se quedará en el último, en cuanto a niveles de cultura y de conocimientos, sin que tenga culpa el pueblo norteamericano; porque tú no vas a culpar al hijo de una familia pobre, de una familia del sur de Estados Unidos o de cualquier parte de Estados Unidos, o a un esquimal en Alaska que no sepa leer ni escribir, sencillamente porque es pobre.

¿Cuál es la situación, por ejemplo, de la población negra en Estados Unidos?

Mario Silva. —Ajá, y de la latina.

Cmdte. —¿Cuál es el nivel de empleo de la población negra?  ¿Cuál es el nivel de acceso a las carreras científicas, a las de profesores universitarios, a las de investigadores?  Ellos no tienen la culpa; sin embargo, fíjate, tú analizas: trabajadores norteamericanos en la industria muy productivos, y te encuentras la población, dos poblaciones: la población negra y la población latina.  No te olvides de que hay decenas de millones de latinoamericanos que la pobreza obligó a emigrar a Estados Unidos, y allí los seleccionan, hacen una selección a la inversa, separan a los padres de los hijos, el hijo norteamericano para allá; separan a las familias.

Mario Silva. —Están ocupando hasta los puestos de trabajo que antes eran destinados a negros y a latinos.

Cmdte. —Pero seleccionan a los que delinquen y los mandan… yo me opongo, porque hace muchos años venimos lidiando con estos problemas.  Ellos, por ejemplo, son los responsables del número de armas…, son armas norteamericanas.

Tú analizas casos como el de México, cuya historia conocemos, historia que admiramos, una historia tan bella como la de México:  la Revolución mexicana, los personajes de aquella historia, desde la conquista española; porque en México había una cultura que estaba muy encima de la que tenían en Estados Unidos.

Mario Silva. —Exacto.

Cmdte. —Bueno, cuando la conquista, desgraciadamente, la población indígena de México tenía una cultura elevadísima, sus conocimientos agrícolas competían con los conocimientos agrícolas de ahora, ¿qué queda de aquello?  Xochimilco.  ¿Dónde se produce el maíz que se consume en México?  En Estados Unidos.  ¿Dónde se produce el trigo?  En Estados Unidos.  ¿Dónde se producen los alimentos fundamentales?  Allí en Estados Unidos.

Yo a veces he leído, México tiene casi 3 millones de kilómetros cuadrados y tiene más de 100 millones de habitantes; pero, últimamente…  A mí me gustaba leer mucho de México, desde la época de la conquista, y hemos leído libros extraordinarios sobre la conquista de México.  De México me han mandado esos libros, a propia directora de La Jornada —es una excelente lectura— ella me ha obsequiado algunos de los libros.

Dalia Soto del Valle. —Carmen Lira.

Cmdte. —Y en uno de esos libros, La conquista de México, algo de eso, es uno de los títulos que me envió, y ahí está toda la historia de Hernán Cortés, de la Conquista, de las guerras contra la población indígena; de la zona de Guatemala, que era una cultura…

Mario Silva. —Luego, la misma invasión norteamericana.

Cmdte. —Después, México, una historia llena de interés.

Mario Silva. —Y ahora con la droga.  Con el narcotráfico prácticamente hay un Estado dentro de un Estado.

Cmdte. —Fíjate, Mario…

Mario Silva. —Y son mercados del Norte.

Cmdte. —En México están muriendo —algo que no existió nunca en toda la historia de México—, en México están muriendo más de 10 000 personas anualmente ya como consecuencia del tráfico de drogas y el crimen organizado.  Adquiere la forma más horrible que no adquirieron nunca.

