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LA TECLA CON CAFÉ

COVID-19, un aviso serio de lo que puede venir

COVID-19, un aviso serio de lo que puede venir

 

lunes, 28 de diciembre de 2020 
6:33:27 am
 

La pandemia de la COVID-19 hay que interpretarla como un aviso serio de lo que podría venir, no se puede descartar una gran pandemia y hay que extraer lecciones, prepararse en tiempos de paz y corregir la visión reduccionista porque hoy la salud no tiene fronteras. 

“De cara al futuro, hay tener en cuenta que esta pandemia no es necesariamente la gran pandemia, no es la “big one”.

La advertencia es de Antoni Plasència, director general del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGLobal) —entidad impulsada por la Fundación La Caixa— , y médico consultor en Salud Internacional en el Hospital Clínic y profesor invitado en la Universidad de Barcelona.

Reclama este médico que la actual pandemia “tiene que servir como un  aviso serio en el sentido de que podría venir una pandemia todavía más devastadora, por ejemplo una infección, que podría ser vírica, que afectara a los niños… como afectó la polio o el sarampión…”

“Siempre hemos tenido situaciones de riesgo de pandemias, la diferencia es que ahora por las características de nuestro mundo fuertemente interconectado, interdependiente, y además la velocidad  a la que se mueve, digamos que el riesgo queda más amplificado, y vemos que puede afectar a todo el planeta en días o semanas.

COVID y futuro

Para el director de ISGlobal, un equipo que participa activamente en la mejora de la salud global a través de la excelencia en la investigación, es fundamental aprovechar los “tiempos de paz” para corregir y cambiar la visión reduccionista de nuestras acciones.

En entrevista a EFEsalud, explica que esa futura gran pandemia podría tener  una letalidad “todavía más elevada” y  trasmitirse además no solo por vías respiratorias, sino también por vía digestiva.

“Con lo cual y a pesar del impacto negativo de la actual, podrían venir peores, pero en todo caso vendrán más, y la de hoy nos trae lecciones, y una de ellas es la de que hay que respetar los sistemas naturales“.

“Hacer las paces con el planeta y proteger nuestra salud, esto es una lección fundamental”.

Apunta que debemos aprender como sociedades y por supuesto desde el  punto de vista político, que no es más que el reflejo de la sociedad y además potenciar la cooperación, y en esta materia “tenemos ejemplos de cómo la cooperación científica ha funcionado”.

También señala que tenemos ejemplos de armonización de las respuestas, “aunque ha costado más”.

En el lado negativo de la balanza, apunta a los ejemplos de negacionismo, aislacionismo y establecimiento de fronteras como respuesta, y lo juzga como “manifiestamente  inadecuado” para hacer frente a estos retos.

Por lo tanto, sostiene que a la hora de tener en cuenta la salud planetaria, hay que ser conscientes de la importancia de este mundo global de la afectación de los sistemas, la  movilidad, el comercio, las telecomunicaciones…

“Esto obliga a pensar cómo vamos a gobernar la salud en un futuro cuando ésta no tiene fronteras”.

Por ello, defiende que los gobiernos, con el apoyo de las OMS e incluso más allá de lo que es una agencia ejecutiva, establezcan sus prioridades con una visión global, no solo de puertas para adentro… “porque solo saldremos juntos y colaborando”.

Los daños colaterales

Explica Plasència que el concepto de pandemia se puede sustituir por el de sindemia, que quiere decir que en determinadas circunstancias se da una superposición de pandemias o grandes epidemias que se entrecruzan, en el sentido de que habrá un incremento importante de dolencias crónicas, cardiovasculares, cáncer, diabetes…

(Un incremento debido a la falta de atención sanitaria por desbordamiento del sistema debido a los afectados por COVID y la propia inhibición de los pacientes).

Pero también apunta a una “crisis planetaria”, porque refiere que hay que ver la SARS-CoV-2 como un cruce de afectaciones globales no solo las de la salud, sino de otras como el impacto de la pobreza.