Nosotros estuvimos en México, allí nos organizamos antes de regresar a Cuba después del ataque al Moncada; de allí salió el Granma, que nosotros trabajamos allí con la mayor discreción posible, tuvimos dificultades, pero esos problemas no existían.  En aquella época existía el problema del contrabando, no de las drogas.  La policía era muy activa tratando de evitar el contrabando en la frontera.  Yo te lo digo, porque una vez crucé la frontera aquella —casi fui «espalda mojada» (Risas)—, crucé el río, me ayudaron para entrevistarme con unos cubanos del lado de allá; tenía que tener esa reunión, que era un grupo de un partido que era opuesto a nosotros, eran del partido que estaba en el gobierno derrocado por Batista, y nosotros buscando la unidad de todas las fuerzas, y sobre todo después que tuvimos problemas con la ley mexicana, no porque estuviéramos cometiendo delitos.  Bueno, técnicamente eran delitos, pero no eran delitos deshonrosos, estábamos organizándonos para luchar contra Batista, estábamos entrenándonos, íbamos a los campos de tiro; aprendimos algunas cosas allí muy interesantes.  Allí conocimos buenos amigos mexicanos y en un momento dado tuvimos problemas serios; y yo era muy crítico de algunos de los adversarios, la gente derrocada por el propio régimen de Batista, pero estaban en la oposición; no era lo que más deseaba, pero no nos quedó más remedio que discutir, porque sencillamente corríamos el riesgo de quedarnos más de 100 hombres allí, alrededor de 100, sin recursos y sin nada, porque las dificultades que tuvimos con las autoridades mexicanas como consecuencia de nuestra organización y nuestro entrenamiento, nos condujeron incluso a la prisión en México.

El Che y yo estuvimos presos, Miguel Schultz creo que se llamaba aquel.

Mario Silva. —¿Obligó también a adelantar la expedición del Granma?

Cmdte. —No.  Esa expedición se dio el día más o menos que teníamos planeado, lo que la hizo muy complicada y muy peligrosa.

Entonces, teníamos un barco que lo compramos con hipoteca porque ya no nos alcanzaba el dinero.  Un mexicano se hizo responsable, “El Cuate”, como le llamaban, amigo nuestro.  Vendieron el yate y una casa que estaba en la orilla del río.

Nosotros salimos por el Tuxpan, pero cuando salimos estaba prohibido porque había una tormenta, un norte.  Esa es una historia larga, no la voy a hacer ahora; pero solo te digo que tuvimos dificultades, y después de aquello tuve que cruzar el río como «espalda mojado».

Conseguir un fusil era muy difícil, fusiles de cacería, fusiles deportivos, no eran fusiles automáticos, ni los… super armas esas que tienen ahora que disparan en unos segundos 30 tiros.  Hay que ver las fotos de los fusiles que Estados Unidos ha metido allí, sin decirles nada a los mexicanos; hay que ver los arsenales esos.

Mario Silva. —¡Lo que se ha vendido en armamento a todas estas mafias!

Cmdte. —¡Tremendo!

Entonces nosotros, conseguir un fusil era muy difícil.  La policía andaba detrás del contrabando, no de la droga, porque no había el problema de la droga en ese tiempo allí.

Entonces, llegué, hablé, regresé por la carretera.  Ir para México era fácil, ir para Estados Unidos era muy difícil.  Crucé ilegal, a lo mejor me hacen juicio por eso, por la ilegalidad de haber cruzado como «espalda mojada» y me expulsan.  Entonces regresé muy bien y seguí, ya había conseguido. Pero déjame decirte que la misma semana que íbamos a partir se produce una traición, por un tipo que nos hace una traición, un tipo que había estado en Estados Unidos, había estado creo que en el ejército, pero no era ni buen soldado, ni valiente, lo único que simpatizaba.  Ahora, ¿qué quería?  Manejar.  «Pero, bueno, tienes que entrenarte.» «No.»  «Tienes que entrenarte.  No puede ir nadie si no se entrena.»  Entonces lo que hace es que deserta; pero era muy amigo y mucha gente pensaba que no, que él no traicionaría.  Yo, por si acaso, tomé todas las medidas de precaución con relación a lo que él sabía; pero había una cosa muy difícil, él sabía dónde estaba el Granma, porque manejó muchas veces, y yo tenía dos o tres compañeros que manejaban, y uno buenísimo, Cándido, Chuchú Reyes; pero este se marchó y yo traté de que rectificara, de que regresara; pero no regresó, lo que hizo fue vender la información, lo que sabía.

¿Sabes cómo fue el negocio?  Él por 5 000 dólares daba unas informaciones, entonces la policía actuaba y comprobaba que eran verídicas las informaciones de él y ocupaban un número de armas.

Ahora, fíjate, después el negocio era: la policía le entregaba 25 000 dólares y él decía las otras cosas que sabía, pero, sobre todo, el barco que íbamos a utilizar, y en ese ínterin…, fíjate.

Mario Silva. —Es cuando arranca el barco.

Cmdte. —No te voy a contar cómo lo supimos, porque había gente honorable y hubo gente que era de la Federal, ¿y sabes que reaccionaron?, eran simpatizantes de Cárdenas -Cárdenas estaba vivo.  Yo no quiero mencionar nombres ahora, porque tendría que mencionar muchos nombres; pero eran cardenistas y eran policías y cumplieron.  Estaban admirados de la precisión que tenía la policía de Batista —claro, si se la vendió un traidor—, entonces tal cosa y me dicen: «El barco no lo sabemos hasta tal fecha.» Cuando zarpamos la policía había obtenido alguna información, porque la policía aquella seguía todas las pistas y la Federal era eficiente.  No sé cómo será ahora, pero era eficiente.

Mario Silva. —¿Ellos son los que le avisan a Batista?

Cmdte. —¿Quiénes?

Mario Silva. —Los de la policía Federal.

Cmdte. —No, Batista es el que les avisa a ellos dónde están las armas, porque el traidor les dio la información.

Mario Silva. —¿Pero la salida hacia Cuba…?

Cmdte. —No, bueno, la salida hacia Cuba cuando nosotros desaparecemos de todos los lugares donde tenemos que estar es porque hemos desaparecido, estamos en el golfo, 82 hombres.  Sabíamos tan poco de navegación, a pesar de que llevábamos un comandante que había sido de la marina, graduado de academia, ¡Ave María!; tenía parentesco con una familia de allí que se había portado bien, pero el hombre después se portó muy flojo. Teníamos otro que había sido marino, que era subteniente o teniente; uno que había sido comandante, y Pichirilo, un dominicano que conocí en Cayo Confites, que después murió luchando contra la invasión yanki allí.

Mario Silva. —En Playa Girón.

Cmdte. —No, esos vinieron, yo los había conocido allí; los invité y vinieron, vino Pichirilo, vino el otro, y vino el comandante, bueno, el que era comandante de la Marina.  Era un barco para 20 o qué sé yo, 10 ó 12 gente, y había 82 hombres, más las armas.  Lo que menos había era comida, porque nosotros creíamos que eran cinco días, calculando la velocidad, hasta Oriente, y entonces el barco, que era como de 11 ó 12, bajó la velocidad como tres millas.  Estaba hundiéndose.  ¿Tú sabes por qué se estaba hundiendo?, porque al calar más, entre las paredes filtraba el agua, y yo veía que aquello no tenía remedio.  Era de madrugada y nosotros, que cantamos el Himno cuando salimos de México, no obedecimos la orden de que no se podía salir porque había norte; salimos, amaneció, y seguimos navegando, y el barco empieza a coger agua.  Yo llego y me siento allí, al lado de la… La comida estaba debajo de las armas. Bueno, esa es una historia para contar aparte, no la voy a contar ahora.  El barco empieza a coger agua, y yo dije: «Bueno, a sacar.»  Era una lucha, yo estaba viendo, mientras en un cuarto allí sacaban el agua en una parte que tenía acceso al fondo, a ver quién ganaba, si el agua que nosotros sacábamos o el agua que estaba entrando, y yo dije: bueno, si esto… Estábamos a 70 millas de la costa.