“Se sabe históricamente el circulo vicioso entre pobreza y salud,  y en este caso también se refleja”.

Por otro lado, apunta a como la COVID-19 ha agravado los problemas de obesidad, salud mental, adicciones…

 

Aunque juzga que es pronto para hacer una foto del impacto, señala que la “factura mayor” será el agravamiento de las desigualdades en términos de salud”.

Por ello, defiende que no sólo se debe gestionar la pandemia desde el punto de vista de atajar la trasmisión y la atención sanitaria, sino tener en cuenta además la afectación diferencial en función del grupo socio económico, nivel educativo…

El sesgo de la inmediatez

En su reflexión sobre todo lo que significa la COVID-19 indica que podría haber una cierta interpretación de la incompetencia e irresponsabilidad de los gobiernos en esta pandemia.

“No digo que no pueda haberlo, pero  hay que analizarlo desde una  perspectiva más profunda y es lo que algunos han llamado el sesgo de la inmediatez“.

En nuestras sociedades, “nuestros gobernantes enfocan sus esfuerzos a corto plazo y a nivel individual, y en el ámbito sanitario, a nivel curativo”.

Para estar preparados aboga por actuar con una visión a a medio plazo y “poner el énfasis en la dimensión colectiva, y no solo en la individual de las respuestas, también en la dimensión preventiva”.

“Nos hemos olvidado de la dimensión colectiva y de la preventiva, a expensas del corto plazo y lo individual, y esto hace que mermen las capacidades de preparación”.

Incluso cuando aparecen los primeros casos en China, “no nos lo acabamos de creer”.

En su opinión, hay que hacer un giro para potenciar la visión colectiva, máxime si se tiene en cuenta que “los ciudadanos dan por hecho que los gobiernos piensan en estas cosas, pero a la vista está que no estaban pensando en ello y si lo hacían lo veían como altamente improbable”.

“Lo  de altamente improbable si para algo tiene que servir es para revisarlo a fondo y que se dediquen los esfuerzos para una visión más colectiva”.

China: Sacar lecciones del SARS CoV-1 

¿Y si China hubiera avisado antes? Consciente de que la preguntas en condicional suponen una trampa, Plasència no elude el tema:

Y aunque China hubiera informado antes, “sospecho que ese sesgo de  cognición de que aquí no va pasar, ese pensamiento mágico no hubiera evitado la situación que hemos tenido y la respuesta observada  en muchos países”.

Por otra parte apunta a que los chinos y algunos países asiáticos  vecinos nos han enseñado que ellos sacaron lecciones del SARS CoV-1  y “nosotros tendremos que hacer lo mismo con el 2, para estar mejor equipados para la siguiente pandemia…”.

Equilibrio coste beneficio

Considera el director de ISGlobal que la pregunta que cada responsable político de cada país se hace cada día es cómo se administra el equilibrio entre el beneficio y el coste de las medidas.

“Es evidente que los gobiernos para esta y otras situaciones lo tienen en cuenta, pero no siempre con el rigor necesario, no siempre incorporando la evidencia científica.”

De cara al futuro

Y así propugna que otra de las lecciones es la de mejorar la interacción entre el conocimiento científico y las decisiones políticas.

“Pero no para que los políticos hagan de científicos y viceversa, y sí para que se modifique una cierta tendencia de los políticos de buscar en la ciencia una confirmación de sus decisiones”.

Y también de cierta tendencia “a veces de los científicos de pensar que con la evidencia de la ciencia ha de hacerse política”.

Opina que la política “es algo que va más allá  de la ciencia, pero evidentemente la necesita como elemento fundamental para tomar decisiones”.

De cara al futuro, concluye, habría que tener esta interacción, sin olvidar las decisiones técnicas.

“A  menudo nos olvidamos que entre la ciencia y la política hay unos servicios técnicos y en estos son donde al final converge  la realización, el eje más político y el mas científico”.

(Fuente: EFE/Pilar González Moreno)

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