Pasa un barco de guerra que no sabíamos de quién era, cerca, si era americano, si era mexicano, no sabíamos.  Pusimos una línea de fusileros, que no había barco que nos agarrara, estábamos listos.  Entonces, pasó como a 1 000 metros, nada, no hubo nada extremo.  Estábamos a 70 millas de la costa, y como después de dos horas observé que el agua que sacábamos era más.  Ahora, ¿tú sabes por qué se salva el barco?  Porque al empezar a mojarse las tablas empezó a inflarse, y yo dije: «¿Quién resiste esto?»  Pero empezó y ya no entró más agua.  Con sus 82 tripulantes en el barco, entonces era, bueno, buscar la comida, a vomitar todo el mundo.  Por suerte, no me entró vómito a mí, que nada más faltaba eso.

El Che no había llevado sus medicamentos, y eso le pasó como tres veces aquí, era casi como un destino, se le olvidaban o no los llevaba, no se preocupaba y después venían los ataques de asma, que eran muy fuertes.

La comida estaba abajo, no duraba para 82 hombres, no había comida ni para dos días, con hambre.  Como la gasolina no alcanzaba, tenía un montón de bidones con combustible, ¿y sabes con cuánto combustible llegamos a Cuba?, con dos pulgadas de combustible en los tanques.  Fíjate cuántas cosas cuando van a ocurrir.

Bueno, entonces llegamos después de siete días.  En Oriente se produce el levantamiento; no cumplieron la orden, esa es la verdad, excelente gente, de verdad.  Fue la única vez en que avisamos cuando íbamos a salir.  Decía: «Obra pedida, edición agotada.»  Eso significaba qué día y hora exactos habíamos salido.  Calcularon cinco días y a los cinco días, se levantaron en armas; se levantaron en armas, el ejército fue para allá —de Batista— y nosotros no habíamos desembarcado, llegamos 48 horas después y estaban movilizados los perversos esos.  Nos buscaron por todo aquello, pero nosotros estábamos bien lejos de la costa sur.  Pasamos por Caimán, se nos cae un hombre al agua y llegamos al amanecer.  Como decía Juan Manuel Márquez, aquello no fue un desembarco, fue un naufragio.

Después vino lo de Alegría de Pío, la dispersión, y después el resto de la historia.

Mario Silva. —Y encima un manglar.

Cmdte. —Pero, bien, el hecho es que ocurrieron todas estas cosas y llegamos.  Después aquella gente se unió toda, incluso aquellos que…, pero nosotros dijimos: Bueno, vamos a unir toda la fuerza; ya era formal, porque habíamos derrotado al ejército de Batista, y habíamos constituido una fuerza y estábamos invadiendo el país, entonces todo el mundo ya reconocía aquel ejército, y hubo un espíritu amplio con todas las organizaciones, con todo el mundo, los que estaban contra Batista.  Fue así que se produjo el Primero  de Enero.

Pero en México era así, no había drogas, y ahora mueren 10 000 y de qué forma, de forma horrible, son personas que desaparecen en masa, gente pobre, humilde que va y los desaparecen; matanzas en grupos; jóvenes de 14 y 15 años convertidos en asesinos.

Mario Silva. —Una cosa, Comandante, la gente, los latinos que están emigrando ahorita a Estados Unidos, que llevan sangre del latino, ¿eso no se convierte, digamos, en un caballo de Troya dentro?

Cmdte. —Figúrate, tienen que escoger entre el hambre que ha promovido el imperio en este hemisferio, el subdesarrollo y el empleo en Estados Unidos a favor de las grandes empresas transnacionales, y después los seleccionan, separan las familias, hacen cosas horribles.

El pueblo de Venezuela lo conoce, porque ha visto todo eso en muchas películas.  Yo veo Telesur y veo Venezolana de Televisión, y películas de aquella época, y películas de América Latina.  Te advierto que la mejor televisión, la más seria son las que tienen TVes y Telesur, sin anuncios comerciales, sin nada de eso, todo es político y de verdad; deportes, políticos, instructivas de verdad.  Esas vistas que ustedes toman de América Latina, de paisajes preciosos, las cosas que la gente ha hecho, las cosas históricas, las noticias internacionales, Libia, Siria; dondequiera que hay un problema están ustedes con los mejores documentales, mientras las televisiones son hoy grandes empresas al servicio de las grandes empresas.  Antes era una imprentita, hoy es una cadena que vale cientos de millones de dólares y no están al servicio del pueblo.

¿Dónde está la libertad de prensa en todo eso?  Y yo conocí a Ted Turner, fundador de la CNN, era amigo nuestro, y un tipo serio, deportista.  Él mismo no debe haberse imaginado lo que es hoy las estaciones.  Hay algunas estaciones que dedican programas científicos, son útiles, norteamericanas, pero los medios masivos son colosales empresas.

Mario Silva. —Porque es más fácil enseñar la diversión que enseñar el estudio.  En el caso, por ejemplo de Venezuela, hoy tenemos la telebasura de la televisión que está más ligada a lo que es el mundo del espectáculo, chabacana, que no tiene ningún tipo de mensaje social, novelas, que son alienantes, muchas justificadoras del mismo clasismo; la otra es la de los concursos, que rayan no solo en la chabacanería, sino en la deformación del individuo.  No hay, realmente, televisoras, incluso Venevisión, que se mantiene, supuestamente neutral y lo que está haciendo es alienante.

Cmdte. —Y ustedes con los satélites estos… Pero, claro, para poder trasmitir hace falta una estación que les trasmita.  Hay muchas que les trasmiten, pero es una lástima.  Nosotros retrasmitimos programas de ustedes que llegan a China, pueden llegar al Sudeste Asiático, pueden llegar a Rusia, a muchos lugares.  Desde luego, es un beneficio para nosotros cuando tomamos un material de ustedes, pero lo divulgamos; sin embargo, ¿cuántas estaciones divulgan esos mensajes?

Pero yo confío en la cultura de la gente, yo confío en la educación mucho, es el arma contra la perversión, contra esa apelación a los instintos, que es la publicidad que hoy se usa en el mundo.

Ahora, mira dónde están metidos, Europa, los problemas que tienen con Grecia, con Escocia, bueno, con Inglaterra, persiguiendo a los maestros; hasta en Escandinavia.

Mario Silva. —Se hablaba del milagro económico irlandés, ¿dónde está?

Cmdte. —Ahí lo tienes.  Problemas en España, problemas en Portugal, problemas en Francia, problemas en Irlanda, problemas en dondequiera.  ¿Dónde no hay problemas?  ¿Y cómo los van a resolver?

Mario Silva.-  La misma Alemania, pensando que tiene… el lastre con toda la Unión Europea.

Cmdte. —No, y que ahora ha renunciado a la energía nuclear, se ha comprometido.  Un loco cualquiera… puede ser víctima el pueblo alemán, de los desastres por imprevisión.

Ahora, a mí me hacen gracia los tipos esos, que se ponen a hacer augurios, como si para mí fuera una mala noticia morirme, entonces…

Mario Silva. —Es la perversión de la noticia, como para satisfacer cierto sector, el mantener la gente…, es más o menos, yo lo decía en el programa, cuando se dice: «A Fidel le dio un derrame cerebral.»  ¿A usted lo están matando desde cuándo?

Cmdte. —¡Ah!, bueno, hace más de 50 años, cuando desembarcamos en el Granma me mataron ya.  No, a mí me han matado unas cuantas veces.  Espérate, no es problema el que me hayan matado, han preparado mi muerte no se sabe cuántas veces.  Me voy a conformar con decir decenas de veces; pero, además, el fracaso de sus planes es una prueba de su incapacidad.  No había nada más fácil que liquidarme.  Entonces, creen que me van a dar una mala noticia; cuando muera me tocó el descanso, será el día del descanso, mientras tanto, bueno, me he comprometido a mí mismo… toda la vida lo he dicho.

Mario Silva. —Eso es igual, Comandante, que nos están acusando, Comandante, de que somos hacker, entonces hay una expresión que ellos utilizan mucho allá, que nos dicen chavestia, y nos dicen brutos, torpes.

Cmdte. —¿A quién le dicen bruto?

Mario Silva. —A nosotros nos dicen brutos.

Ahora, la pregunta es si nosotros estamos, por ejemplo, poniendo los bombillos cubanos, por donde usted personalmente vea 16 o 17 millones de personas en sus casas o, por ejemplo, nosotros supuestamente acabamos de intervenir la web y estamos jaqueando, supuestamente, a todo un equipo de opositores, entonces no podemos ser tan bestias ni tan torpes.

Cmdte. —Yo me río.

Conviene que hagan eso, conviene que hagan eso, porque es estúpido hacerlo, como cuando se ponen a insultar a los militares; es estúpido, porque no es lo mismo un hombre disgustado, un hombre irritado o que lo estén insultando todos los días…, y eso es lo que hacen aquellos.  ¿A quién perjudica eso?  A ellos; hacen el ridículo más grande del mundo, y entonces no van a cambiar las ideas.  Porque yo digo, por mí ya, descanso, pero las ideas que uno ha defendido mientras más tiempo pase más fuerza van a tener, sin que uno esté pensando en ningún sitial, en ningún santuario, ¿para qué?

Mario Silva. —El mismo hecho, Comandante, que hayan atacado al Comandante Chávez, decir que supuestamente el Comandante Chávez está fingiendo la enfermedad, que todo fue un plan orquestado por el Comandante Fidel desde Cuba, todo eso de estarse burlando y llegar, incluso, a hacer un artículo de prensa, abiertamente provocador, donde se pedía que Chávez no muriera antes de pagar todas sus culpas; lo único que hicieron fue, dentro de la misma oposición, desatar reacciones adversas a ese tipo de comentario; porque la gente no puede ser tan malvada.

Cmdte. —La gente no quiere que personas tan imbéciles los dirijan, esos están descalificados, realmente.  Y las ideas que ellos están combatiendo, ya te digo, no se apagan así, te lo digo por experiencia, hablo en nombre de no se sabe cuántos años ya, lo que he observado, y es, realmente, que las ideas son muy poderosas, y que los hombres por defender sus ideas son capaces de grandes sacrificios.

Mario Silva. —Y que no es fácil, esa era una guerra dura, no es fácil; usted lo alertó la vez pasada con lo de Iraq.

Cmdte. —Escribí bastante y pienso volver a escribir, pero ahora estoy trabajando en cosas que me parecen muy importantes, en cosas de interés con un beneficio para las personas, cosas que sean útiles, no me gusta perder el tiempo, no quiero hacer publicidad, es lo único que me puede apartar un tiempito de escribir, porque me gusta escribir, me gusta explicar; pero pienso que en este momento el deber es trabajar, profundizar en ideas que pueden ser útiles a mucha gente, pueden ser útiles a nuestro pueblo y a otros pueblos, y por eso estoy tranquilo, contento y feliz de haber podido conversar contigo, haber almorzado; creo que te sometimos a la dieta que tú tienes.

Mario Silva. —Estricta.

Cmdte. —Frutas, vegetales.

Y, como tú viste, la pasé muy bien, y hemos conversado de todo.

Mario Silva. —Sí señor.

Cmdte. —Bien, ahora te deseo buen viaje.  Salúdame a Walter y salúdame a todos los amigos.

 

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